domingo, diciembre 30, 2012

El injusto descrédito del pensamiento económico



Recientemente hablaba con una compañera de IU que al enterarse de que soy licenciado en económicas me preguntaba cómo era posible que los economistas fueran incapaces de prever las crisis, y mucho más de poner las soluciones cuando estas estallan. Es una cuestión muy repetida que demuestra tanto el desconocimiento de la mayoría de la gente de lo que en realidad es el estudio de la economía, como el éxito que se ha obtenido desde el poder para revestir de un aura de ciencia lo que no es más que la toma de decisiones producto de una concepción ideológica y en busca de unos objetivos complejos.

Que la teoría económica, como pasa en todo el pensamiento social,  está absolutamente ligado a la ideología, es algo tan obvio que el mero hecho de que tal cosa se niegue demuestra el desconocimiento del tema por parte de quien lo hace. Cuando supuestos economistas defensores de las políticas económicas dominantes niegan la existencia de alternativas, indican solo su pobreza intelectual, su falta de capacidad crítica, su sometimiento al poder, o posiblemente una combinación de todas estas cosas.

Cuando en el año 84 decidí que estudiaría Económicas en la universidad, el motivo fundamental fue el intentar tener mi propio criterio y opinión al respecto de una política económica que ya sospechaba tenía mucho de darnos gato por liebre. Ya en la facultad conocí a muchos estudiantes con tan buenas notas como poco criterio y que pensaban que entre las enseñanzas recibidas había leyes inmutables, un fracaso educativo en un entorno en que entre el profesorado parecía haber una saludable diversidad ideológica. No conozco el estatus actual de la universidad pública, pero sí parece evidente el estúpido adoctrinamiento que se imparte desde las universidades privadas, centros de estudio financiados desde empresas y las omnipotentes y “prestigiosas” escuelas de negocio.

El sometimiento de todos esos “economistas”, docentes y representantes de tan prestigiosos centros a un discurso forjado en la defensa de unos intereses ideológicos concretos, incluso ante la evidencia de su fracaso para explicar y resolver los problemas económicos actuales, evidencia tan solo su fracaso intelectual y el éxito de la clase dominante para adoctrinarles a ellos y con su ayuda, a la población en general. Pese a su evidente incapacidad predictiva y falta de soluciones, siguen ocupando los medios de comunicación e indicándonos soluciones que se demuestran fallidas una y otra vez, dejando en la gente la sensación de fracaso e incapacidad general del pensamiento económico y del gremio de los economistas.

Sin embargo hay que insistir una y otra vez que existe una gran cantidad de pensamiento económico al que se obvia en los medios del sistema y que propone un análisis diferente y unas soluciones alternativas, y hay suficientes evidencias al respecto del fracaso de las políticas económicas que se nos imponen en la actualidad como para poder dudar del sentido común o de las intenciones de quien todavía se atreve a defenderlas en público. No es que los economistas no encuentren soluciones que consigan reactivar la actividad económica y sacarnos de la crisis, es que no parece haber ninguna que no pase por redistribuir la riqueza acumulada y cambiar las reglas fundamentales de nuestro sistema capitalista de mercado.

No se puede sin embargo pedir a los servicios de estudio y centros de enseñanza mantenidos por las oligarquías económicas que difundan un mensaje contrario a los intereses de sus dueños. No será muy ético ni intelectualmente honesto, pero no se puede tampoco pedir a los medios de comunicación del propio sistema que empiecen a difundir ideas que llevan inexorablemente a su cambio. Es preferible caer en el descrédito público y el escepticismo y confiar en que de algún modo las cosas se acaben resolviendo sin coste alguno para los que han sido los grandes beneficiados del de las condiciones actuales.

Lamentablemente para las clases dominantes solo es cuestión de tiempo que el fracaso del llamado “pensamiento único” se haga tan evidente que no sea posible seguir ocultando la existencia de esas alternativas que con tanto éxito han conseguido negar hasta ahora. Cuanto mayor sea su resistencia  a aceptar su inevitable fracaso y más se nieguen a ceder parte de sus privilegios, más aumentará el sufrimiento social y más radical será la respuesta que acabará llegando. Cuanto más tensen la cuerda más difícil les resultará controlar los cambios que vendrán para minimizar sus propias pérdidas, por no ceder una parte pueden perder mucho más.

Aunque licenciado en Ciencias Económicas, nunca me he considerado “economista”, dado que mi trabajo no se centra en el estudio económico, sino en puras funciones administrativas, y no creo que mis conocimientos teóricos sean suficientemente profundos. Sí me considero en cualquier caso vinculado al gremio y me molesta la forma en que el pensamiento dominante ha conseguido desacreditar un área de las ciencias sociales tan importante para contribuir a crear una sociedad mejor.

domingo, diciembre 16, 2012

Partirle la cara a Laskety (hablando a nivel teórico)



Acaba 2012 con un panorama desolador y un futuro muy preocupante. Se han pasado todas las lineas rojas, nos hemos movilizado y manifestado, hemos hecho varias huelgas generales e innumerables huelgas sectoriales, hemos tomado plazas y rodeado el congreso. Hemos avanzado mucho en la concienciación y en la movilización, pero nada parece haber hecho mella en el avance inexorable de una maquinaria ideológica ciega y suicida que nos hunde inexorablemente en el pozo de la crisis, la desigualdad, la miseria, el paro y la desprotección. Un pozo que no parece tener fondo, como nuestros adelantados socios griegos y portugueses nos demuestran cada día.

Se nota entre la gente una sensación que va de la preocupación a la desesperanza, y hasta los sectores mas conservadores, los médicos, los abogados y los mismos jueces se ponen en pié de guerra. Son seguro movimientos parcialmente corporativos en defensa de los suyo, pero indican algo más. Se está produciendo un paulatino corrimiento en las posturas de la gente que lleva a los antiguos entusiastas del sistema hacia el excepticismo, a los menos entusiastas hacia la desafección, a los neutrales a la protesta, y a los contrarios a un estado de indignación creciente

Y luego estamos nosotros, los que ya estábamos indignados, los que incluso en mitad de la fiesta de las burbujas defendíamos en solitario posturas críticas enfrentadas al pensamiento único. Nosotros creo que también hemos sufrido un proceso de evolución. De la sensación de injusticia vamos pasando a una sensación de urgencia y de ira, según vamos siendo más consciente de lo poco que cuesta destruir décadas de avances sociales construidos sobre la lucha de gente que se sacrificó en lo personal para que todos ganáramos.

Y aunque vemos con cierto alivio que las mayorías van despertando poco a poco, nosotros no podemos quedarnos parados a esperarles, porque aunque el daño que ya se ha hecho es muy grande, la amenaza que supone el futuro es demasiado inmensa y tiene tintes de irreversible. Y no nos engañemos, se trata de un futuro que se mide en meses más que en años. Mientras las mayorías se unen, los que ya vivimos en la ira tenemos que seguir construyendo un futuro en la lucha y llevarla a un escalón superior que creo que va más allá de las acciones reglamentadas por el sistema. Ellos, los que nos dirigen, se han acomodado en un bunker y están dispuestos a aguantar lo que venga. Y van a utilizar los poderes legislativo y ejecutivo en sus manos como un cheque en blanco para lleva a cabo su misión. Son fanáticos de una religión económica y social a los que no les importa el rechazo de la gente, ciegos a los signos evidentes de sus errores, aupados y mantenidos por unas oligarquías que está consiguiendo una victoria total. A los que nos gobiernan no les va a parar las demostraciones masivas en su contra, porque como dicen, como ya Zapatero dijo, hacen lo que tienen que hacer, lo único que se puede hacer. Dan por descontadas las protestas tradicionales, incluso les da para sacar pecho y presumir de su capacidad de resistencia ante lo que opina la población que someten.

No podemos permitir que continúen con su labor destructiva por tres años más amparados en una legalidad ilegítima que les da todos los resortes del poder. No podemos permitir que ellos nos marquen las reglas del juego, no se lo debemos poner tan fácil  yo al menos estoy listo para algo más, y tengo la sensación de que no estoy solo.

A Laskety por ejemplo, al infausto consejero de la Comunidad de Madrid, las manifestaciones no le van a convencer para que no nos deje sin sanidad pública. Y por supuesto, aquellos que han puesto el ojo en tan suculento negocio no van a renunciar a los inmensos beneficios que esperan obtener. A Laskety le ha llegado la hora de que sepa que le puede caer una somanta de hostias si persiste en su intento de despojarnos del derecho a la salud; que cuando nos agreden reaccionamos, y que si quiere hacer de nuestra vida un infierno, podemos devolverle con la misma moneda. Y los oligarcas que pretenden forrarse deben tener claro que su avaricia les puede salir cara. Tienen que descubrir que no todo es ganar más, que lo que ya tienen también se les puede quitar, que esto no es un camino de una sola dirección, que ni su propiedad, ni su bienestar ni su integridad están garantizados, igual que no lo están los nuestros. No se puede hacer una tortilla sin romper un huevo, ni ha habido nunca victorias sociales a base de negociaciones en sillones que no hayan venido respaldadas por la amenaza.

La legalidad no está por encima de la justicia y los límites de las acciones que se debe estar dispuesto a secundar los debe marcar la importancia de lo que esta en juego. Quizás alguno empiece a plantearse que llega la hora de la desobediencia civil, de la subversión e incluso del sabotaje, de ir un escalón más allá, y por supuesto, de jugar este nuevo grado de conflicto con inteligencia ante las herramientas represoras del sistema. Quizás ha llegado la hora de que la lucha se equilibre y de que no seamos solo nosotros los que tenemos algo que perder, de que el miedo no esté tan solo entre los que temen quedarse sin trabajo, perder su casa o no poder atender a sus enfermos.

