viernes, diciembre 30, 2011

¿Nos gobiernan idiotas, o simplemente gente sin escrúpulos?


Con el fin de año, me había propuesto poner en orden los hechos que definen el tablero económico en el que tendremos que vernos el año que viene. Confieso que el título de la entrada en el blog era mucho más neutro inicialmente, pero es que el más mínimo análisis nos lleva a la conclusión de que solo los economístas y gobernantes más estúpidos o sinverguenzas pueden defender las políticas económicas que nos han traido hasta aquí y que nos condenan a un año que viene realmente catastrófico.

A grandes rasgos la situación económica puede resumirse como sigue:

En España estamos en records de desempleo, con un sector de la construcción en mínimos, con créditos hipotecarios en descenso y con un enorme stock de vivienda sin vender. Estamos también en records de impagos bancarios y con un nivel de endeudamiento privado inmenso, si bien nuestra deuda pública es todavía relativamente baja comparado con otros países del entorno. Los tipos de interés se encuentran en la banda baja y la economía se encuentra extraoficialmente en recesión.

Si miramos a nuestro alrededor, la situación no es tampoco boyante. Se espera decrecimiento económico en buena parte de nuestros socios europeos. Igual situación tendrá Japón y quizás EEUU, mientras que los BRIC esperan crecimientos moderados, con China (y Australia) sufriendo su propia versión de la burbuja inmobiliaria como riesgo en el corto plazo. Incluso con la demanda tan debil, los precios del petroleo se encuentran en torno a los 100 USD, y la creciente inestabilidad en oriente medio y en la zona del golfo pende como una amenaza más.

A estas circunstancias tan calamitosas asistimos con el cargador de medidas económicas habituales ya gastado. Los tipos de interes oficiales se han bajado por parte de los bancos centrales hasta mínimos históricos y el nivel de endeudamiento público se ha duplicado prácticamente desde el inicio de la crisis (si bien se ha gastado mucho más en rescatar que en fomentar la demanda y el consumo).

En los últimos dos años, ante la debil respuesta a las medidas más keynesianas y el miedo al exceso de déficit, los elementos más ultraliberales han recuperado el control de la economía con sus recetas más salvajes. Hemos acometido recortes de todo tipo, empeorando condiciones laborales, retrasando jubilaciones y rebajando salarios de funcionarios como medidas más espectaculares. El resultado ha sido pasar de un crecimiento raquítico a una nueva recesión. Estamos de vuelta al 2008, pero mucho peor y los augurios no pueden ser peores para el año que entra.

Ante estas circunstancias se nos receta más ajustes. La teoría es que de esta manera se gana en competitividad de forma que sea el sector exterior el que tire de la economía. Si la medida es más que discutible a nivel de una sola nación, resulta estúpida recetada conjuntamente a todas las naciones a la vez, en un juego de suma cero en el que lo que uno gane lo pierde otro. Es ridículo, incluso en el caso hipotético de que arrastraramos nuestras ya mermadas condiciones sociales a la altura del tercer mundo, no vamos a encontrar quién compre nuestros productos con la demanda mundial en caída libre. ¿Es quizás por eso por lo que nos afanamos en buscar planetas extrasolares susceptibles de albergar vida (y compradores)?

Ahora la pregunta es, ¿son nuestros gobernantes estúpidos? ¿Como es que no se dan cuenta si es tan obvio? La respuesta me parece relativamente sencilla, y es que las medidas económicas suicidas que se están tomando quizás no funcionen, pero garantizan el mantenimiento de los privilegios y riquezas acumuladas por las oligarquías económicas en la fase de crecimiento. Y aunque sea remota la posibilidad, ¿quién asegura que no se podrá volver a poner en marcha una economía de burbuja como la que sustentó el crecimiento anterior?

