sábado, diciembre 27, 2008

El plan de Bolonia

Asisto desde el desconocimiento de la mayoría al conflicto que la implantación del plan de Bolonia. Con la ligereza de quien se nutre de información en las noticias de la televisión es fácil imaginarse a unos díscolos chavales con tendencias antisistema que se oponen a unas reformas encaminadas a modernizar nuestra obsoleta universidad. Se habla de hacer una universidad más cercana a las necesidades de la las empresas, de ciclos más cortos complementados con estudios de postgrado especializados, todo tan razonable que solo la rebeldía de la juventud justificaría una postura contraria.

Seguramente porque tengo una desconfianza patológica hacia todo lo que venga de esa clase dirigente europea nuestra, me resulta fácil ver las cosas de otra manera. Frente a una universidad pública con vocación de universalidad se obligará a los estudiantes a pasar por los postgrados donde se impondrán “prestigiosas” escuelas elitistas. Un buen paso hacia la privatización de la enseñanza superior que no parece haberse abierto paso aún a este lado del atlántico, y es que rara vez se dan puntadas sin hilo.

Por otra parte tampoco se sostiene el principio de que la universidad debe ser una herramienta para producir trabajadores en lugar de hacer de ella una fuente de conocimiento y de formación de personas. Con un criterio tan limitado nos podríamos ir olvidando de la investigación teórica en la mayoría de las ciencias, pero sobre todo diríamos adiós a todo a las ciencias sociales. ¿Para qué sirven los estudios de historia, sociología o filosofía a las empresas? Resulta tentador pensar que lo que de verdad se pretende es evitar toda posibilidad de pensamiento crítico mientras se nos desarrolla como pura mano de obra.

Todo muy burdo, pero es que al nivel de estupidez acrílico al que se nos somete no hace falta mucho más para que la gente piense lo que debe pensar.

domingo, diciembre 14, 2008

¿Es nuestra economía una gran farsa piramidal?

Impactante la noticia, para mi más impactante incluso que otras que parecen ocupar más espacio en las primeras páginas de las noticias en estos días en que todo es crisis económica. Un gurú de las inversiones, nada menos que la antigua cabeza del Nasdaq va a ser encarcelado por montar un fraude piramidal a escala planetaria.

Debo de ser en el fondo un ingenuo infantil, pero es que uno para empezar sigue pensando que el mundo está en manos de gente menos inepta. Una cosa es que unos listos monten Forum Filatélico aprovechando los agujeros legales y atrayendo a pardillos individuales que se han creido eso del capitalismo popular, y otra es que los estafados en este timo tan antiguo sean solventes empresas llenas de analistas y abogados y que manejan los fondos de incautos inversores por miles de millones de euros. No tengo interés en seguir profundizando sobre el tema en si, pero sospecho que si lo hiciera mi sorpresa iría en aumento al descubrir que no hubo que montar un complicadísimo entramado de ocultación, sino que bastó con la buena reputación del tipo y unas expléndidas oficinas en la mejor zona de Manhattan.

Mientras en los medios se trata el tema con una aproximación del tipo "éramos pocos y parió la abuela", a mi no me deja de rondar por la cabeza un pensamiento más preocupante. ¿Deberíamos entender la crisis económico-financiera mundial como la caida de el gran fraude piramidal de la economía global?

Es que a mi todo me cuadra. Nuestra economía financiera se ha ido multiplicando exponencialmente desde los años 80 sin que hubiera una base real que la sustentara. El sistema se ha mantenido gracias a la entrada de nuevos inversores atraidos por rentabilidades imposibles pero cuyo dinero iba directamente a convertirse en beneficios de los anteriores participantes mediante la espiral de la especulación. Cuando el sistema parecía venirse a bajo con la crisis del sector tecnológico se alimentó una burbuja crediticia de forma que los fondos siguieran entrando y el sistema se mantuviera. Sin embargo, como todo fraude piramidal, en el momento en que ya no se consigue inyectar nuevos participantes al sistema este empieza a colapsar y se descubre la gran mentira.

Cuando uno ve las cosas de este modo no puede menos que preocuparse. Lo mejor en un fraude piramidal es que caiga cuanto antes para que los afectados sean los menos posibles. Sin embargo nuestros gobiernos han decidido que lo mejor es mantenerlo y compensar con endeudamiento público lo que ya no puede hacer el endeudamiento privado, manteniendo el sistema vivo, pero ¿hasta cuando? Si esta interpretación es correcta lo único que hacemos es aplazar una crisis que acabará siendo peor.

La gran batalla ideológica en nuestros días se da entre los que piensan que la crisis actual es un accidente por una mala conducción de un sistema económico sostenible frente a los que piensan que este es insostenible y está condenado a colapsar. Mucho me temo que cuanto más lo pienso más me alineo con los segundos.