domingo, junio 22, 2014

¿Porqué no participar en PODEMOS?


Andamos todos en IU a vueltas con qué hacer con el fenómeno de PODEMOS. Nos reunimos y discutimos para analizar el nuevo panorama político sabiendo que algo importante está pasando, pero sin ponernos de acuerdo del todo en cuanto a lo que esto significa y como debemos reaccionar ante ello. No es solo el resultado electoral, sino que las encuestas más recientes parecen confirmar una propensión de una parte importante de la población a optar por el partido recién llegado, en detrimento fundamentalmente de PSOE e IU, pero también de pequeños partidos y de la abstención.

Entre los compañeros percibo una mezcla de malestar, desconfianza y esperanza. Malestar por una iniciativa que nos roba el espacio y trunca nuestras expectativas de crecimiento; desconfianza hacia un partido que comparte parte del mensaje anti-político de esos partidos populistas de derechas europeos; y esperanza por ver como por fin parece que las fuerzas que aspiran a un cambio de modelo político y económico pudieran tener a tiro al bi-partidismo. Después de haberme reunido con los compañeros a nivel provincial y a nivel local, y tras leer el informe al respecto de las elecciones preparado por el Consejo Político Federal, veo que de cara al futuro predomina una vocación mayoritaria de respeto hacia lo que hagan en PODEMOS, a la espera de una convergencia electoral futura que vemos como imprescindible y casi inevitable. Un sentarse a esperar lo que ocurre dentro de la nueva formación que a mí se me hace insuficiente ante la importancia del asunto.

Creo que estamos haciendo una interpretación de la situación parcialmente erronea. Como ya he dicho en este blog, yo no veo a PODEMOS como un partido con el que competir o colaborar, sino más bien como el resultado de una estrategia organizativa y de comunicación diferente a la nuestra que ha surgido de nuestro mismo entorno y con los mismos objetivos que nosotros defendemos. Pablo Iglesias y los suyos han acertado en el diagnóstico de porqué IU no conseguía llegar a ciertas capas del electorado, y ha encontrado la fórmula para atraerlas hacia nuestro lado de la batalla política, poniéndonos a tiro lo que llevamos años buscando. Seríamos estúpidos si no les ayudáramos a que esta fuerza que necesitamos tan imperiosamente se vuelva a difuminar, un peligro muy real dadas las grandes contradicciones de partida que tiene el nuevo partido.

En los próximos meses, PODEMOS pasará por periodos tremendamente turbulentos. Se enfrenta por una parte al reto de poner orden en un ideal asambleario que en mi opinión resulta inmanejable tal como está, pero sobre todo se enfrenta al problema de la llegada al movimiento de personas heterogeneas políticamente que no van a poder convivir en la misma iniciativa. Inevitablemente habrá una corriente que se imponga, la gente se decantará y parte de los que ahora participan se darán cuenta de que PODEMOS ya no les representa. Lo que salga puede seguir en la linea ideológica que plantearon sus fundadores, pero puede también alejarse hacia posturas menos críticas con las estructuras económicas existentes, y no cabe duda de que habrá un potente intento por parte de los medios del sistema para que sea esta segunda opción la que triunfe.

Si la iniciativa fracasa, mucha gente volverá al camino del desencanto o el voto útil, cerrando unas expectativas que hemos tardado décadas en encontrar. Si el posicionamiento ideológico evoluciona para desprenderse de los elementos más "anticapitalistas" y transformadores, la iniciativa quizás contribuya a forzar una cierta profundización en las estructuras democráticas, pero dejarán el sistema económico intacto en una fase en que el capitalismo nos va imponiendo sus aspectos más crueles. Un PODEMOS inofensivo sería una gran herramienta para taponar las grietas de credibilidad del bipartidismo sin poner en riesgo las estructuras de poder actual. Es por eso por lo que creo que sentarnos simplemente a mirar lo que ocurre resulta irresponsable y peligroso.