Es verdad que no parece que vaya a sonar la flauta; por que al fin y al cabo los resultados hasta ahora son desastrosos. Duplicar la dosis a ver si la cosa mejora suena estúpido, pero es que la alternativa pasaría porque se tomen medidas para eliminar la deuda acumulada por los trabajadores, y eso supone que la crisis la paguen los que amasaron fortunas en el ciclo anterior. Además habría que dar la vuelta a todas las políticas ultraliberales que desde los años 80 han permitido ese trasvase brutal de riqueza desde los trabajadores hacia los bolsillos de los más ricos. Es normal que prefieran arriesgarse a un decrecimiento pagado por los otros, antes que probar medidas que permitan una recuperación pagada por ellos.

Puestos a dar una respuesta a la pregunta que planteaba como título de la entrada, me inclino por pensar que predominan los segundos con el apoyo de un montón de los primeros.

domingo, diciembre 25, 2011

Pequeño homenaje a mis viejos profesores

Aprovechando que nos encontramos a la espera de que se desarrollen nuevos capítulos de la tormenta político-económica, y en tiempos en que nuestra hipócrita y falta de escrúpulos presidenta de la Comunidad de Madrid anda denostando y humillando a nuestros profesores, me apetecía hacer un pequeño homenaje personal a aquellos que pasaron por mi vida y contribuyeron a mi formación, y así de paso que conste como un pequeño acto de desagravio hacia toda la profesión. Personalizo en aquellos que más positivamente recuerdo de cada ciclo escolar, gente comprometida con su trabajo que moldearon lo que ahora soy y que hicieron de los estudios algo más agradable y útil. Y lo extiendo a aquellos otros que quizás no dejaron un recuerdo tan vivo, pero que supongo pusieron el mismo esfuerzo.

De mis estudios de EGB tengo un recuerdo lejano, no soy de esa gente con nítida memoria de sus años infantiles. Me resulta por tanto más dificil recordar los detalles que hicieron de Juan Luis Colino mi profesor favorito del Colegio Zurbano. Le recuerdo de tercero de EGB asociado a campeonatos de damas y también de chapas (en tableros que preparábamos en clases de trabajos manuales). De Juan Castrillo, profesor de Religión, si tengo un recuerdo más claro, por haber asistido a sus clases en los cursos de septimo y octavo de EGB. Eran finales de los 70, y se respiraba la transición política, haciendome ya militante político pro-PCE  y ateo declarado (que era lo que se llevaba en mi casa). Todo lo anterior no impedía que Juan siempre me regalara calificaciones de sobresaliente, junto con su cariño y buen trato. De él recuerdo también algunas discusiones metafísicas (supongo que de bajo nivel) que me hacían sentir bastante adulto. Buenas personas ambas que recuerdo vagamente pero que evocan sentimientos positivos en una fase escolar que no recuedo como especialmente grata.

Tengo mejores recuerdos de mi paso por el Instituto Fortuny. De un entorno de colegio privado pequeño, pasé a un entorno de instituto público grande y con bastante descontrol. Hubo asignaturas casi enteras que convertí en no presenciales y me pasé jugando al futbol con los amigos. De aquella época recuerdo con especial cariño a Francisco Azaña (Paco), que fué mi profesor de Geología en tercero de BUP. Algo bueno debió de hacer para que fuera la Geología mi primera alternativa a la hora de pasar a la universidad (una de mis primeras renuncias). Tenía una estupenda forma de controlar una desbocada clase de chavales de 16 y 17 años, apelando a una singular democracia en la que él se declaraba "mayoría" y nos declaraba a los alumnos "minoría" ("calma en la minoría" nos decía cuando quería poner orden).

Me reservo mi última mención para David Anisi, del que acabo de saber que murío en el año 2008 con solo 59 años. Fuí alumno suyo en la asignatura de Macroeconomía en la Facultad de Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid, y de él obtuve una visión de las distintas teorías macroeconómicas como lo que realmente son, interpretaciones de una realidad compleja y cambiante realizadas a partir de una base de pensamiento político, y por tanto muy lejanas de esa verdad "científica" que se nos vende cada día para justificar la imposición de un sistema económico injusto.

Quede aquí pues expresado mi agradecimiento y respeto hacia estos y todos los demás profesores que tuvieron la suerte o desgracia de contarme entre sus alumnos.




domingo, diciembre 11, 2011

De cumbres y ajustes

Dos días desde la cumbre europea y los grandes titulares van dejando paso a un análisis más profundo de lo allí ocurrido y las consecuencias que tendrá para todos nosotros. Hay un primera evaluación de vencedores y vencidos, que se hace en función de las expectativas iniciales.