Por supuesto esto solo es un planteamiento teórico que no implica que invite a nadie a hacer nada que pueda lindar la ilegalidad. Como podría hacerlo, si ello mismo podría ser constitutivo de delito. No es que la audiencia de mi blog sea un medio de masas, pero los pocos que leáis estas lineas no deberían sentirse invitados en caso alguno a romper la ley. Eso si, si alguien sabe de alguna iniciativa algo más rupturista y efectiva, aunque quizás algo menos respetuosa de la legalidad, rogaría que me lo haga saber. Por puro interés intelectual quiero decir.

domingo, noviembre 11, 2012

Carta a mis vecinos al respecto de la Huelga del 14 de Noviembre.



Estimado vecino,

Como supongo que seguramente sepas, el próximo miércoles, 14 de Noviembre, se ha convocado una huelga general en España dentro del marco de una campaña europea contra la política de recortes y austeridad que se ha extendido en los últimos años por el continente. Como habréis comprobado, he dedicado una vez más un poco de tiempo a poner carteles por la urbanización con el objetivo de que ninguno de vosotros deje de tomar parte en esta movilización por culpa del desconocimiento. En ocasiones anteriores he buzoneado también algún folleto explicativo de los motivos de la huelga de los que editan CCOO o IU,  con la débil esperanza de que alguno de los que no pensáis participar en la misma, cambie de opinión. En esta ocasión me vais a disculpar si los sustituyo por este mensaje que os remito como vecino y también como afiliado de base de IU.

No voy a repetir aquí uno a uno los recortes que en los últimos años hemos acumulado en nuestras condiciones laborales y en nuestros derechos y servicios sociales; dado que asumo que todos los tenemos más o menos presentes y son suficientes para llenar varias cartas como esta. Tampoco voy a intentar discutir alguno de los motivos que normalmente se argumentan para no seguir las huelgas generales, dado que en buena medida los comprendo e incluso los comparto. Comparto las mismas críticas a los sindicatos mayoritarios, sus burocracias acomodadas, sus subvenciones y los inaceptables comportamientos de algunos de sus liberados. Se también que no está el horno para perder un día de salario, igual que comprendo la inseguridad laboral que hace que a algunos os preocupen las posibles represalias en vuestro trabajo. Tampoco tengo yo interés en perjudicar a la empresa que me emplea a la que no puedo reprochar demasiadas cosas como trabajador y que resulta evidentemente afectada. Todas esas objeciones y preocupaciones las comprendo e incluso las comparto, pero pese a ello me siento obligado a pediros que os replanteéis vuestra postura si habéis decidido seguir vuestra vida normal ese día.

Sé que muchos de vosotros pensáis que una huelga como esta no sirve para nada, que el gobierno tiene mayoría absoluta y que las medidas que ya se han tomado no van a deshacerse. Estoy incluso bastante de acuerdo con esto también. El incendio de recortes sociales nos deja un panorama similar al del bosque quemado, del que sabemos que en el mejor de los casos pasarán muchos años antes de que pueda recuperarse. Destruir es siempre mucho más fácil que construir. Sin embargo no debemos confundirnos, porque esta demolición de todo lo social no ha acabado, y solo podrá frenarse en la medida en que todos nosotros, la gente, seamos capaces de oponer resistencia.

No hay límite a la determinación cruel de los que dirigen la política europea para acabar con todo atisbo de estado de bienestar, como nos enseñan nuestros vecinos griegos y portugueses que llevan años caminando por la senda que nosotros solo hemos iniciado. El objetivo está escrito en los manuales de la doctrina económica ultra-liberal en la que creen aquellos que nos gobiernan. Su meta es, en lo laboral, la eliminación de toda regulación, el despido libre, el fin de toda negociación colectiva y la eliminación del subsidio de desempleo y de los salarios mínimos. Es, en lo social, la privatización de la sanidad y la educación pública, así como la eliminación del sistema público de pensiones, reemplazados todos por negocios privados apoyados por elementos de beneficencia que permitan lavar un poco la conciencia ante el sufrimiento de los excluidos. En su doctrina, todo lo público y toda la restricción a la libertad empresarial es mala, y hay que acabar con ellas, y si creemos que van a pararse por si solos antes de alcanzar este objetivo último creo que somos muy ingenuos. La velocidad con la que avanzan hacia su objetivo solo la frena el miedo a la resistencia de la ciudadanía, y ciertamente de momento esa débil resistencia no está resultando un gran obstáculo.

Podemos, así pues, seguir como hasta ahora, acomodados en nuestra inacción y dejando que el proceso en marcha avance como una inmensa apisonadora; o podemos responsabilizarnos de nuestro futuro y el de nuestros hijos y tratar de hacer algo. Esa pasividad es coherente si sois de los que creen en las doctrinas económico-políticas de los ultra-liberales, pero resulta negligente y desesperante si realmente no las compartís, porque solo vosotros, sumados uno a uno, podéis parar este desastre. Nosotros, los de siempre, los que protestamos hace años, los que somos activos en política desde hace mucho tiempo, somos muy pocos y no podemos hacer el trabajo por todos vosotros. Yo puedo poner los carteles y buzonear la urbanización, pero no tengo la fuerza para remplazaros a la hora de dar una respuesta que demuestre al gobierno de aquí y de la UE que no estamos dispuestos como ciudadanos a permitir el desmantelamiento de toda esa protección social que costó muchos años y muchas luchas conseguir.

Entiendo como decía que vuestras circunstancias os hagan imposible seguir la huelga. A nadie se le puede pedir que ponga en peligro su puesto de trabajo o el pago de la hipoteca a fin de mes. Sin embargo eso no os impide el participar en la jornada de otras maneras, evitando comprar ese día, no mandando a los niños al colegio o no repostando gasolina. Y sobre todo asistiendo a las manifestaciones que el Foro Social convoca en Guadalajara a las 19:00 en la Plaza del Infantado o en Madrid a las 18:30 en Atocha.

Y al día siguiente de la huelga puede que nada haya cambiado demasiado, sobre todo si conjuntamente no hemos sabido abandonar nuestra habitual irresponsabilidad ante las cosas que nos deberían importar y hemos actuado como siempre, pasivos y acomodados en nuestras excusas habituales. Pero incluso en ese caso, cuando llegue el próximo recorte que se lleve por delante un trozo de vuestra tranquilidad y de vuestro bienestar, o del de vuestros hijos o familiares, alguno de vosotros podréis miraros en el espejo sabiendo que hicisteis algo para intentar evitarlo, que no habéis dejado que os quiten las cosas que os importan sin resistiros.

A los demás os deseo que vuestras excusas y motivos sean suficientemente sólidas o vuestra capacidad de auto-crítica suficientemente débil como para no sentiros en parte responsables de lo que está por venir y contra lo que renunciasteis a luchar. Solo vosotros tendréis capacidad de juzgaros a vosotros mismos cuando llegue ese momento.

Un saludo de vuestro vecino,

Enrique Girondo

domingo, octubre 28, 2012

Nos han perdido el miedo


Leía esta mañana un artículo en Rebelión en el que se hablaba de otros tiempos en los que la gente luchaba no para evitar retrocesos sociales, sino para conseguir avances. Aquellos años 70 que yo no llegué a vivir como adulto pero que me han sido contados, tiempos llenos de huelgas, de luchas sindicales y políticas y de movimientos vecinales. Yo no los viví, pero si habité una de esas viviendas sociales producto de las luchas de los vecinos de Orcasur en Madrid, y paseé por el gran parque de Pradolongo donde supongo algún tiburón inmobiliario hubiera querido hincar su diente, y recogí en los institutos del barrio y en el centro social de Orcasitas a Julia, mi mujer, cuando aún eramos unos chavales.

Yo no lo viví como adulto, pero veo las pruebas en los nombres de las calles del barrio: "Calle de la Participación", "Calle de los Encierros", "Calle la Expropiación", "Calle del Empleo Juvenil", "Calle de la Unidad". No me parece un legado menor, pues impide reescribir la historia de un barrio combativo y sirve de recordatorio imborrable de aquellas luchas, al menos hasta que nuestra indolencia y pasividad convenza a nuestras franquistas autoridades de que ha llegado la hora de eliminar de nuestra memoria también esta parte de nuestra historia, y reemplace los nombres por otros más acordes a estos tiempos y a nuestra estupidez actual: "Calle de Iniesta", "Calle de Pau Gasol", "Calle de Fernando Alonso".

Sin embargo creo que ya no van a poder, y aunque es verdad que en los últimos tiempos se ha cambiado algún nombre de teatros y calles en algunos pueblo, este revisionismo no creo que llegue ya a Orcasitas. Se les ha pasado la oportunidad y han dejado escapar el punto máximo de apatía y mínimo de activismo social que les hubiera permitido llegar quizás tan lejos. Saben que tienen todos los resortes del poder, pero también son prudentes y supongo que prefieren centrar sus acciones en aspectos que afectan a lo central, al control del dinero y del poder económico y político. Saben, porque no son estúpidos como nosotros, que el poder último está en la gente y lo que interesa es mantenerla adormecida y anestesiada, proceso en el que se ha gastado mucho esfuerzo desde aquellos lejanos años 70. No es cuestión de despertar a la gente por un quítame allá ese nombre de una calle.