El proyecto de Pablo Iglesias debe verse por la gente de Izquierda Unida como una oportunidad inmensa. En sus Círculos se reúne gente cuyas decisiones nos van a influir significativamente, y de sus debates depende el futuro de toda la izquierda. Nuestra presencia en estas reuniones, nuestra participación en esos debates y nuestra colaboración con la gente que forma parte de estos grupos pueden resultar clave para que todo esto evolucione en una manera que no acabe constituyendo una oportunidad perdida. Se trataría de entrelazarnos a nivel de base, de forma que contribuyamos a que la formación no derive ideológicamente de forma peligrosa. Una presencia que debería ser no como IU, sino individual por parte de cada uno de nosotros, de igual a igual y con respeto a las normas que el proyecto de PODEMOS se ha dado. Algo parecido a lo que ya hemos hecho muchos de nosotros con nuestra participación en las mareas, plataformas sociales y resto de movimientos que han ido surgiendo desde el 15-M

La ventaja de la forma de funcionar de PODEMOS por medio de asambleas abiertas, es que nuestra participación abierta en ellas no traiciona sus reglas y puede ser compatibilizada con nuestra actividad y militancia en IU. Nos da acceso además a una audiencia con poca cultura política, abiertos a escuchar y ganas de participar, recién despertados del adormecimiento en que el sistema les ha mantenido durante décadas. Podemos hacer proselitismo, no de nuestras siglas (eso sería éticamente cuestionable y evidentemente mal recibido), pero si de nuestras ideas y propuestas, para que estas sean asumidas y se conviertan en el núcleo ideológico del nuevo partido, mientras creamos relaciones de confianza y camaradería con la gente que conforma los círculos de PODEMOS.

Yo ya lo estoy haciendo así, ayudando a la gente de mi área que están poniendo en marcha su propio Circulo PODEMOS y participando en sus asambleas, poniendo siempre por delante mi militancia activa en IU con el objeto de que nadie se llame a engaño. De momento me encuentro cómodo con gente que encuentro en su mayoría bastante afín ideológicamente, si bien son muy críticos con como funciona nuestra organización, crítica que de hecho en buena medida comparto. Se que muchos otros compañeros están actuando de forma similar.

Si lo hacemos bien solo tenemos cosas a ganar. Si PODEMOS mantuviera su pujanza actual y si entre todos conseguimos que mantenga la linea ideológica inicial, la confluencia electoral sería inevitable al encontrarse nuestras bases entrelazadas. Si fracasara, es muy posible que pudieramos evitar que el destino de muchos de los que ahora andan esperanzados y movilizados fuera simplemente el desencanto, y que pudieramos rescatar parte del impulso ahora creado para liderar la siguiente alternativa desde una Izquierda Unida que debe cambiar en el camino muchos de sus vicios organizativos.

Así pues, como buena parte del reducido (pero selecto :-) ) grupo de seguidores de este blog pertenecen al entorno de IU, os animo directamente a que sigáis nuestro ejemplo y hagáis algo más que sentaros a ver si hay suerte y de PODEMOS sale la acumulación de fuerzas necesaria para el cambio político y social. Hagamos lo que sea necesario para que esa posibilidad se convierta en un éxito real que todos podamos celebrar.

jueves, junio 12, 2014

PODEMOS como un terremoto electoral.


En los últimos días nos hemos encontrado con las primeras encuestas electorales posteriores a las elecciones europeas. No había que ser un profesional de la sociología para anticipar que PODEMOS iba a recoger en estas encuestas un importante porcentaje de votos efecto de la euforia tras su sorprendente éxito, y aún así, debo confesar que los resultados son tan espectaculares que me han pillado por sorpresa. Dejo aquí unas tablas para que cada cual haga su valoración.

En primer lugar, los resultados de las encuestas, tanto la intención de voto indicada por los encuestados, como los resultados finales estimados en función de esta intención expresada.


En ambas encuestas, la intención de voto declarada de una hipotética coalición de IU + Podemos superaría ya no al PSOE, sino también al PP. En cuanto a estimación de resultados, unque la cocina aplicada resulta inexplicable (multiplicando votos bipartidistas de forma incomprensible), una eventual coalición a la izquierda del PSOE estaría al borde del soñado sorpasso (según CELESTE-TEL), y podría incluso superar al PP (según El Periodico).

Si comparamos la intención directa de voto respecto a la última encuesta publicada por cada uno de los medios, se hace evidente como PODEMOS resta relativamente poco voto a IU, bastante más al PSOE, pero sobre todo parece estar consiguiendo por fin sacar de la abstención y del desencanto pasivo a bastante gente


Con estos datos en la mano, resulta difícil argumentar que PODEMOS divida el voto de la izquierda. Más bien parece que lo ha multiplicado, y ha abierto perspectivas que antes no teníamos.

No quiero dejar de destacar como, en la encuesta de El Periodico, Pablo se convierte en el lider más valorado del panorama político español, y con un grado de conocimiento superior al del propio Cayo Lara. Es una situación inédita que, nos guste o no, convierte en este momento al lider de PODEMOS en el candidato perfecto en un frente de izquierdas para unas eventuales elecciones generales.


