miércoles, agosto 13, 2014

Fábula con moraleja económica: Marhuenda contra el inaudito efecto multiplicador.


Erase que se era un país en el que una la coalición de rojos insensatos bajo el inaudito nombre de “Ganemos España” se hizo con el poder. El flamante nuevo ministro de economía, de apellido Garzón como un famoso juez, anuncia tras su nombramiento tan solo dos medidas económicas:


  • Crear un impuesto nuevo a un banquero llamado Emilio Botín por 50 EUR.
  • Y dedicar esos 50 EUR, junto con otros 50 más, a dar un subsidio a la señora Perez, madre soltera sin ingresos y que no tiene nada que dar a comer a sus dos churumbeles.

Ese mismo día, un periodista, pongamos que de nombre Marhuenda, se mesa los cabellos en la consabida tertulia de televisiva. Asiente elevando sus ojos al cielo mientras el economista neo-liberal de cabecera explica a los espectadores el desastre que estas insensatas medidas va a suponer. El aumento de impuestos es como un cáncer para la economía que destruirá el crecimiento, y para colmo de males, las medidas suponen aumentar el rampante déficit público, lo que sin duda nos acercará inexorablemente a la bancarrota. Se acaban de cometer dos pecados capitales contra la norma económica liberal, de cuyas consecuencias se arrepentirán los votantes que apoyaron a los anti-sistema de "Ganemos".

Mientras se apagan los ecos de la discusión, la economía se pone en marcha. El señor Botín, que andaba últimamente ahorrando para sacar pasta y hacerse con una Caja de Ahorrosen liquidación recién saneada por el estado, tendrá que apretarse el cinturón. Decide comprarse una corbata  Hermes menos (en realidad cada corbata Hermes vale 150 EUR, pero asumamos que andaban de rebajas). Afortunadamente para la economía del país del cuento, aunque este hecho hace que las cifras de consumo bajen, el PIB que desciende será sobre todo el del Francia que ve bajar sus exportaciones de corbatas. El estado pierde además una recaudación de 10 EUR del IVA correspondiente, aumentando aún más el déficit y confirmando los malos augurios del amojamado economista televisivo sobre los perversos efectos de la medida.

En paralelo, la señora Perez se va al colmado de la esquina y llena el carro de huevos, patatas, pan y filetes de pollo. Se cepilla los 100 EUR del subsidio como si no hubiera mañana. De lo gastado, 85 EUR los trinca el tendero y 15 van a parar a las arcas del estado en forma de IVA. El resumen de cómo ha afectado a la economía las populistas medidas de Garzón sería pues el siguiente.



Si miramos al déficit público, es cierto que ha aumentado, pero menos de lo esperado, puesto que la propia actividad económica ha generado nuevos impuestos. Por el lado del PIB, el nuevo impuesto redistributivo ha sido todo un éxito y el crecimiento producido es mucho mayor que el aumento del défict. Tendríamos pues una primera moraleja del cuento, y es que aunque le pese a Marhuenda, usar la política fiscal para quitarle dinero a quien se lo gasta en productos de importación (frecuentes entre los que más ricos), y dárselo a quien se lo gasta en productos locales (normal entre los más pobres), tiene un magnífico efecto para la actividad económica.

Sin embargo la cosa se podría resumir en un “ni pa ti ni pa mi”. La economía avanza pero a cambio el déficit está disparado, la típica irresponsabilidad de los rojos que llevará al país a la bancarrota…

Y ahí quedaría la cosa, queridos niños, si no existiera un fenómeno que en economía dan en llamar el “multiplicador”. ¿En qué consiste?

Si seguimos observando lo que ocurre en la economía, resulta que el tendero ha conseguido 85 euros que le vienen que ni pintados. Estaba pendiente de hacer unas chapucillas en casa y llama a un albañil puliéndose lo que acaba de ganar. El albañil, cuyo hijo es inspector de hacienda y que por tanto es cumplidor con los impuestos, emite una factura por 70 EUR más 15 de IVA, que van a parar a las arcas del estado. Con esta nueva transacción económica, producto indirecto de la irresponsabilidad del ministro Garzón, el cuadro del efecto de total de sus medidas quedaría como sigue.



La cosa luce mejor, el incremento del PIB es ya de 175 EUR, y se ha hecho a costa de un aumento del déficit de tan solo 30 EUR. Pero es que el nunca bien ponderado“multiplicador” es la leche, y la cosa no acaba aquí. El albañil celebra los ingresos de la chapuza invitando a un par de amigos a comer en el bar de la esquina. El del bar aprovecha las ganancias para arreglar el congelador que tiene estropeado, el del servicio de mantenimiento de congeladores se lo gasta en vino, y el bodeguero saca pasta para llenar el depósito del coche e irse con los niños a pasar el día en el campo. Como la gasolina se compra fuera del país, el dinero deja su economía, acabando aquí llega el efecto “multiplicador”, esa cadena de transacciones económicas generadas por la prestación entregada inicialmente a la familia Perez .

En resumen, este sería el efecto conjunto en la macroeconomía de las medidas del ministro Garzón, y todas las transacciones que la siguieron.



Si le presentáramos estos datos a Marhuenda, nos llamaría demagogos, porque lo ocurrido parece desafiar su limitada lógica. El déficit esperado de 50 EUR se ha convertido en un superávit de 15. Las exportaciones han bajado también en 15 EUR, y el Producto Interior Bruto ha subido nada menos que en 395 EUR.

Hablando en términos no económicos, Botín tiene una corbata menos, los Perez se han quitado el hambre, el tendero ha arreglado su casa, el albañil se ha dado un festín con los colegas, el del bar ha arreglado su congelador y el de las reparaciones se ha plimplado un par de riojas, y el bodeguero ha pasado un día estupendo con sus hijos. Desafortunadamente queridos amigos, de todos ellos solo Botín tiene la capacidad de condicionar lo que sale en los medios de comunicación y de pagar a “Marhuendas” para que convenzan a todo el mundo de lo desastroso que es subir impuestos a los banqueros, así como lo nefasto de vivir por encima de nuestras posibilidades quitando el hambre a la gente.

No sería descabellado pensar que el gobierno de “Ganemos” tenga fácil ganar el voto de la señora Pérez. Sin embargo, el tendero, el albañil, el dueño del bar, el del servicio de reparaciones y el de la bodega, autónomos emprendedores todos de pro, es muy posible que sean fácilmente convencidos para votar contra un gobierno que sube los impuestos a los empresarios como ellos, que al fin y al cabo son los que generan riqueza, para dar subsidios a los vagos.

Esto no es más que un ejemplo extremo de una realidad compleja, pero ejemplifica bien, como buena fábula que es, como las verdades tan lógicas que nos venden al respecto de la necesidad de “austeridad” y las bajadas de impuestos no se basan en hechos, sino que defienden simplemente los intereses de algunos. Curiosamente, dar la prestación a los Perez sería tildado por los medios del régimen como un despilfarro inasumible, mientras que subvencionar la compra de un coche que se fabrica en la mayor parte de los componentes y en la mayor parte de los modelos en países extranjeros, sería celebrado como una manera inyectar dinero para reactivar economía.

Otra moraleja: austeridad viene a ser quitar la comida a los hambrientos para que se compren coches los más ricos.

Y colorín colorado, este cuento, con varias moraleja se ha acabado. Si queréis leer la versión de Wikipedia de lo que es el “multiplicador”, podéis leerlo aquí

http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_multiplicador