Me imagino en aquellos tiempos a nuestros padres y abuelos sentados delante de un concejal de la UCD o directamente franquista, negociando aquellos nombres como último paso de una larga lucha por dotar a los vecinos de una vivienda y unas infraestructuras sociales dignas. Supongo que no le resultaría menos repulsivo que le resultaría ahora a un concejal del PP permitir que las calles recibieran nombres que dieran testimonio de su cesión ante esa gente humilde en lo económico pero inmensamente fuerte en sus convicciones. Supongo que si cedieron no fue por tolerancia ni porque fueran tipos menos asquerosos e insensibles que los que ahora nos gobiernan. Lo que les hizo agachar la cabeza y aceptar aquellas cesiones fue sin duda el miedo no a la gente que estaba sentada frente a ellos, sino a los miles de vecinos del barrio que les apoyaban. En aquellos tiempos supongo que nuestros padres y abuelos vivían con miedo a la represión, pero los que se sentaban al otro lado de la mesa vivían con miedo a un pueblo del que aún recordaban había mantenido una lucha desigual contra un ejército profesional durante tres largos años de guerra civil, y al que hizo falta someter por medio del recurso a los fusilamientos masivos y la represión más brutal.

Los tiempos han cambiado mucho. La partida de la transición la ganaron ellos y la perdimos nosotros. Despacio fuimos cayendo en un letargo, bajamos la guardia y muchos creyeron que habían ganado cuando llegó al poder un partido de nombre socialista. Entregamos nuestras armas que eran la lucha y el conflicto a unos gestores con chaqueta de pana para que dirigieran nuestra sociedad hacia un lugar más justo, y la mayoría ni se enteró cuando aquellos gobernantes fueron cambiando el vestuario y aquellos líderes fueron modificando el rumbo en lo que fue la gran traición de nuestra historia reciente. Luego llegó la caida del "socialismo real" y acabamos de perder todos los mapas y de olvidar todos los posibles caminos.

Hoy hace ya demasiado frío en la España a la que nos han llevado para poder seguir adormecidos, y poco a poco más gente va saliendo de su letargo para abrir los ojos a la realidad que nos rodea. El declive del PSOE es el síntoma que demuestra la enfermedad del sistema y que nos da esperanzas. Un problema que la propia Cospedal anuncia con cara circunspecta, porque sabe que el montaje no se sostendrá si pierde una pata.  Están moderadamente preocupados, pero no nos engañemos, aún no nos tienen miedo. El miedo se perdió en algún punto en el camino cuando se dieron cuenta de que detrás de una manifestación masiva no hay necesariamente nada más, que no es necesariamente el primer paso para un proceso mayor que ponga en peligro el status quo. Fueron perdiendo los complejos y los miedos, y nadie mejor para ejemplificarlo que Esperanza Aguirre, la adalid de la derecha sin complejos que puso la directa e indicó el camino a unos herederos del franquismo aún reticentes y timoratos.

No nos tienen miedo, y no sin falta de razón... de momento, porque en nosotros está la capacidad despertarnos para volver a constituirnos en una amenaza. No será su compasión y su arrepentimiento ante la insoportable a inhumana injusticia que van dejando a su paso lo que cambie las cosas, sino simplemente nuestra capacidad de que recuperen su miedo.

domingo, octubre 21, 2012

Transiciones


A modo de recordatorio, hace nada menos que 35 años de la elección de cortes constituyentes tras la muerte del criminal dictador, y 34 desde que se promulgó la Constitución en vigor. A estas alturas hemos 'disfrutado' de más años de Juan Carlos de Borbón como jefe del estado de los que disfrutamos del asesino de la voz aflautada. La transición está en revisión, y cuanto más la miramos más nos damos cuenta que se nos ha quedado muy vieja. Le vemos unas arrugas y unas imperfecciones cada vez más evidentes, mientras viejas glorias defienden un legado que piensan injustamente criticado y del que se sienten profundamente orgullosos. Permitidme que sea esta una pequeña aportación al debate por parte de alguien que tenía tan solo diez años en aquellos tiempos. 

La transición fue seguramente el mejor resultado que una generación pudo conseguir a la salida de un régimen que había mantenido en el terror a la población. Hizo falta sin duda mucho valor,y mucha lucha para hacer frente a los elementos más reaccionarios del franquismo, que conservaban todos los resortes del poder y no dudaron en recurrir a la violencia y la intimidación con el objeto de perpetuar su tenebroso legado. Y por supuesto se hicieron muchas cesiones en un país en el que los militares acechaban en sus cuarteles y el mundo era dominado por unos EEUU que nos daban lecciones de iniquidad por medio de las sangrientas dictaduras del cono sur americano. No seré yo el que critique a aquellos que tuvieron que transigir en busca de una salida a tan largo y oscuro túnel, de hecho tengo más que dudas de que nosotros lo hubiéramos  podido hacer mejor.

Nuestros padres nos cedieron sin duda una democracia limitada. Recuperamos la capacidad de votar, pero no pudieron ajustar cuentas con un régimen cruel y sanguinario, ni pudieron desactivar el poder de las oligarquías económicas parásitas generadas durante el franquismo, ni consiguieron acabar con los privilegios del nacional-catolicismo, ni evidentemente pudieron restaurar la república. Nos dejaron un sistema electoral planificadamente bipartidista que se constituyó en la columna central de un régimen construido para que nada cambiara, así como una turbia monarquía que garantizaba que nada se fuera de las manos. La actuación de personajes tan despreciables como nuestro ex-presidente Gonzalez, político sin escrúpulos perfectamente alineado a un entorno mundial dominado por el advenimiento del ultraliberalismo tatcheriano, hizo el resto. Él fue el que liquidaría toda esperanza de que pudiera avanzarse en un proceso de cambio real, el auténtico protagonista de la exitosa operación del atado y bien atado.

Aquellos fueron otros tiempos protagonizados por otras generaciones. Ahora nos toca a nosotros asumir nuestra responsabilidad, y esa responsabilidad pasa por tirar abajo el edificio que nuestros padres construyeron para poder dar paso a algo mejor. Con ello no cuestionamos ni despreciamos el legado de nuestros mayores, antes bien honramos su lucha por mejorar la sociedad en que vivimos de la misma forma que ellos hicieron en su día. Tenemos mucho trabajo si queremos estar a su altura.

sábado, octubre 20, 2012

El problema no son los políticos, el problema eres TÚ.


El jueves pasado fué un día especialmente ocupado. Con una jornada laboral que acaba a las 6 de la tarde en el centro de Madrid que tenía que compatibilizar con las manifestaciones contra la destrucción de la educación pública, y con la asamblea local de IU en Guadalajara prevista para las 7. Para colmo de males mi hijo quería que le acercara para participar en la manifestación de Madird a las 6:30 o al menos en la de Guadalajara a las 6. Pedí permiso a mi jefe sin dar detalles para salir una hora antes, recogí a mi hijo y lleguamos a la manifestación de Guadalajara 30 minutos tarde. A la carrera la buscamos por el centro de la ciudad y la cogimos a medio camino. Nos quedamos hasta que acabó y dejé allí a Alberto para que mi mujer viniera a recogerle (tardó una hora e hizo 60 kilómetros entre ida y vuelta) mientras yo llegaba a la asamblea de IU, media hora tarde de nuevo (todos llegamos tarde porque todos estábamos en la manifestación). La asamblea acabó a las diez y media por lo que llegué a casa a las 11. Misión más o menos cumplida.

Es un placer pasar esos ratos con mi hijo de 15 años, y los aprovecho para charlas de la huelga, del examen que esa profesora les puso en uno de esos días y que parece no dispuesta a repetir, de si sirve o no sirve de nada el esfuerzo, y no menos importante de hasta qué punto su implicación en estas cosas no es más que el reflejo de una influencia paterna excesiva. Ya le he explicado hace tiempo que su deber como persona e hijo es matar al padre, y se plantea continuamente cuanto hay de decisión propia en su implicación en temas como estos.

Al hilo de nuestra charla le explico mi teoría de que existe una o varias generaciones compuestas por la gente que tiene entre 30 y 50 años en la actualidad y que han asumido tanto el discurso ultraliberal e individualista que están más allá de toda esperanza. Como soy un optimista, le explico que pienso que su generación va a ser diferente, y lo pienso por tres motivos. En primer lugar poque no les va a quedar más cojones que espabilarse para que no les quiten hasta los calzoncillos. En segundo lugar porque lo natural es que cada generación intente desmarcarse de la anterior, e igual que las generaciones perdidas rechazaron el activismo político de las anteriores, las venideras creo que rechazarán el pasotismo de las previas. En tercer lugar y sobre todo, porque en el momento vital en que su ideología se va consolidando, las ideas capitalista-consumista-individualista-ultraliberales que conformaron la forma de pensar de esas generaciones perdidas están generalmente desacreditadas.

Quizás una de las mayores ventajas de vivir lejos de todo y pasar tanto tiempo solo en el coche es que te da tiempo a darle vueltas a las cosas. De vuelta a casa, repasando los acontecimientos del día, me dio por pensar una vez más en toda esa gente que no se molesta en absoluto, que no fué a la manifestación, que mandó a su hijo al colegio porque no le venía bien lo contrario, que no milita en ningún lado más que quizás en la peña de las fiestas del pueblo. Son la misma gente que se llena la boca de quejas hacia 'los políticos' a los que culpan de todos los males, que te miran por encima del hombro porque tu no pasas de política, como si tu fueras uno más de los culpables, o cuando menos como si fueras simplemente un estúpido ingenuo. Y creo que según lo pienso mi enfoque hacia esta gente sufre un pequeño cambio que da origen en el fondo a la entrada en el blog, algo no demasiado habitual en estos tiempos en que tengo la sensación de que ya lo he dicho todo y solo tiendo a repetirme.

