lunes, mayo 12, 2008

La batalla perdida de los servicios públicos.

Al hilo de discusiones que mantengo con compañeros de Ciudadanos al respecto de la educación concertada me surgen algunas ideas que quiero compartir con los exiguos visitantes de este blog.

Se argumenta desde la derecha que la educación concertada tiene una demanda y que es preferida por muchos padres. En principio tan inocente argumento parece cierto, yo mismo tengo amistades perfectamente laicas, izquierdistas de toda la vida y defensoras de los servicios públicos que no dudan en llevar a sus niños a colegios de curas, así pues nada que discutir. ¿O si?

Yo he escolarizado a mis hijos de momento siempre en colegios públicos tanto en Brunete (Madrid) como en Chiloeches (Guadalajara) y mi nivel de satisfacción con el servicio recibido es bastante alto (una percepción que creo generalizada entre los otros padres). ¿Cómo es posible? No quedábamos en que los problemas de la educación pública eran derivados de la desmotivación de los profesores y de la LOGSE. ¿Dónde está la demanda de colegios concertados de la que habla el PP?

Imaginémonos que en mi pueblo de Chiloeches aparece un colegio concertado y pensemos cual podría ser su impacto. En un primer momento las alumnos se fraccionarían, el perfil que cabe esperar de la gente que lleve a los niños al concertado será seguramente de un nivel socioeconómico mayor. A este proceso ayudaría el que el colegio pida ciertos pagos extras por servicios extras, algo que no todo el mundo se puede permitir pero que muchos padres estarían dispuestos a realizar (¿quién no hace un sacrificio por sus hijos?)

Tal como ocurre en otros sitios el colegio público acabaría teniendo mayores problemas para asumir una carga mayor de niños con necesidades especiales, aumentaría el trasvase de niños al colegio concertado. Ante esta situación cada vez será menor el interés y la presión de los padres por dotar de recursos al colegio donde los niños ya no van, para colmo de males muchos de los padres de niños en colegio público no tienen capacidad de presión política por ser emigrantes. Sin suficientes recursos el proceso se auto alimenta y hasta el más anticlerical como yo se vería teniendo que elegir entre sus principios y el bienestar de sus hijos.

Del análisis de este supuesto yo saco algunas conclusiones que comparto con quien lea este blog:

1.- Resulta paradójico el concluir que uno de los problemas de la educación pública es que la gente estaría dispuesta a pagar más por mejorar el servicio. Cuando los neo-liberales de turno niegan los recursos necesarios a los sistemas públicos generan una demanda insatisfecha que resulta un campo abonado para el sector privado.
2.- El proceso se retroalimenta. Ante la falta de recursos relativa se produce un desprestigio del servicio público que les permite justificar nuevas transferencias de recursos al sector privado.
3.- Y más retroalimentación en este círculo vicioso, cuanto más gente renuncia a unos servicios públicos de baja calidad, menos presión reciben las autoridades para mejorarlos.
4.- Este proceso de degradación de lo público es perfectamente aplicable a los transportes públicos a la sanidad, a la educación universitaria...

Cuando se permite que en servicios básicos a los que todos debemos tener igual acceso los recursos públicos se dedican a subvencionar lo privado el proceso parece irreversible. La marcha atrás eliminando los conciertos parece ya inviable una vez generado un estado de opinión apropiado, por si acaso no deja de ser bueno enmascarar el proceso con una supuesta defensa de las libertades individuales para dar una pátina de legitimidad al asunto.

Un par de reflexiones más de última hora. No es casualidad que la iglesia católica sea titular de buena parte de los colegios concertados. Con la reinversión de un poco del dinero que el estado les da pueden añadir un plus de atracción hacia sus colegios de forma que se garanticen el adoctrinamiento de futuras generaciones. No seamos tan ingenuos como para asumir que es puro altruismo, ese proceso de invertir algo para recoger adeptos lo he visto replicado en Jamaica con la presencia masiva de iglesias adventistas de origen estadounidense.

Como puntualización final a la hora de buscar responsabilidades es interesante recordar que el sistema de conciertos nace con el gobierno socialista en los años ochenta y el esquema se profundiza hasta la situación actual tanto con gobiernos del PSOE como con los del PP.

1 comentario:

alfredo dijo...

Es evidente que paso a paso se liquida la educación pública. La derecha, de Aguirre y compañía, evidentemente busca dar más fuerza y peso a la Iglesia, adoctrinando a los niños, para que de mayore sean gente de Orden, tradicional y conservadora.
Por otra parte hay un fuerte elitismo en muchos padres, y no sólo de derechas, sino de izquierdas. Quieren lo mejor para sus hijos, y un poco absurdamente piensan que esto no se da en los colegios públicos.
Aún así, esto se puede invertir. No creo que sea difícil aumentar la calidad de los colegios públicos. la sociedad puede reaccionar. Ni la educación privada, ni concertada, es de por si mejor que la pública. Ni sus profesores mejores .Romper esa mentalidad en los padres, es fundamental.
Saludos de un compañero Ciudadano de Madrid