Por fin tengo los datos completos de la encuesta del CIS de julio. Una encuesta que resulta muy interesante porque refleja ya el nuevo panorama político después de la irrupción de PODEMOS tras las elecciones Europeas, irrupción que ha dejado obsoletas todas las encuestas anteriores.
Como bien sabe quien lee este blog, durante los últimos tres meses, he colaborado activamente en la puesta en marcha del Círculo de PODEMOS en mi zona, y lo he hecho porque soy un convencido de la utilidad de la nueva formación para poner finalmente patas arriba el sistema político español. Dentro del Círculo trabajo con el indisimulado objetivo de tender puentes entre ellos e Izquierda Unida de cara a una futura convergencia, postura que cuenta con el apoyo de buena parte de sus miembros, pero también con la oposición de otra parte. Esa diversidad de posturas entiendo que es común dentro de PODEMOS.
Por mi experiencia diría que, entre esa gente que no quiere convergencia, abundan sobre todo los que lo hacen en base a un mero cálculo electoralista. Existen fuertes temores de que la integración de PODEMOS junto a IU en un frente común pueda truncar el crecimiento de una organización que insiste mucho en no hablar de izquierdas o derechas. Los datos de la encuesta del CIS nos permiten analizar el perfil del potencial votante de PODEMOS para ver hasta qué punto esta preocupación es fundada.
Empecemos por comparar esta última encuesta con la de hace un año, cuando PODEMOS no existía. Veamos primero cual ha sido la evolución tanto en la intención declarada de voto, como en la simpatía, y finalmente la combinación de ambas, que es en mi opinión el indicador más adecuado para anticipar los resultados electorales.
Antes de hablar incluso de la evolución de las encuestas, quiero destacar como la simpatía hacia PODEMOS está por debajo de su intención de voto, lo contrario a lo que le ocurre al resto de los partidos, y muy especialmente al PSOE, partido al que casi un tercio de sus simpatizantes no piensan votar. El hecho de que PODEMOS capta mucho más voto que simpatía se confirma en la siguiente tabla.
De estos datos podemos hacer una primera deducción, y es que PODEMOS parece estar posicionándose como voto útil. Este no es un tema menor, porque indica que las expectativas de que este partido lidere el cambio político estimula de forma importante su apoyo electoral. El mantener durante los próximos meses la ola de esperanza generada hasta ahora parece muy importante para que a su vez se mantengan las altas expectativas electorales alcanzadas.
Siguiendo con nuestro análisis, si comparamos la encuesta de este año con la del año pasado constatamos que, tras la irrupción de PODEMOS, se produce una importante reducción en el voto estimado de todo el resto de partidos (menor en el caso del PP). Los datos del CIS nos permiten acudir al recuerdo de voto en las elecciones de 2011 que expresaron los propios encuestados, para de esta forma aproximar mejor de donde vienen los votantes esperados tanto de PODEMOS, como del resto de formaciones.
De esta tabla sacamos pues una segunda conclusión, y es que el granero de votantes de PODEMOS no es tan transversal como algunos creen, y sale fundamentalmente de los electores de partidos de izquierda, de los abstencionistas y de los nuevos votantes. Esta conclusión se confirma cuando observamos la distribución de la intención de voto según el posicionamiento que el encuestado se asigna a si mismo en la escala ideológica tradicional de izquierda y derecha.
Por más que sea contradictorio con ese mensaje que evita posicionar al partido como izquierdista, los previsibles votantes de PODEMOS no tienen ningún problema en posicionarse a ellos mismo como tales. Se constata además que este partido es en la actualidad la opción mayoritaria entre los encuestados de extrema izquierda y la segunda entre los de la izquierda más moderada. Sin embargo son solo la cuarta opción entre los votantes de centro, y son marginales entre los de derechas. El posicionamiento medio del votante de PODEMOS le situaría claramente a la izquierda, a medio camino entre Izquierda Unida y el PSOE. Es llamativo que entre la gente que no quiso posicionarse, el porcentaje de gente que optaría por el PSOE es claramente superior al que lo haría por PODEMOS.
No quiero dejar de llamar la atención sobre el estudio post-electoral que el propio CIS realizó respecto a las pasadas elecciones europeas (link). Entre el cuestionario de este estudio se incluía una pregunta específica a aquellos que tuvieron dudas a la hora de votar, 30,10% de los cuales eran gente que dudaron entre PODEMOS y otras opciones. El desglose deja claro de nuevo como hay pocas posibilidades de que este partido avance electoralmente en el espacio de la derecha.
En ese estudio se preguntó a la gente la posición ideológica que creían que tenía PODEMOS, y los propios votantes de este partido (90% de ellos) no tuvieron problema en hacerlo claramente a la izquierda (2,86 de media), más a la izquierda incluso de lo que situaban a IU (2,93 de media).
Resumamos por tanto y planteemos algunos interrogantes:
- Los votantes de PODEMOS lo son en una buena parte como opción de voto útil, lo que debería hacer reflexionar a quienes defienden excluir a la formación de un proceso de convergencia que puede ser fundamental para desalojar al PP y al PSOE del poder. ¿Seguirán esos posibles votantes viendo la utilidad de su voto a PODEMOS si este se niega a participar en un frente anti-bipartidista?
- Contrariamente a lo que el propio PODEMOS hace, sus votantes no parecen tener mucho problema en posicionarse políticamente como personas de izquierdas. Aunque el discurso de los de arriba frente a los de abajo sea brillante para remarcar el hecho de que uno puede decirse de izquierdas y ser de la casta (dirigentes del PSOE). ¿Conviene realmente intentar estirar el argumento para buscar en la ambigüedad una mayor base electoral? ¿No se corre el riesgo de perder a los votantes de izquierdas intentando arañar algún votante despistado de centro o centro-derecha?
- Aunque algunos se empeñen en creer lo contrario, PODEMOS se identifica claramente como una opción de izquierdas, y con esa imagen ha conseguido posicionarse como una alternativa al bipartidismo. ¿Es realmente una buena idea para crecer el intentar cambiar la imagen del partido?
Aunque estos datos me vengan fenomenal para argumentar con la gente que dentro de PODEMOS pretende a toda costa convertir al partido en un engendro apolitizado del tipo del Movimiento Cinco Estrellas italiano, lo que me gustaría es que estos datos los tuvieran bien claro quienes tan a la ligera opinan sobre lo que es la estrategia electoral que PODEMOS debe llevar en estos críticos meses.