Vencido es a mi entender David Cameron, no por el hecho de quedarse fuera de la postura común, sino por su incapacidad de sumar algún otro país a sus posturas. Es en mi propia opinión la única buena noticia, dado que es el Reino Unido el gran defensor de las posturas contrarias al aumento de la regulación financiera, postura que queda inevitablemente debilitada. Tampoco se hace uno grandes ilusiones al respecto.

Hay también en mi opinión una única vencedora real, la antipática Merkel. Arranca de sus socios el acuerdo de plegarse a sus posturas de control presupuestario sin que a cambio acceda a la más mínima concesión en materia de funcionamiento del BCE o emisión de bonos conjuntos. Alemania sigue dispuesta a aprovecharse de una situación que le favorece sin ceder ni lo más mínimo.

Hay en tercer lugar un falso miembro del bando vencedor en el presidente Sarkozy. Uno tiene la impresión de que lo único que le importa es el rédito que quede para si mismo de cara a las próximas elecciones presidenciales francesas. En ese sentido, ha acomodado su postura a la alemana de forma que pueda vender como victoria algo que dudosamente es beneficioso para su país.

De los demás poco se sabe y parece que poco importa. En un ámbito local, Rajoy, hablando por boca de Zapatero, consigue un irrelevante fracaso. No ha surgido apenas ninguna medida real de apoyo a la deuda española, lo que nos deja en manos de la próxima ofensiva especuladora. La victoria de Merkel es nuestra derrota, y ni siquera puede traerse la medalla de haber dejado a España entre los países con capacidad de bloqueo en las decisiones al respecto del Fondo de Estabilidad, selecto grupo formado por Francia, Alemania e Italia. Si para los intereses de España esta no parece haber sido una reunión provechosa, Rajoy y el resto de líderes se traen sin embargo una maleta llena de excusas para poner en marcha un programa de recortes sociales sin precedentes. Preparémonos para lo que se nos viene encima que vendrá aderezado por argumentaciones de la imposibilidad de tomar otro camino diferente del marcado en la reciente reunión.

Nada nuevo por otra parte, pero aunque la mayoría de nuestros conciudadanos se mantienen en el pasmo y serán presa facil de argumentaciones falaces a la hora de ser atracados en sus derechos, no puede estar contento nuestro flamante futuro presidente del hecho de no haber conseguido ninguna contraprestación que nos suavice el mal trago. Seguimos calentando motores y colocando las fichas. La partida empezará con la toma de posesión del nuevo gobierno, y aunque las reglas estén amañadas, resulta arriesgado anticipar como se van a desarrollar los acontecimientos tanto en España como en el resto de países vecinos.

Una pena que el estar jugándonos las habichuelas nos impida disfrutar relajadamente del espectáculo político-social en el que nos vemos envueltos.

jueves, diciembre 08, 2011

¿Donde está la socialdemocracia europea?

Estamos en un tenso compás de espera tanto en España como en Europa. En los próximos días se pondrán seguramente encima de la mesa medidas sin precedentes para intentar salir del atolladero de esa crisis económica en la que llevamos inmersos desde hace ya tres años y que solo da signos de empeoramiento. Vivimos momentos históricos, y ante la gravedad de la situación uno esperaría un fuerte debate entre las distintas corrientes políticas, una calurosa discusión entre los políticos de todos el espectro. Nada más lejos de la realidad.

Tenemos a estas alturas más o menos claras las alternativas que se barajan por parte de los conservadores europeos (que engloban en España no solo al PP, sino a sus socios de las derechas localistas). Su lectura de la situación es la de que estamos en una crisis derivada del excesivo endeudamiento público y de la falta de competitividad. Su receta es la del recorte social y la restricción del gasto público, garantizando sus ganancias al capital para que recupere confianza y nos saque de la crisis vía inversión. A muchos se nos hace evidente la debilidad de este discurso que solo nos lleva al desastre, pero no podemos negar que el discurso existe, y que las recetas, equivocadas o no, se han propuesto.