Todo lo anterior nos debe hacer plantearnos muy seriamente el cómo debe IU responder a esta nueva situación. Creo que de dicha respuesta depende que en unos meses nos encontremos con un mapa político radicalmente distinto en nuestro país. Dice una amiga mía, que nuestra reacción ante el súbito éxito de PODEMOS se puede catalogar como de un ataque de celos. Aunque yo lo niego, creo que en el fondo tiene bastante razón, y que eso se refleja también en los comentarios de algunos compañeros en el Foro de IU. En realidad, esos celos estarían bastante justificados, considerando como el electorado al que pretendemos parece dar tan fácilmente la confianza a unos recién llegados, dándonos calabazas a pesar de todos nuestros esfuerzos y dedicación anterior. Sin embargo, y como le contesté a ella, creo que para nosotros, los afiliados de IU, el proyecto político que defendemos es demasiado importante para dejarnos llevar por algo tan irracional como esos celos. Debemos como siempre ponernos a trabajar y dejar de lamernos las heridas.

La irrupción de PODEMOS demuestra a las claras algo que debía haber sido ya evidente pero que la ejecutiva de IU se niega a ver. Basta un mero cambio de lenguaje y una promesa de nuevas formas políticas (incluido el manido tema de las primarias), todo ello al servicio de un programa idéntico, y cientos de miles de personas recuperan de repente la ilusión por votar. Pablo, Monedero y Errejón nos han dado, y sobre todo a nuestra ejecutiva, una pequeña lección política. A posteriori, creo que ha sido bueno el que no haya confluencia en unas mismas listas, porque creo que buena parte de la gente que ahora ha votado a PODEMOS, se hubiera quedado fuera si IU hubiera ido capitaneando una eventual coalición.

Debemos saber leer los mensajes, también los que no nos gustan, y es evidente que hay millones de personas dispuestas a dar el salto de una opción de izquierdas alternativa al PSOE, pero es inmensamente reticente a otorgar dicha confianza a nuestras siglas, y seguramente tampoco apoyarán una coalición electoral que se vea como una IU ampliada. Nos puede gustar o no, pero es algo que tenemos que aceptar de una vez y saber adaptarnos a ello.

¿Como? Yo tengo mi propia opinión, que dejo para la siguiente entrada.

miércoles, junio 04, 2014

Visitando una asamblea de "Podemos"


Pues sí, ayer me pasé por una asamblea de Podemos. Que conste que mi intención no era la de participar, sino conocer a la gente que la forma, su forma de trabajar y las cosas que defienden. La experiencia fue interesante y creo también interesante compartirla.

Antes de empezar, quiero que conste que mi deseo es que esta gente triunfe. En los últimos días nos hemos ilusionado todos sumando votos mentalmente  para desbancar al bipartidismo, y somos conscientes que todo cambiaría si podemos extrapolar los resultados del 25 de cara a las próximas citas electorales. La cuestión fundamental que me llevaba a la reunión era la de determinar hasta qué punto los recién llegados a las lides electorales pueden responder a las expectativas que se están generando, y como de posible será trabajar con ellos para constituir candidaturas conjuntas con Izquierda Unida. Con estas premisas, acompañé a Julia y un grupo de amigas a la asamblea de Guadalajara. Era su primera participación con “Podemos”, partido al que todas ellas votaron en las pasadas elecciones, e iban decididas a poner manos a la obra para generar su propio “circulo” en nuestra localidad

Para empezar, el número de gente presente no estuvo mal, unas 60 o 70 personas apretados en los sótanos de un bar. Los organizadores preguntaron cuanta gente acudía por primera vez y resultó que representaban un 70 u 80% del total. Por lo que se comentó, yo diría que si quitamos a la gente que anda recién llegada al calor del éxito electoral, el grupo activo no debe superar una o dos docenas. Concluyo, y no es una sorpresa, que el resultado electoral no ha obedecido precisamente a su capacidad de movilizar gente para trabajar en la campaña, sino que está ligado únicamente al tirón mediático del líder. Me hubiera gustado encontrarme con un batallón de activistas entusiastas, y me encuentro un pelotón de curiosos cuyo grado de implicación a largo plazo resulta difícil de determinar aún. No parece que, al menos antes del 25 y el éxito que supuso, Pablo y los suyos hubieran dado aún con la fórmula que movilice a la gente más allá del cómodo click en el ordenador. Confieso que es una pequeña decepción, pero es cierto que nos hará falta tiempo para ver cuáles son las fuerzas reales del nuevo movimiento-partido, una vez que el subidón se pase.