Me dió por pensar que la gente no se ha vuelto escéptica por culpa de un sistema que consigue desactivarla, sino que en realidad el proceso ha sido en buena parte el contrario. Es el éxito de las ideologías neo-conservadoras e individualistas las que han permitido a las oligarquías que nos gobiernan montar un sistema político-económico emponzoñado. Ha sido la connivencia de una población que han fijado sus objetivos vitales centrándose en el máximo beneficio personal, como se ha llegado hasta este punto. Sin duda una generación envenenada, corrupta y perdida, que solo reacciona cuando piensa que lo que ocurre le afecta personalmente, lo que permite a los que nos dirigen exprimirnos y oprimirnos poco a poco. Como el rebaño de ñues de la sabana, seguimos pastando nuestra hierba una vez que los leones han cazado uno de los miembros del grupo, a sabiendas de que de momento estamos a salvo. Lo que en realidad quisiera la gente es poder firmar un pacto con los depredadores en el que nos garanticen inmunidad para seguir con nuestra anodina vida, un pacto que nos ponga a salvo del bando de los perdedores mientras no le dedicamos un segundo más a las víctimas que vayan siendo devoradas, más estúpidas sin duda que nosotros mismos e incapaces de lograr su propia salvación.

Es cierto que cada vez hay más gente movilizándose, pero tampoco me hago demasiadas ilusiones al respecto de un cambio en la ideología dominante, algo que no ocurre tan rápido. De momento lo que ocurre es que el número de los afectados está aumentando de forma exponencial, lo que lleva a más gente a ponerse en marcha. No me cabe duda que este malestar social no comporta un cambio de paradigma y que de momento durará tanto como dure el ataque a los intereses particulares a la mayoría de la población.

No me gusta en general que la gente sea tan pasiva, pero reconozco que siento un fuerte desprecio hacia todos aquellos que de repente salen a la calle a protestar por lo suyo, y que volverán a sus casas, a su bipartidismo, a su futbol del domingo o sus cenas y copas con los colegas al día siguiente a que se solucione su problema. No es que esta gente no sean la solución, es que esta gente, que son la inmensa mayoría, son el problema, y soy escéptico de que en su mayor parte sean capaces finalmente de dejar de actuar como ñues para pasar a comportarse como personas, miembros del género humano empáticos y solidarios.

Para ser una persona a la que mi entorno y yo mismo considero optimista en materia de expectativas de futuro político y social,, reconozco que me ha salido una entrada un poco rara.

domingo, septiembre 16, 2012

Como ratones esperando a su flautista.


No creo haber comentado en este blog una experiencia divertida de una de las manifestaciones a la que acudí el año pasado de esas convocadas en las redes sociales. No recuerdo bien cual era el motivo concreto de la convocatoria, creo que fue después de que desalojaran el campamento de Acampada Sol cuando esta estaba tomada y blindada por la policía. 

El caso es que  auto-convocados creo recordar enfrente del congreso, protegido este como siempre por la policía, el relativamente nutrido grupo arrancó de forma más o menos espontanea hacia Atocha, desde donde supuse nos dirigiríamos por la calle Atocha hacia Sol. Superamos la calle Atocha lo que me indujo a pensar que el camino nos llevaría por la Ronda de Atocha, algo más de rodeo quizás con la estrategia de que nuestra subversiva acción tuviera más duración. Para mi sorpresa, la gente que iba en cabecera arrancó a andar en dirección casi opuesta a Sol, bajando si no recuerdo mal por Santa María de la Cabeza. Si bien esa extraña decisión disgregó algo el grupo, allá fue una mayoría, calle abajo, momento en que decidí que era la hora de volver a casa. No se si es cierto, pero me enteré después que la cabecera de la manifestación estaba nutrida por un grupo que se dirigía a impedir un desalojo, objetivo loable pero supongo desconocido por parte de los que tomaron dicho rumbo.

Viene esto a colación por lo que yo pienso tiene de extrapolable a la situación política y social actual. Me explico:

Como era de esperar, el PP se cae a trozos y su desprestigio puede hacerle incluso reventar por dentro. Es sin embargo una más agradable sorpresa relativa el que el PSOE no parece recoger los réditos del hundimiento del PP, lo que es demostrativo de las terribles grietas que el edificio bipartidista de la transición presenta. Y aunque aquí tenemos nuestros elementos específicos, es constatable que el proceso de crisis política se repite en muchos otros países europeos, si bien parece encontrarse en distintas fases.

Si la situación actual está demostrando una sana capacidad destructiva de los esquemas que nos han mantenido bajo control en las últimas décadas, no es menos cierto aquello de que "lo nuevo no acaba de nacer", de hecho no acaba de vislumbrarse siquiera. Los mensajes negativos parecen siempre más fáciles de extender que los positivos, y eso vale tanto para nuestra capacidad de atraer a la gente hacia movimientos de izquierda frente a la facilidad con la que calan los mensajes anti-políticos, como por la pervivencia de los efectos de una propaganda anti-socialista o anti-comunista que parece seguir enraizada en la mente de la inmensa mayoría de la población. Así pues tenemos una ciudadanía cabreada y pienso que con ganas de canalizar ese cabreo hacia un objetivo, pero que se encuentra desorientada y arrinconada entre el evidente fracaso de las opciones que el sistema les ofrece, y su inculcada prevención hacia opciones que identifican en el mejor de los casos con la utopía, y en el peor con una gris y autoritaria burocracia. 

No es de extrañar que la gente sea caldo de cualquier cosa, desde el fortalecimiento de opciones ultraderechistas situadas entre lo anacrónico, lo ridículo y lo nauseabundo (el caso griego en su extremo), como el seguimiento a movimientos patrióticos que prometen un futuro basado en el regreso a un pasado que además es ficticio (con sus triunfantes y movilizadas  "diadas"). Y lo mismo aplica a la operación UPyD que, dado su buen resultado, ha motivado al delincuente Mario Conde para tratar de recrearla en su vertiente más derechista (¿porqué no? En Italia un tipo incluso peor como Berlusconi ha tenido un enorme éxito). Otros ejemplos menos asquerosos pero igualmente peculiares lo protagonizan movimientos como el Partido Pirata, con un enorme tirón en Alemania y otros países nórdicos. Lo siento por alguno que me lea, pero no puedo menos que englobar en la misma categoría a los partidos "verdes", apoyados por gente que no es capaz de entender que no se puede atacar a una parte del problema sino que este es parte de un todo mayor que hay que resolver.

Mi conclusión es que, después de tantos años de lucha ideológica, más nos vale transferir esfuerzos desde la crítica al sistema actual, que ya se está cayendo por si solo, hacia la construcción de una iniciativa que permita que la gente se enganche, antes de que desnortados sigan tomando caminos a ninguna parte guiados por una gama de flautistas que van de lo siniestro a lo ridículo.

Nota final: Estoy sorprendido por las valoraciones de fracaso relativo que algunos hacen de una manifestación tan importante como la de ayer. Creo al contrario que la misma fue tremendamente exitosa, y posiblemente en parte por que por primera vez, al igual que ocurre con la movilización prevista el 25-S,se nos empieza a movilizar en busca de un objetivo (en este caso el pedir un referéndum frente a los recortes) y no meramente para protestar por algo. No es gran cosa como objetivo a largo plazo, pero menos da una piedra.

viernes, septiembre 14, 2012

El otoño empieza este año el 15 S

Mañana empieza el otoño. Se acabó la fiesta del verano, el futbol, los juegos olímpicos y las vacaciones. La gente vuelve a una realidad dominada por una combinación de enfado y resignación mientras la oligarquía ultra-liberal que nos gobierna golpea con rutinario sadismo recortando trozo a trozo los pocos elementos que nos van quedando de justicia social. 

Esta parece una convocatoria de calentamiento, lo que puede ser un primer paso en un camino aún borroso pero por primera vez desde que empezó la crisis parcialmente perceptible. Los grandes sindicatos parecen haber aprendido que no son ya vanguardia social y que tienen mucho camino que recorrer para recuperar algo de prestigio. Su decisión de que esta vez serán uno más entre las fuerzas que se movilicen inmunizará a las movilizaciones de las habituales críticas contra todo lo que protagonizan. 

El 15-M también parece que va mutando de la protesta vacía y sin hoja de ruta a la convergencia con aquellos que estábamos ya en esta lucha hace tiempo. Su relativo apolitismo (a mi entender infantil) se va diluyendo y parece que vayan tendiendo más a sumar y a compartir, mientras que sus formas de funcionar horizontales van permeando en las viejas organizaciones. La idea de que hay que apearse del burro y juntar fuerzas parece que gana impulso en todos los que nos oponemos al sistema actual y llega en el perfecto momento de cara al congreso de IU de final de año. Como decía, creo que el camino que hay que recorrer es muy largo, pero por fin parece que se vislumbra el principio del mismo. 