Y luego tenemos matices, que es lo que realmente se discute en estos días. Por una parte está Merkel defendiendo la ortodoxia ultraliberal con un tinte nacionalista germano, proponiendo una salida de la crisis a base de devaluar salarios y costes sociales de forma que se garantice el cobro a los acreedores de las economías fuertes que prestaron a paises menos competitivos. Frente a ello, la derecha de los países del sur nos ofrece una alternativa más "solidaria", en que los recortes son los mismos, pero en el que los paises "centrales" ayudan a los "periféricos" mediante la emisión de bonos garantizados conjuntamente. En realidad la receta no varía mucho, y solo se discute el reparto nacional de los costes y esfuerzos.

Tenemos por otro lado a la izquierda "minoritaria" (IU en España y sus socios europeos de Die Linke o Le Gauche) que apuesta por el abandono de los dogmas liberales a los que se culpa de la situación actual. Se propone un programa que devuelva a las mayorías la riqueza acumulada por las minorías a base de medidas que en realidad reflejan la vía socialdemócrata clásica. En parte dentro de esta izquierda, en parte fuera, se encuentran los que piensan que esta solución es un parche transitorio, y que la única salida real pasa por la superación del capitalismo y su reemplazo por una alternativa socialista (o similar). Desde esta izquierda en la que me englobo sabemos la importancia de lo que está en juego, y vivimos un clima pre-belico. Velamos nuestras menguadas armas y nos aprestamos a intentar alimentar y canalizar el previsible descontento hacia una protesta social que es la única esperanza ante unas instituciones absolutamente copadas por la derecha.

Y ya está.

Porque fuera de los partidos "populares" y de las "izquierdas minoritarias", resulta clamoros el silencio con el que encaran un momento político tan trascendental.

De Los Verdes cabe esperar poco. A ellos dedicaré una próxima entrada en el blog, porque merecen un análisis aparte, pero es evidente que su fuerza no está en su discurso económico, que es lo que aquí se discute. En clave más española, UPyD ofrece una "leal oposición" y sigue sin desvelar si son "chicha" o "limoná" a ver si va pillando algo del desgaste de los partidos mayoritarios. Es repugnante este partido oportunista y carroñero, pero tengo el convencimiento de que el tiempo les pondrá en su sitio.

Me dejo para el final el clamoroso silencio de la "izquierda mayoritaria" que componen los partidos socialdemócratas entre los que se englobaría el PSOE. La crisis les deja entre dos aguas, corresponsables de la implantación de las prácticas neoliberales que nos han traido hasta aquí, al llegar el momento de definirse son incapaces de encontrar su sitio. Reacios a hacerse la foto pública con sus supuestos enemigos conservadores a la hora de aplicar la nueva vuelta de tuerca, pero incapaces aparentemente de girar 180º y desandar un camino que les alejó de sus posturas socialdemócratas hace muchos años. Balbucean apenas peticiones de ralentizar los recortes, mientras hacen llamadas a la responsabilidad y apoyan cuando les toca esos gobiernos tecnócratas que se van poniendo de moda.

Esperan quizás pasar inadvertidos hasta recoger en el futuro los frutos del desgaste conservador. Espero francamente que no tengan razón al hacer sus cálculos, y que todos recordemos dentro de unos años donde estábamos cada uno en momentos tan decisivos como los actuales.

domingo, diciembre 04, 2011

Golpe de estado político en la Eurozona

Existen varias explicaciones posibles para la absurda crisis de deuda que acogota a una Eurozona cuyos indicadores económicos tanto en nivel de deuda pública, como de déficit, como de balanza de pagos, parecen más saludables que las de países que parecen irse de rositas como EEUU y el Reino Unido. Es evidente en todo caso que no se están tomando las medidas que la política monetaria convencional habilita para acabar con el problema. Si por ejemplo, en EEUU la Reserva Federal ha comprado deuda por más de dos billones de dolares, las compras equivalentes del BCE alcanzan tan solo una décima parte, lo que equivale a una inexplicable inacción. 