Otro aspecto que me preocupaba era cuál sería el perfil de gente presente. Temía que fuera demasiado heterogéneo y anti-político, del tipo de gente con la que acabaríamos chocando a la hora de plantearnos propuestas conjuntas o compartir listas. Algo de todo parecía haber, pero en general puedo decir que me quité parte de mi preocupación. Había un aroma a 15-M de lo más evidente, con algún despistado levantando las manos a modo de aplauso. Gente de un gran rango de edades (pocos realmente mayores), nada del predominio de chavales que hubiera podido esperarse, ni tampoco me parecía que el rollo de internet y redes sociales tuviera un enorme protagonismo. En general creo que predominaba la gente que está viviendo su primera experiencia de participación política, pero no me parece que haya demasiado equívoco en cuanto al carácter izquierdista de la iniciativa (etiquetas aparte). En el lenguaje, el aspecto y las maneras de los promotores del evento, se ve una orientación que espantará a los que se acerquen con las ideas confundidas y crean en populismos a lo Beppe Grillo. En este aspecto me voy con más tranquilidad de la que llegué.

Aclarados estos puntos, me centro en observar la dinámica de la reunión. Uno ya es viejo en las lides asamblearias y sé lo difícil que es conseguir de ellas una capacidad ejecutiva que las permita ser efectivas, por lo que me interesa ver cómo han resuelto Pablo y los suyos ese problema, como se consigue despejar el dilema y las contradicciones entre la efectividad y la participación horizontal y asamblearia. A ese respecto, confieso que no he podido menos que sentirme también defraudado. No es que el modelo de funcionamiento de “Podemos” no me haya gustado, sino que simplemente no me parece que exista aún. Estuvimos dos horas y media en una reunión en la que se dieron turnos de palabra a muchos de los asistentes y con un orden del día un poco indeterminado. Entre las aportaciones, algunas razonables y otras (la mayoría) simplemente gente expresando sus ideas más o menos genérales pero sin contenido demasiado práctico. Me quedó claro que las asambleas son abiertas y que las decisiones se toman solo si tienen un apoyo de un 80% de los presentes. A efectos prácticos, el único tema que se decidió es la creación de unas comisiones (renombradas posteriormente como “grupos de trabajo”) y coordinadas por algunos de los presentes (y alguno no presente). La propuesta que se acabó aprobando era la que traían los organizadores y las comisiones quedaron en manos de la gente que venían propuestas inicialmente.

No pude menos que constatar por tanto que, por mucho que se haya usado un método asambleario, acabamos con la propuesta de los líderes siendo aprobada. La dinámica de liderazgo de unos pocos más o menos organizados previamente, y el seguimiento a sus propuestas de una mayoría menos activa, es natural en todas las asambleas a las que he asistido, y esta no ha sido diferente. No veo nada nuevo ni revolucionario en la forma de actuar, y salgo a este respecto con la impresión de que para cuando hayan completado de organizarse, lo que salga puede ser un calco de la forma en que funcionan las asambleas de Izquierda Unida. No puedo menos que preguntarme si para este viaje hacían falta estas alforjas.

Antes de entrar en la reunión, andaba preguntándome porqué gente como las amigas que me acompañaban encontraban más atractivo participar en “Podemos” que hacerlo en IU (pese al tiempo que llevo intentando convencerlas). Al acabar la reunión seguía sin haber encontrado respuesta, y no pude evitar hacerles la pregunta directamente, para llegar a la conclusión de que el motivo es una combinación de los prejuicios adquiridos hacia IU y del atractivo que genera pertenecer a un movimiento que ahora se identifica con el éxito. Está claro que gusta más estar en el lado de los triunfadores.

El resumen de mi visita a mis vecinos de “Podemos” presenta por tanto, al menos para mí, más sombras que luces. Entre lo positivo, salir esperanzado de que cuando toque, no será excesivamente difícil confluir con ellos. Sin embargo tengo dudas de que pasada esta efervescencia inicial, consigan constituirse en una organización suficientemente fuerte como para  para no seguir dependiendo del puro tirón mediático como han hecho hasta ahora.

Solo el tiempo resolverá estas dudas, dejemosles que sigan su propia dinámica y ya nos iremos encontrando en las movilizaciones y las luchas cuando toque. Les sigo deseando todo el éxito del mundo, pero tengo claro que de momento les seguiré observando en la distancia.