Mientras hacemos recuento de los parados, como si fueran las bajas de una guerra o una epidemia que no cesa, resulta casi obligado reflexionar como nuestra economía ha perdido el rumbo desde aquellos años 60 y 70 en los que el futuro parecía una promesa de bienestar. El mundo había dejado atrás los tiempos negros de la depresión, el fascismo y la Guerra Mundial, y mientras en EEUU unas amplias clases medias disfrutaban de unos niveles de consumo nunca conocidos, Europa se reconstruía y ponía en pie flamantes políticas de protección social.
Pero algo pasó, y ese algo tiene que ver con la asumpción por la mayoría de razonamientos y teorías cuestionables o simplemente falsos. Premisas erroneas repetidas machaconamente hasta ser generalmente aceptadas y que fueron las bases de políticas nefastas. Merece la pena identificarlas porque son la raiz del problema y solo su cuestionamiento nos permitirá recuperar el rumbo:
- "La inflación es el impuesto más injusto": Empiezo por aquella que resulta menos cuestionada y que sigue más en vigor. Desde finales de los 70, nuestros gobernantes han ido tomando el control de la inflación com el centro y objetivo de todas las políticas, contando para ello con la comprensión y el apoyo de casi todos. Parecería obvio que una subida de precios no nos beneficia a la gente de la calle, pero eso no es del todo cierto. Es cierto que la inflación erosiona el poder de compra, pero solo si tu renta no sube a la vez, como suele ocurrir con los salarios. Sin embargo la inflación tiene un efecto positivo en rebajar el valor real de las deudas, disminuyéndolas y liberando a los deudores de sus cargas. Bueno, ese es un efecto positiivo para el que debe pero sin duda negativo para el que presta. Relajar los objetivos de inflación sería ahora mismo mano de santo para una economía como la nuestra, pero hay que tener en cuenta que cuando alguien gana, otro pierde. Y de momento gana el capital financiero y perdemos nosotros. Si de paso puedo utilizar la lucha contra la inflación como argumento fundamental para mantener salarios bajos, miel sobre hojuelas, ¿no?
- La curva de Laffer o como bajando impuestos se recauda más: Suena estúpido, pero eso de que bajando los tipos impositivos se acaba recaudando más es algo que llevan 30 años contándonos cada vez que rebajan un impuesto progresivo, si bien curiosamente nunca se aplica a los más regresivos como el IVA. Y la realidad es que la recaudación baja en vez de subir, pero eso no parece erosionar el argumento. En realidad esta teoría que enarboló en su día Reagan no es más que un intento de dar una pátina teórica a unas acciones que buscaban lo que han conseguido, invertir un proceso de eliminación de desigualdades via impuestos que habia demostrado su efectividad. De nuevo el tema tiene un beneficio añadido, la crisis de ingresos fiscales impide financiar las políticas sociales y abre el camino a la privatización y al negocio privado. ¿Os suena?
- Cuando los capitalistas se convirtieron en emprendedores: He aquí una brillante obra de manipulación del lenguaje de origen relativamente reciente. La palabra capitalista nos habla de alguien que se beneficia del producto del trabajo de otro y tiene obviamente connotaciones negativas. ¿Que mejor idea eliminarla y reemplazarla por la muy positiva de emprendedor? Es así mucho más facil justificar la adopción de medidas legales y fiscales que favorecen a los que más tienen, que deben dejar de verse como oligarcas explotadores para a convertirse en la vanguardia de la sociedad cuya generosidad e iniciativa nos salvan a todos del paro y la miseria. Y a fin de dar peso al calificativo se aprestan a publicitar el éxito de cualquiera que monta una pequeña empresa para hacernos olvidar que la economía española está en manos de las mismas familias de siempre, que son las que se forran de verdad con esas medidas
- Los beneficios de la globalización: Otra jugada maestra en que a muchos nos pillan con el pié cambiado, siendo como somos internacionalistas. El libre comercio como fuente de riqueza generalizada ya lo propugnaba Adam Smith en el siglo XVIII, si bien se demostró que solo beneficiaba a las naciones cuya industria estaba ya desarrollada. Alemania, Estados Unidos y Japón, las potencias industriales que emergen a principios del siglo XX, lo hiceron en base a restringir el comercio para proteger a una industria local aún debil y no competitiva. En su versión del siglo XXI, este dogma se rescata bajo el concepto de globalización y vistiendose como una forma de permitir el desarrollo de los países más pobres. En realidad el objetivo ha sido favorecer a unas multinacionales que se libran de los contoles que limitan sus beneficios en el primer mundo, para poder explotan sin límite en los países pobres. Los productos se venden de vuelta con márgenes enormes en los países ricos sin que se beneficien más que las propias multinacionales y algunas minorías en los nuevos países productores. De paso se afloran beneficios en paraisos fiscales y se eluden impuestos, ¿cabe mejor plan? En su versión más local tenemos una Europa de dos velocidades en las que las naciones del sur abren sus mercados como si fueramos un solo país, sin que a cambio los del norte reviertan parte de los beneficios en el desarrollo de sus vecinos. Siempre ha habido listos y tontos.
- "Laissez faire"(dejar hacer): La dejo para lo último porque es una tendencia que está en gran medida ya desacreditada, si bien sus efectos han sido devastadores y su aplicación persiste. La expresión es de un frances de hace casi trescientos años que proponía la no intervención gubernamental como vía para el buen funcionamiento económico. Lo desastroso de esas políticas ha quedado demostrado crisis tras crisis, pero es que es demasiado util para los oligarcas como para olvidarla. De los efectos de la desregulación de los mercados financieros ya saben hasta los niños pequeños, y aunque se ha hecho público propósito de enmienda, en realidad casi no se ha tomado ninguna medida real para cambiar la situación. Sin embargo la teoría se sigue aplicando para por ejemplo desregular los mercados laborales, privatizar servicios públicos, etc. En realidad es evidente que desregular consiste en desproteger al debil y la ley es lo que nos separa de la barbarie. Un siglo despues del nacimiento de esta expresión, otro francés lo expresaría muy bien en esta frase "Entre el fuerte y el débil, entre el rico y el pobre, entre el amo y el siervo, la libertad oprime, la Ley libera"..