En cuanto a el grado de malestar social, mañana será un buen día para pulsarlo. Es una cuestión de tiempo en cualquier caso, porque los zarandeos que nos ha dado la crisis hasta ahora tiene pinta de ser solo el aperitivo de lo que viene. Grecia y Portugal nos abren camino y nos enseñan un futuro muy negro, y personalmente no creo que la gente en España tenga la misma capacidad de aguante. Esto va a ir a más, y los rezos al dios del capitalismo que nuestros perdidos dirigentes hacen no es previsible que funcionen. 

Mañana pues se pueden abrir distintos escenarios. Una convocatoria importante del orden de las que se han venido produciendo antes del verano nos ayudará a desperezarnos a la espera de los acontecimientos de lo que será un largo otoño. Sin embargo la multitudinaria manifestación de la Diada, y su enorme impacto en el discurso público al respecto de la independencia de Cataluña nos recuerda que, pese a lo que se dice, la calle tiene una influencia enorme en el devenir político que se juega en los despachos. Una movilización masiva pondría al gobierno en una posición muy complicada mientras los descuartizadores del estado social preparan su nueva tanda de medidas. 

 Que empiece el juego.

domingo, julio 29, 2012

Una pequeña historia local.

No creo haber publicado en este blog antes nada relativo a la política municipal de mi pueblo. Creo sin embargo que os puedo contar una pequeña historia local que nos ejemplifica algunas cosas del país en que vivimos.

Pongamos que hablamos de un pueblo de una provincia limítrofe con Madrid. Un pueblo de los que han crecido a base de urbanizaciones pobladas con gente venida de la capital. Un pueblo de los que han tenido un crecimiento urbanístico que ha triplicado la población empadronada en apenas 10 años (sin tener en cuenta a todos los que por diversos temas siguen empadronados en Madrid). Con el crecimiento llegó el maná financiero correspondiente, consumido a base de servicios y las obras municipales como el pueblo no había conocido. Al acabar la fiesta urbanístico el pueblo vive su propio estrangulamiento financiero, si bien afortunadamente sin haberse endeudado en el camino. Uno más de tantos ejemplos en la España post-burbuja.

Mi pueblo lleva gobernado por el PP desde los años 80, de hecho lleva gobernado por las mismas familias desde que nosotros llegamos hace 10 años. A la alcaldesa le sucedió su sobrino. Al sobrino le sucedió el cuñado del sobrino. Nos dicen algunos conocidos que en realidad son las mismas familias que llevan el control del pueblo desde el franquismo, que la casa familiar fue expropiada tras una denuncia a sus dueños anteriores tras la guerra civil. Yo no lo se, pero desde los tiempos en que ayudé a constituir una asociación para coordinar a los propietarios de mi urbanización por problemas que no vienen al caso, tuve la oportunidad de conocer y tratar a esta gente. Buenas palabras que muchas veces no eran acompañadas por los hechos, gente civilizada, los posibles pecados familiares pasados enterrados bajo una impecable pátina democrática post-transición. Una transición que cambió las formas, pero no cedió el viejo poder local.

No he sido muy activo nunca en la política municipal, pero en algún momento hace unos tres años, en mi doble condición de forastero que se siente discriminado por la pequeña oligarquía local, y de miembro de IU, decidí implicarme más de cara a las elecciones municipales pasadas. La cuasi-agrupación local está formada por dos afiliados (incluido yo) y un grupo de media docena de simpatizantes activos. En las elecciones de 2007, las primeras en las que IU tuvo candidatura, conseguimos un 7%, 91 votos que casi nos dio para un concejal. En 2011, gracias a capitalizar el creciente desacuerdo de los nuevos vecinos con los gobernantes locales, y gracias también en parte a los problemas locales del PSOE, nuestro resultado subió a casi el 21%, a tan solo un punto y medio del PSOE y obteniendo 2 concejales. Faltó poco para arrancarle la mayoría absoluta al PP, pese a no contar ni con medios ni con presencia municipal previa. 

Con nuestra estrenada presencia municipal, decidimos redoblar nuestros esfuerzos para que esta fuera la última legislatura en que las viejas familias del PP mantuvieran su feudo. No estaba esta gente acostumbrada a tener oposición real, pero ha llegado el momento. Llevamos un año realizando comunicados periódicos a los vecinos y poniendo encima de la mesa los problemas, haciendo que la gente conozca las medidas que se toman, y constituyéndonos en la auténtica oposición. Y los viejos caciques locales están pasando de la tranquila confianza de quien tiene todo atado, a la crispación y los malos modos. Insultos, descalificaciones y veladas amenazas en los blogs locales han sido solo el aperitivo.

Recientemente, nuestra querida De Cospedal decidió que el transporte escolar para los niños de las urbanizaciones de fuera del pueblo era un gasto superfluo, el servicio médico de urgencias en el centro urbano también. El grupo municipal del PP, compuesto en parte por vieja guardia, y en parte con forasteros e independientes (por eso de la búsqueda de votos) ha sufrido conflictos internos y una práctica ruptura debido al alineamiento de alguno de los concejales nuevos con la oposición en el tema de los recortes sociales. Y la vieja guardia del PP ha ido perdiendo su careta democrática.

Ante la evidencia de que el pasado pleno municipal no seguiría sus consignas, el alcalde llevó a su círculo más próximo de seguidores al salón de plenos con el objeto de alborotar, insultar y gritar, y con el fin último de poder tener una excusa para suspenderlo sin tener que someter a votación asuntos que iba a perder. La maniobra fue tan burda y anti-democrática como efectiva. Los concejales del PP que han osado no seguir sus consignas han sido amenazados, incluso las ruedas del coche de uno de ellos rajadas. El mero hecho de reclamar el mantenimiento de estos servicios sociales básicos, oponiéndose a las medias tomadas por la Junta de Castilla La Mancha les hizo tener que salir escoltados por la Guardia Civil en tan accidentado pleno. La violencia verbal y casi física de algunos de los miembros del entorno caciquil, expresada en el pleno y fuera de él ante la connivencia del alcalde que debía frenarla, me dejó impresionado, y me recordó que esta derecha de toda la vida no deja de ser la heredera del franquismo, prepotente y violenta cuando se les cuestiona en sus privilegios.

La situación municipal es ahora mismo kafkiana. Un alcalde que suspende los plenos a su gusto para no tratar los temas que no le interesan, que no cuenta con el respaldo de la mayoría de los concejales pero al que no se puede hacer una moción de censura porque la ley electoral le blinda. Los concejales díscolos amenazados y presionados para que vuelvan al redil o para que abandonen sus puestos dejando paso a gente más obediente y alineada con el caciquismo de siempre.

Son curiosos los paralelismos que encuentro entre nuestra pequeña historia local, y la situación general del país. Con el PP al mando, las tensiones que los recortes sociales provocan están multiplicando el malestar y generalizando las protestas. En realidad parece que diera igual, la pseudo-democracia en que vivimos les blinda, y no dejarán el poder fácilmente por más que el repudio de la población sea total. Y cuanta más presión reciban, más aflorarán los tics autoritarios que llevan en sus genes. En la crispación, el odio, la chulería y la prepotencia de los miembros del PP de mi pueblo noto el sabor amargo de los vencedores de la guerra civil, gente que sigue el juego democrático tan solo mientras este no cuestione un poder que en el fondo piensan que les pertenece de forma natural.

Y tanto en mi pueblo, como en mi país, la oposición no es un PSOE que espera a que llegue su turno de forma natural pero que no cuestiona el orden "natural" de las cosas. La oposición la tenemos que hacer desde IU, sin medios pero con convicción y esfuerzo personal. Y cada vez tengo más claro que cuanto más peligre el equilibrio de un sistema atado y bien atado, más violenta la respuesta que recibiremos los que nos opongamos a sus abusos. Pero la preocupación que constatar este hecho me crea no va a ser suficiente para apartarme en mi camino, como creo no lo hará con la gente que día a día se moviliza desde la izquierda, multiplicándose para intentar despertar a una ciudadanía que aún sigue en su mayor parte dormida.

Por cierto, para quién tenga curiosidad, mi pueblo se llama Chiloeches, provincia de Guadalajara.

martes, julio 24, 2012

La hora de IU

Muchísimo tiempo sin escribir. Hay veces que me da la impresión que la realidad es auto-explicativa, y lo que yo diría ya lo está diciendo todo el mundo, por lo que no merece la pena. Aprovecho unos días de vacaciones para escribir alguna de las cosas que creo que no se dicen o no se dicen bien y que creo que son importantes. Espero que el tiempo me confirme en mi análisis.

Hace unos meses escribí mensajes en este blog anticipando lo que yo creía que iba a ser la evolución política después de las elecciones. Mi predicción era que el PP entraría al gobierno con el cuchillo en la boca y confiaría que algún indicio de recuperación les otorgaría legitimidad en un momento en que la gente parecía dispuesta al sacrificio con tal de que como grupo saliéramos del túnel. Predije también que las esperanzas del PP serían vanas, que la crisis no se ha ido y que a medio plazo solo se iba a recrudecer lo que desgastaría al gobierno de forma rápida. Admito que ni yo mismo fui capaz de prever hasta que punto las cosas se desmoronarían y qué rápido sería el descrédito del PP.

En aquellos tiempos predije que el PSOE estaría un tiempo KO y sin capacidad de hacer oposición. También predije que no se produciría la necesaria renovación y autocrítica, lo que les impediría sacar demasiados réditos del desprestigio del PP. Una vez más la realidad parece superar a mi predicción, al PSOE ni está ni se le espera, ya no parece engañar a nadie y no parece haber nadie dentro de este partido que consiga levantar el mínimo de credibilidad como para movilizar a sus otrora ilusionadas bases. La única nota de esperanza podría venirles de un Hollande en Francia que parece dispuesto a ir un poco más allá de lo que el socioliberalimso omnipresente en los partidos socialdemócratas europeos consideraría aceptable. Veremos, pero no parece suficiente de momento.

