Dos días desde la cumbre europea y los grandes titulares van dejando paso a un análisis más profundo de lo allí ocurrido y las consecuencias que tendrá para todos nosotros. Hay un primera evaluación de vencedores y vencidos, que se hace en función de las expectativas iniciales.
Vencido es a mi entender David Cameron, no por el hecho de quedarse fuera de la postura común, sino por su incapacidad de sumar algún otro país a sus posturas. Es en mi propia opinión la única buena noticia, dado que es el Reino Unido el gran defensor de las posturas contrarias al aumento de la regulación financiera, postura que queda inevitablemente debilitada. Tampoco se hace uno grandes ilusiones al respecto.
Hay también en mi opinión una única vencedora real, la antipática Merkel. Arranca de sus socios el acuerdo de plegarse a sus posturas de control presupuestario sin que a cambio acceda a la más mínima concesión en materia de funcionamiento del BCE o emisión de bonos conjuntos. Alemania sigue dispuesta a aprovecharse de una situación que le favorece sin ceder ni lo más mínimo.
Hay en tercer lugar un falso miembro del bando vencedor en el presidente Sarkozy. Uno tiene la impresión de que lo único que le importa es el rédito que quede para si mismo de cara a las próximas elecciones presidenciales francesas. En ese sentido, ha acomodado su postura a la alemana de forma que pueda vender como victoria algo que dudosamente es beneficioso para su país.
De los demás poco se sabe y parece que poco importa. En un ámbito local, Rajoy, hablando por boca de Zapatero, consigue un irrelevante fracaso. No ha surgido apenas ninguna medida real de apoyo a la deuda española, lo que nos deja en manos de la próxima ofensiva especuladora. La victoria de Merkel es nuestra derrota, y ni siquera puede traerse la medalla de haber dejado a España entre los países con capacidad de bloqueo en las decisiones al respecto del Fondo de Estabilidad, selecto grupo formado por Francia, Alemania e Italia. Si para los intereses de España esta no parece haber sido una reunión provechosa, Rajoy y el resto de líderes se traen sin embargo una maleta llena de excusas para poner en marcha un programa de recortes sociales sin precedentes. Preparémonos para lo que se nos viene encima que vendrá aderezado por argumentaciones de la imposibilidad de tomar otro camino diferente del marcado en la reciente reunión.
Nada nuevo por otra parte, pero aunque la mayoría de nuestros conciudadanos se mantienen en el pasmo y serán presa facil de argumentaciones falaces a la hora de ser atracados en sus derechos, no puede estar contento nuestro flamante futuro presidente del hecho de no haber conseguido ninguna contraprestación que nos suavice el mal trago. Seguimos calentando motores y colocando las fichas. La partida empezará con la toma de posesión del nuevo gobierno, y aunque las reglas estén amañadas, resulta arriesgado anticipar como se van a desarrollar los acontecimientos tanto en España como en el resto de países vecinos.
Una pena que el estar jugándonos las habichuelas nos impida disfrutar relajadamente del espectáculo político-social en el que nos vemos envueltos.
domingo, diciembre 11, 2011
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