Hacía tiempo que no escribía en el blog. Mucho trabajo y una campaña electoral por medio me dan una cierta excusa, pero la verdad es que ha sido un tiempo también de observar y reflexionar mientras el mundo sigue mostrando entre convulsiones que la doctrina del fin de la historia era una necedad propia de la soberbia de quienes se han creido sus propias mentiras.
Es curioso como los acontecimientos privados y lo público a veces parecen tomar caminos paralelos. Es muy probable que dichos paralelismos los cree uno mismo. El caso es que esta movida primavera en lo profesional y en lo político ha ido fermentando ideas que cuando releo mis propias entradas anteriores en el blog ya estaban presentes, pero que ahora se me antojan como fundamentales tanto en mi pensamiento social, como incluso en la práctica profesional. Me explico empezando por mi visión de los cambios sociales, y dejo para la siguiente entrada una visión paralela que afecta al ámbito de la organización laboral.
Esta primavera alumbró en España el movimiento del 15-M. Para los que nos interesa el tema social el tema no nos pilla de sorpresa, y conocíamos y seguíamos a casi todas las organizaciones que han dado origen al mismo, Juventud Sin Futuro, Democracia Real Ya, No los Votes, Anonymus, Plataforma de Afectados por Hipotecas. Una explosión de descontento que los partidos políticos como IU no han conseguido atraer y que han conseguido sacar a la calle a multitudes que recelan de estos.
Hay muchos factores que pueden influir en esta incapacidad de IU para movilizar a esa gente que si ha salido a la calle bajo consignas prácitcamente calcadas a las que esta defiende. Hay una campaña de desprestigio brutal y durante decenas de años hacia la izquierda real por parte de los medios del sistema defensores del bipartidismo. Hay un exceso de posibilismo que lleva a que IU haya parecido el hermano descarriado pero siempre presto a apoyar al PSOE, Hay sin duda muchos motivos, pero quizás el más importante es que la gente desconfía de las estructuras jerárquicas que IU sigue lamentablemente representando (la reacción de la ejecutiva federal ante una decisión en Extremadura refrendada por los afiliados es un ejemplo lamentablemente preocupante de esa concepción de un partido dirigido por una jerarquía).
Hace tiempo que escribía en este blog la necesidad de que IU en su refundación cambiara fundamentalmente en su forma de organización. Ahora me pregunto si no será pedir mucho, si resulta imposible e incompatible con el ADN de una organización política como la nuestra el renunciar a esa toma de decisiones delegada que acaba en disputa entre grupos de poder. Y mientras en IU se producen estas convulsiones, en la calle la gente se apunta por libre a un movmiento indefinido y del que nadie identifica una cabeza o una cara. Y resulta una novedad excitante y atractiva poder unirse a una o varias causas de manera libre e individual.
No estoy seguro de en qué va a quedar el movimiento del 15-M, pero creo que de la mano de la capacidad de crear redes horizontales que permite internet, se está alumbrando una nueva forma de interectuación entre el individuo y la sociedad que afecta al principio mismo de la democracia. Un individuo que mantiene sus opiniones en cada tema sin tener que asumir un proggrama completo con elementos que no comparte en su totalidad. De la misma manera creo que deberán conformarse las organizaciones políticas si quieren mantener alguna relevancia, con adhesiones parciales de gente que no se identifica en ninguna corriente completa.
Los cambios pueden ser inmensos y permiten vislumbrar un futuro esperanzador que nos permitan dejar atras estas pseudodemocracias con las que se pretendía que nos conformáramos.
viernes, julio 08, 2011
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