Anticipé que la única oposición real al PP sería la de IU, que debía aprovechar la situación para salir de la situación de casi marginalidad que arrastra desde hace 15 años. Pese al habitual ostracismo de los medios, y con los habituales titubeos de nuestros apoltronadillos dirigentes, creo que no se ha hecho mal, y así lo demuestra el creciente apoyo que muestran las encuestas. La coherencia de un discurso que defendíamos en solitario antes de la crisis, unido a la irrupción de Syriza en Grecia y en menor medida de Melenchon en Francia, ha contribuido a que se nos vea de forma diferente, menos como los locos utópicos y más como los críticos que ofrecen alternativas.

Tampoco me parece haberme equivocado cuando pensaba que si bien el 15-M poco conseguiría en cuanto a medidas políticas concretas, si sería útil para repolitizar y concienciar a la gente. Y creo que de nuevo IU hizo bien apoyando e integrándose pero sin tratar de dirigir el movimiento. Ahora creo que empezamos a recoger los réditos en una sociedad mucho más consciente de la falta de democracia real y de como el sistema bipartidista está viciado.

En esta situación IU se enfrenta a un futuro diferente y a una responsabilidad importante. Ahora es cuando tenemos la posibilidad y la obligación de liderar a toda la gente que está descubriendo la magnitud del engaño y la estafa. Porque el sistema tiene grietas tan grandes que ya no se pueden ocultar y la gente necesita vislumbrar algún camino.

sábado, junio 16, 2012

De contradicciones y pánicos

Oía recientemente a un economista australiano al que le preguntaban cual creía que era la reacción que cabía esperar de los dirigentes europeos ante la nueva vuelta de tuerca de la crisis. Su respuesta fue sorprendente, si bien cuando uno lo piensa resulta realmente atinada y lógica. Según el entrevistado dicha reacción se resumía en una palabra: pánico.

La argumentación es sólida. La ideología económica que domina absolútamente las actuaciones de los políticos europeos se basa en un credo absoluto en que el mercado se va a autorregular, y que la política debe simplemente eliminar toda traba y distorsión. Basta realizar las "reformas" necesarias, y sentarse a que los frutos de la inacción caigan solos. Camino del primer lustro desde que arrancó la crisis, y dos años despues de que los adalides de la austeridad impusieran su visión en el continente con mano de hierro, la situación económica se puede definir como casi de caida libre. Mientras tanto, los adoradores del Dios mercado deben andar en sus templos preguntándose poqué sus plegarias no están funcionando. Como ocurriría en cualquier otra secta, los acólitos menos convencidos empiezan a dudar, mientras que el nucleo duro más integrista sigue esperando con fé inquebrantable la intervención de su mano invisible. El pánico y el desconcierto parece generalizarse ante un desastre que pone en cuestión su credo.

En realidad, tal reacción está más que justificada por parte de todos nosotros si uno analiza seriamente el plan que se nos ofrece, tan obviamente contradictorio que no soporta el más minimo escrutinio crítico. Se nos dice que estamos en una crisis producida por la concesión de créditos incontrolada a gente que no podía pagarlos, pero simultaneamente se nos bombardea con que para salir de ella hay que recuperar el crédito. Se nos sermonea con el discurso de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, y ahora que la gente reduce sus gastos, estrangulados por las circunstancias económicas, suspiramos por un crecimiento de la demanda y el consumo. Despues de dos años de recortes de gasto público, la nueva esperanza blanca de la política europea acaba de descubrir el unguento amarillo y propone austeridad mezclada con estímulo, algo que es lo más parecido en política fiscal al chascarrillo de chuflar y pitar al mismo tiempo. En España, le añadimos un toque local y proponemos reactivar el sector de la construcción para salir del hoyo en que la burbuja inmobiliaria nos metió.

Hemos dejado a los mandos a una pandilla de insensatos tan fanáticos que se niegan a reconocer un fracaso tan obvio como aparentemente inevitable. Ya puede Dios pillarnos confesados.

sábado, mayo 26, 2012

Los tiempos están cambiando (¿sin remisión?)


Entre la perplejidad y el desánimo asiste la gente al desarrollo de la situación política y económica en España y en Euorpa. El diagnóstico basado en hechos puros y duros es como para desesperarse a medida como vemos que toda perspectiva de mejora futura se desvanece en un horizonte de regresión social. A cada recorte le sigue la promesa de otro nuevo y peor, y las que considerábamos lineas rojas que ningún gobernante se atrevería a pasar han sido superadas hace tiempo ante nuestra incapacidad por defenderlas. Incluso el 15-M que parecía traer un aire de esperanza de res,istencia ciudadana que permitiría un cambio de rumbo, parece desvanecerse en su incapacidad por proponer ningún remedio más allá del mero diagnóstico de los problemas.

En realidad, el grado de desesperación y desánimo que uno pueda tener respecto a la situación actual tiene mucho que ver con la percepción que tuvieramos de esa misma realidad previamente. Si eres uno de esos ciudadanos alineados con el sistema, votante bipartidista, defensor de que lo que teníamos era lo menos malo posible y que habías interiorizado las verdades que los gestores del sistema te habían inculcado, la sensación que debes tener es una mezcla de descrédito e incredulidad, a medida que todas esas supuestas verdades tienen cada vea un rostro más cercano a la mentira, y los cimientos de tu pensamiento social se vienen abajo dejándote ante el vacío ideológico. Ese proceso ya se ha producido, se está produciendo cada día, convirtiendo a las mayorías sobre las que se cimentaba la estabilidad del sistema político económico en pilares de arena incapaces de soportar su peso. Sin embargo yo, que no soy parte de ese "ellos" mayoritario, puedo y debo ver las cosas de forma diferente. Como "antisistema", que no compartía las verdades oficiales, el proceso al que asisto me reafirma en mi forma de pensar crítica, y desde allí asisto a como una sociedad en la que todo estaba atado y bien atado empieza a convulsionarse y reaccionar. Los signos están por todas partes si uno sabe encontrarlos.

Tenemos por una parte el propio movimiento del 15-M cuya importancia no debe ser minusvalorada pese a su aparente falta resultados. Yo nunca lo ví como un fin en si mismo, sino como una especie de campo de entrenamiento donde sectores importantes de la población aprende a liberarse del pensamiento dominante y pasa a responsabilizarse de su papel en la vida pública. El movimiento asambleario está condenado a extinguirse, pero ha tenido un impacto en mucha gente que está ya mejor preparada para resistir y reaccionar. En el camino su estilo horizontal parece haber hecho mella en la forma de operar y organizarse de organizaciones más clásicas como IU, en un proceso que nos puede permitir eliminar en el futuro vicios organizativos que nos impedían desarrollarnos.

En general tengo la percepción de que la gente va dejando ya de creer ciegamente en la misma propaganda que ha recibido toda su vida. Se intuye en las conversaciones en el trabajo, en las tertulias de la radio, en la opinión de los amigos, en un proceso lento y sutil. De repente algunas cosas que algunos no se atrevían a decir se e3xpresan abiertamente, lo políticamente correcto se desplaza y son otros los que no se atreven a pregonar en voz alta puntos de vista antes mayoritarios. Un ejemplo es el cuestionamiento de la transición, y de forma muy evidente, de la propia monarquía. De la misma manera, la crisis del PSOE, el auténtico pilar sobre el que se sostenía el sistema político parece esta vez diferente, como si algo se hubiera roto definitivamente entre este partido y esas mayorías que lo apoyaban. Y Grecia nos enseña entre el pánico y la incredulidad de algunos hasta donde puede derivar esta situación, con la izquierda real a un paso de hacerse con el poder por primera vez en la historia reciente de la Unión Europea.

Para poder construir algo nuevo, debemos primero destruir lo anterior. El sistema capitalista neoliberal camina hacia su autodestrucción, entrando en una crisis de la que no puede salir, y frente a la que se devora a si mismo en un acelerado proceso de acumulación de riqueza y reparto de miseria. Ante el fracaso de sus fórmulas menos agresivas, sus sectores más extremistas se han hecho con las riendas buscando en la ultraortodoxia la salida a su derrumbamiento en un movimiento desesperado e inutil. Por eso nos parece que el futuro es aún más negro que el pasado, una vez que se hace públic la agenda maximialista de los que nos gobiernan. Sin embargo para conocer nuestro futuro no hay que centrarse en la dureza de las medidas que nos quieren imponer, ni en su dominio en España de todos los medios de comunicación, ni en el recurso a la violencia y la represión que se avecina. Más importante es analizar la capacidad que tenemos todos de resistirnos a sus agresiones, porque hasta ahora todo lo que nos han quitado lo han hecho no gracias a su fuerza, sino a nuestra pasividad. Y esa capacidad de resistirn sus ataques está creciendo en buena parte de la población y bulle en forma de cabreo, de indignación y de excepticismo.

No soy tan optimista como para pensar que la derrota de las ideología que nos gobierna es segura. La capacidad del sistema de perpetuarse y reinventarse es siempre sorprendentemente alta. El título de la entrada corresponde a la letra de una canción de Loquillo y Los Trogloditas de primeros de los 80, y desde entonces no parece que los tiempos cambiaran a mejor. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo se vislumbra la posibilidad de un cambio de rumbo, lo cual debe ser motivo de esperanza y darnos fuerzas para continuar en la lucha.