Hasta recientemente me sorprendía como todos ante el estúpido empecinamiento por mantener políticas que solo provocan que la situación degenere. Siguiendo la explicación más al uso, estaba convencido de que es el obstinamiento ortodoxo alemán y los beneficios obtenidos por este país a corto plazo, los que dictaban la toma de decisiones. Es evidente que los políticos suelen pensar de forma electoralista y por tanto de cara al corto plazo, pero la irresponsabilidad de la conducta de Merkel al exigir una integrista y suicida política de austeridad a un número creciente de países me resultaba extrañamente irracional, cuando la propia Alemania parece que empieza a sufrit en su propio PIB el resultado de estrangular a sus clientes sureños.

Hablo en pasado, porque esta semana entro en mi cabeza una inquietante idea que me susurra una explicación alternativa y mucho más preocupante. Dicha idea surgió cuando leí en el periódico que ha habido denuncias judiciales al gobierno Griego del PASOK por inflar los datos de déficit, con el objeto de facilitar la imposición de medidas de recorte social. Aunque nada nos sorprende de nuestros gobernantes, es importante destacar que con toda seguridad dicha manipulación costó a los griegos muchos millones de euros en mayores tipos de interés.

Asistimos estos días en España a una guerra total por parte de los voceros de las oligarquías económicas contra todos los aspectos del estado social. Las úlitmas trincheras, constituidas en torno a la educación y sobre todo la sanidad pública, algo intocable hace poco tiempo, se enfrentan a ataques en forma de propuestas de copago y privatización que nadie se hubiera atrevido a plantear hace tan solo unos meses. Y ya de paso, aunque tenga nula relación con la deuda pública, se prepara un nuevo asalto a las condiciones laborales que tiene como más preciado botín el fin de la negociación colectiva. Todo esto es posible ante la amenaza de unos tipos de interés de la deuda desorbitados que nos acercan a la quiebra, lo que ha cultivado un estado de alarma cercano al shock, que mantiene desconcertada a la opinión pública.

Si pensamos por tanto que la inoperancia e ineptitud de nuestros gobernantes económicos están ayudando a  crear las condiciones que permiten desmantelar el modelo social, dicha ineptitud empieza a parecernos premeditada y dolosa. Dado que por mi parte nunca les he considerados estúpidos ni ineptos, sino más bien faltos de escrúpulos defensores de ideologías económicas ultraconservadoras, al servicio de los intereses de los oligarcas financieros, es a mi al que se me empieza a poner una creciente cara de tonto. Y una vez que llego a este punto, analizo de forma diferente las fluctuaciones de la prima de riesgo, que por casualidad aprieta a unos países u otros de forma que se me antoja convenientemente coordinada de la mano de las selectivas compras de deuda por el BCE.

Así pues, mi lado más paranoico me muestra un plan premeditado para fomentar la crisis de deuda como herramienta para imponer al extremo las políticas neoliberales, aún a costa de dañar una economía de una Eurozona que vuelve a entrar en recesión. Como integristas que son, no les importa el daño que causen con tal de imponer sus creencias a los infieles. Los recientes cambios políticos constituirían por tanto un auténtico golpe de estado premeditado, y no una negativa deriva de unos hechos económicos desgraciados.

Y siguiendo por ese camino, el razonamiento me lleva a un punto mucho más preocupante. Si el dolor económico que sentimos es en buena medida auto-inflingido, y si la ciudadanía carece de capacidad de resistencia (como la mayoría absoluta del PP en España indica) para evitar la puesta en marcha de la hoja de ruta de recetas ultraliberales, es de esperar que una vez conseguidos los objetivos, se retire el castigo. En una población ignorante de como se mueven los hilos económicos, quedará grabado el pensamiento condicionado, identificandose en el subconsciente colectivo la protección social y estado de bienestar con crisis de deuda y sufrimiento económico, lo que trataría de solidificar la doctrina neoliberal como verdad incuestionable por un largo plazo. Este podría ser el objetivo último y más retorcido del plan en marcha.

Y lo más preocupante es que cuanto más lo pienso, más me convenzo de que mi lado paranoico está en lo cierto, y de que el plan tiene todos los visos de funcionar.