Os dejo el enlace donde escuchar la canción que inspiró el título de la entrada (para los que seais menos viejos y no la conozcais).

http://www.youtube.com/watch?v=CYsVJxJ2c6M

viernes, mayo 11, 2012

Y el pueblo Griego dijo basta.


El domingo por la noche, mientras las televisiones hacían programas especiales al respecto de la exigua victoria de Hollande, mi atención se centró en un recuento electoral griego que resultó sumamente incierto y emocionante. Según avanzaba el recuento, Nueva Democracia (equivalente al PP) y PASOK (equivalente al PSOE) perdían escaños y porcentaje poniendo en peligro la presumible gran coalición. Hacia medianoche lo impensable empezó a ser posible, y en torno a las dos de la mañana la suerte estaba echada. A falta de parte del recuento en Atenas, donde Syriza (equivalente a IU) se convertía en la fuerza más votada, los partidos mayoritarios perdían el escaño 151 y con el la mayoría absoluta. El último 10% de recuento haría a Syriza ganar un nuevo escaño y con el superar sus expectativas más optimistas.

Mientras la mayoría de la gente dormía, en Grecia se producía lo que a mi entender era el mayor terremoto político de los últimos tiempos en Euorpa. Por una parte, los ciudadanos griegos habían sido capaces de vencer los chantajes y las amenazas, y arrastrados seguramente por la desesperación se plantaban ante la UE, el BCE y el FMI votando mayoritariamente a partidos que rechazaban los rescates apoyados por la versión local del bipartidismo. Se rompía un tabú construido durante los últimos años, y esa política de "austeridad"que no tenía alternativa era rechazada. El control ideológico sobre la población ha caido por primera vez y deja a la UE ante la posible alternativa de obligar a que Grecia abandone el EURO, o bien renegociar lo que no era negociable. En ambos casos se entra en una dinámica que puede ser incontrolable en la que un pueblo pierde el miedo y el chantaje deja de ser efectivo. No se si la troika tiene un plan B para volver a cerrar esa caja de pandora.

Hay un segundo aspecto tan determinante como el primero. Quién ha arrebatado el poder al bipartidismo ha sido la versión griega de IU, produciendo el primer "sorpasso" a la socialdemocracia europea de la historia reciente. Y de repente, toda la construcción electoral que se puso al servicio de los partidos mayoritarios pasan a beneficiar al enemigo al que se pretendía frenar. En estas circunstancias se va haciendo visible para todos que una hipotética repetición de las elecciones puede provocar un voto util entorno al partido equivocado. La injusta ley electoral griega, que concede un sexto de la cámara como regalo al partido más votado, puede acabar favoreciendo a Syriza la cual podría encontrarse en condiciones de elegir socio electoral entre DIMAR (a su derecha) o incluso el KKE (a su izquierda). La primera encuesta electoral inmediatamente despues de la noche electoral confirma tal posibilidad y anticipa una subida adicional de más de 10 puntos a Syriza

Como en el cuento infantil, los griegos parecen ser los primeros que levanten la voz para gritar que el emperador está desnudo. Todos sabemos como acaba el cuento.


lunes, abril 30, 2012

Teorías falsas, semillas de la crisis actual



Mientras hacemos recuento de los parados, como si fueran las bajas de una guerra o una epidemia que no cesa, resulta casi obligado reflexionar como nuestra economía ha perdido el rumbo desde aquellos años 60 y 70 en los que el futuro parecía una promesa de bienestar. El mundo había dejado atrás los tiempos negros de la depresión, el fascismo y la Guerra Mundial, y mientras en EEUU unas amplias clases medias disfrutaban de unos niveles de consumo nunca conocidos, Europa se reconstruía y ponía en pie flamantes políticas de protección social.

Pero algo pasó, y ese algo tiene que ver con la asumpción por la mayoría de razonamientos y teorías cuestionables o simplemente falsos. Premisas erroneas repetidas machaconamente hasta ser generalmente aceptadas y que fueron las bases de políticas nefastas. Merece la pena identificarlas porque son la raiz del problema y solo su cuestionamiento nos permitirá recuperar el rumbo:

  • "La inflación es el impuesto más injusto": Empiezo por aquella que resulta menos cuestionada y que sigue más en vigor. Desde finales de los 70, nuestros gobernantes han ido tomando el control de la inflación com el centro y objetivo de todas las políticas, contando para ello con la comprensión y el apoyo de casi todos. Parecería obvio que una subida de precios no nos beneficia a la gente de la calle, pero eso no es del todo cierto. Es cierto que la inflación erosiona el poder de compra, pero solo si tu renta no sube a la vez, como suele ocurrir con los salarios. Sin embargo la inflación tiene un efecto positivo en rebajar el valor real de las deudas, disminuyéndolas y liberando a los deudores de sus cargas. Bueno, ese es un efecto positiivo para el que debe pero sin duda negativo para el que presta. Relajar los objetivos de inflación sería ahora mismo mano de santo para una economía como la nuestra, pero hay que tener en cuenta que cuando alguien gana, otro pierde. Y de momento gana el capital financiero y perdemos nosotros. Si de paso puedo utilizar la lucha contra la inflación como argumento fundamental para mantener salarios bajos, miel sobre hojuelas, ¿no?
  • La curva de Laffer o como bajando impuestos se recauda más: Suena estúpido, pero eso de que bajando los tipos impositivos se acaba recaudando más es algo que llevan 30 años contándonos cada vez que rebajan un impuesto progresivo, si bien curiosamente nunca se aplica a los más regresivos como el IVA. Y la realidad es que la recaudación baja en vez de subir, pero eso no parece erosionar el argumento. En realidad esta teoría que enarboló en su día Reagan no es más que un intento de dar una pátina teórica a unas acciones que buscaban lo que han conseguido, invertir un proceso de eliminación de desigualdades via impuestos que habia demostrado su efectividad. De nuevo el tema tiene un beneficio añadido, la crisis de ingresos fiscales impide financiar las políticas sociales y abre el camino a la privatización y al negocio privado. ¿Os suena?
  • Cuando los capitalistas se convirtieron en emprendedores: He aquí una brillante obra de manipulación del lenguaje de origen relativamente reciente. La palabra capitalista nos habla de alguien que se beneficia del producto del trabajo de otro y tiene obviamente connotaciones negativas. ¿Que mejor idea eliminarla y reemplazarla por la muy positiva de emprendedor? Es así mucho más facil justificar la adopción de medidas legales y fiscales que favorecen a los que más tienen, que deben dejar de verse como oligarcas explotadores para a convertirse en la vanguardia de la sociedad cuya generosidad e iniciativa nos salvan a todos del paro y la miseria. Y a fin de dar peso al calificativo se aprestan a publicitar el éxito de cualquiera que monta una pequeña empresa para hacernos olvidar que la economía española está en manos de las mismas familias de siempre, que son las que se forran de verdad con esas medidas
  • Los beneficios de la globalización: Otra jugada maestra en que a muchos nos pillan con el pié cambiado, siendo como somos internacionalistas. El libre comercio como fuente de riqueza generalizada ya lo propugnaba Adam Smith en el siglo XVIII, si bien se demostró que solo beneficiaba a las naciones cuya industria estaba ya desarrollada. Alemania, Estados Unidos y Japón, las potencias industriales que emergen a principios del siglo XX, lo hiceron en base a restringir el comercio para proteger a una industria local aún debil y no competitiva. En su versión del siglo XXI, este dogma se rescata bajo el concepto de globalización y vistiendose como una forma de permitir el desarrollo de los países más pobres. En realidad el objetivo ha sido favorecer a unas multinacionales que se libran de los contoles que limitan sus beneficios en el primer mundo, para poder explotan sin límite en los países pobres. Los productos se venden de vuelta con márgenes enormes en los países ricos sin que se beneficien más que las propias multinacionales y algunas minorías en los nuevos países productores. De paso se afloran beneficios en paraisos fiscales y se eluden impuestos, ¿cabe mejor plan? En su versión más local tenemos una Europa de dos velocidades en las que las naciones del sur abren sus mercados como si fueramos un solo país, sin que a cambio los del norte reviertan parte de los beneficios en el desarrollo de sus vecinos. Siempre ha habido listos y tontos.
  • "Laissez faire"(dejar hacer): La dejo para lo último porque es una tendencia que está en gran medida ya desacreditada, si bien sus efectos han sido devastadores y su aplicación persiste. La expresión es de un frances de hace casi trescientos años que proponía la no intervención gubernamental como vía para el buen funcionamiento económico. Lo desastroso de esas políticas ha quedado demostrado crisis tras crisis, pero es que es demasiado util para los oligarcas como para olvidarla. De los efectos de la desregulación de los mercados financieros ya saben hasta los niños pequeños, y aunque se ha hecho público propósito de enmienda, en realidad casi no se ha tomado ninguna medida real para cambiar la situación. Sin embargo la teoría se sigue aplicando para por ejemplo desregular los mercados laborales, privatizar servicios públicos, etc. En realidad es evidente que desregular consiste en desproteger al debil y la ley es lo que nos separa de la barbarie. Un siglo despues del nacimiento de esta expresión, otro francés lo expresaría muy bien en esta frase  "Entre el fuerte y el débil, entre el rico y el pobre, entre el amo y el siervo, la libertad oprime, la Ley libera"..
Esto es lo que hay. Algunos de estos dogmas andan ya resquebrajados, pero no caeran facilmente, sobre todo si se fomenta la ignorancia y se controlan los medios de comunicación. La constatación del desastre será seguramente una forma dolorosa de contribuir a su descrédito definitivo.

jueves, abril 26, 2012

No nos merecemos esto


Oigo las noticias en la radio mientras deshago los kilómetros de autopista que me separan del trabajo. Las seis y cuarto de un día que según la radio nos traerá junto a la lluvia, nuevos detalles de la actualidad política y económica, noticias más grises que el cielo que se adivina cuando amanezca. ´La misma rutina de cada mañana mientras miro distraidamente a la misma carretera, los mismos edificios y el mismo paisaje suburbano. Por el arcen, por el estrecho espacio quizás dedicado a los peatones, quizás robado por estos en un entorno pensado para los coches, veo caminando a dos mujeres. Caminan una detrás de la otra dado que el espacio no da más de si, supongo que se dirigen a alguna de esas desoladas paradas de autobus que se encuentran en la autopista y que a uno le cuesta adivinar de donde sale sus pasajeros. Las sobrepaso sin llegar a verles las caras, son dos mujeres más, dos personas más de los miles con los que me cruzo incluso a una hora tan temprana y en los que nunca me fijo, nunca nos fijamos.

Mi pensamiento sin embargo se detiene esta vez a pensar en ellas, y durante un instante se entretiene en dotar a esas dos figuras de humanidad. Me las imagino, compañeras de trabajo quizás, volviendo a casa tras una jornada nocturna en quien sabe qué empleo; más probablemente en el camino inverso, dirigiendose hacia su puesto de trabajo como hago yo mismo, destino del que supongo les separa un largo intercambio de autobuses y metro. En esta zona de la autopista existen dos destartalados edificios encajonados entre las pistas del aeropuerto y la propia carretera. Siempre se me antojaron como dos extrañas islas separadas de todo, el lugar donde uno nunca iría a vivir y en el que un pequeño bar parece ser el único elemento de ocio (aparte de ver aterrizar los aviones por encima de sus cabezas). Siempre que paso por este lugar me pregunto quién puede haber considerado que tenía sentido construir esos dos edificios en ese desamparado rincón, quién habría pensado que merecía la pena pagar algo por ellos, quién y en qué circunstancias puede haber decidido hacer de ese lugar su hogar, Quizás esta mañana he vislumbrado a dos de esos enigmáticos habitantes.

Las dos desconocidas quedaron atrás hace kilómetros, pero mi pensamiento sigue a su lado. Algo en su ropa o en mis prejuicios las imagina emigrantes, seguramente sudamericanas, venidas de un lugar del mundo donde vivir en algún rincon de esos edificios incrustados en ninguna parte puede incluso considerarse una vida mejor. Por algún motivo me las imagino charlando animadamente mientras esperan el autobus, exprimiendo felicidad como todos nosotros a base de las pequeñas cosas de la vida. Disfrutando quizás de la amistad mutua, sintiendose quizás afortunadas por tener aún el privilegio de levantarse a las cinco de la mañana, porque aún tienen trabajo. Quizás piensan como yo que ya es jueves y un largo fin de semana de puente se les aproxima. En mi divagación les he imaginado sus parejas y algun hijo que les esperará cuando vuelvan a casa dentro de seguramente muchas horas, despues de una larga jornada por la que cobrarán un salario que sospecho indigno, y tras dedicar algunas horas adicionales a transitar el transporte público madrileño. Un pequeño universo de relaciones familiares, esperanzas y planes que por algún motivo en esta madrugada gris me he imaginado relativamente felices, personalizando quizás en ellas algo que siempre me ha admirado, esa capacidad de la gente de mantener un cierto grado de felicidad y el buen ánimo en todo tipo de circunstancias.

Y mientras acabo de consumir los minutos de mi camino al trabajo, no puedo dejar de pensar en que con cada una de las "reformas" puestas en marcha por nuestro gobierno y de las que la radio del coche me informa cada día, se erosiona un poco más la capacidad de ser felices de esa mayoría de gente que se levanta cada día para hacer su trabajo mientras se conforma con tan poco. Y en lugar de la habitual rabia e indignación, esta mañana siento fundamentalmente pena. Pena porque no puedo dejar de pensar que esa pobre gente que se levanta a las cinco de la mañana para recorrer andando el arcen de la autopista camino de su trabajo, no se merece todo lo que se les está haciendo. No se merecen ver como a la angustia por su despido se une la angustia de no poder acceder a los sistemas sanitarios. No se merecen ver como les deshaucian de esa vivienda en la que han metido el fruto de años de esfuerzo, a la vez que se les condena a pagar una supuesta deuda pendiente de por vida. No se merecen que se les retrase el disfrute de una pensión durante los últimos años de una larga vida de trabajo. No se merecen perder la oportunidad de que sus hijos tengan una educación pública digna y con ellos la esperanza de que tengan una vida algo menos precaria que ellos mismos.

Más tarde me encuentro al Ministro De Guindos dirigiendose a mi desde el telediario de una televisión sin sonido. Mejor así, no quiero oir como intenta justificar algun nuevo ataque a las oportunidades de felicidad de toda esa gente con la que me cruzo por la mañana camino del trabajo. Solo quisiera que pudiera ser yo el que me dirigiera a él, a todos aquellos que ejecutan con eficiencia inmisericorde la agenda de recortes a nuestra felicidad, para pedirles a todos ellos simplemente que paren, que piensen en lo que hacen, porque de verdad que creo que no nos merecemos todo esto.

miércoles, abril 25, 2012

Co-gobernando en Andalucía


A la hora de dar mi valoración, a toro pasado, de la decisión de los compañeros de IU en Andalucía de entrar en gobierno de coalición con el PSOE, vaya por delante que poca gente hay en IU que haya sido más visceral y radicalmente crítico con dicho partido, al que culpo de buena parte de los males que nos aquejan. Es por ello que quizás sorprenda mi postura a favor de la decisión tomada y me parece conveniente dejar constancia de sus motivaciones.

Entre las distintas posibilidades se podía barajar en primer lugar la idea de repetir la postura tomada en Extremadura y dejar al PP que gobierne en minoría. Yo mismo aplaudí en su día tal decisión, y sin embargo permitir que esos mismos dirigentes del PP que desde su llegada al gobierno están superando todas las expectativas de brutalidad neoliberal y autoritarismo (a la vez que acumulan descrédito a un ritmo desconocido), aparezcan ante toda España felicitándose por la pieza cobrada y agradeciendo a IU su responsabilidad, me resultaría simplemente vomitivo. Me parece tan evidente como sorprendente que haya alguien que pueda incluso considerarlo, las circunstancias políticas han cambiado mucho en el último año para que esta opción se considere.

Asumiendo que facilitamos la investidura de Griñan, teníamos el siguiente dilema al respecto de si pactar o no un acuerdo de legislatura. Hay que ser consciente de que si facilitamos la investidura asumimos una cierta cota de co-responsaiblidad en lo que haga el PSOE sin tener ninguna capacidad de influir en las acciones que se tomen, argumento manido que no deja de ser cierto. La opinión pública no es tan fina como para distinguir los matices, y a la hora de las elecciones se nos señalará con el dedo para lo malo sin dar margen a capitalizar en lo bueno. Una vez más, el peso de los últimos meses debe tenerse en cuenta al decidir; y si en el pasado la Junta actuaba de correa de transmisión de las políticas neoliberales dictadas desde el gobierno central, ahora cabe esperar uns situación inversa, con Andalucía queriendo capitanear la poca resistencia que se pueda hacer a los dictados del gobierno de Rajoy. Entiendo que en este caso hay mucho más que ganar que lo que hay que perder escenificando un acuerdo que nos permita capitalizar el previsible giro izquierdista que el PSOE siempre toma al llegar a la oposición, de forma que este se vea como un logro de nuestra formación.

Llegado a este punto, nos queda decidir si entramos en el gobierno o no. Las implicaciones son evidentemente mayores que si nos quedamos en el mero pacto de legislatura, dado que sumir una acción de gobierno conjunta nos corresponsabiliza más claramente en todo lo que ocurra. Estamos tomando un gran riesgo al atarnos a un socio que ha demostrado ser de poco fiar, y sin embargo de nuevo las circunstancias creo que juegan a favor de esta opción.

En primer lugar está el que se haya cudado como se ha escenificado todo este asunto. La firma de un acuerdo por escrito y el haber sujetado el tema a la aprobación de los afiliados nos permite justificar la decisión en el viejo "programa, programa, programa" de Anguita, y desactiva a quien quiera señalar la búsqueda de la poltrona como elemento motivador. Entiendo que el acuerdo es mejorable y muy poco concreto, pero aunque suene cínico, en el fondo eso es irrelevante para una opinión pública que dificilmente pasa del titular de prensa. Por otra parte siendo realista el margen de maniobra va a ser mínimo y la correlación de fuerzas sigue estando en favor del PSOE lo que es lógico que se refleje en el documento. Otro aspecto positivo es poder aprovechar para dejar claro nuestra vocación de gobierno y contrarrestar la imagen habitual de partido de oposición.

Evidentemente el resultado solo será bueno si podemos hacer ver que la Junta ha cambiado de rumbo gracias a nuestra labor. A este respecto tenemos mucho margen en el ámbito de profundizar en la democratización, transparencia y limpieza de las instituciones. Los temas económicos serán espinosos en la medida que las decisiones vienen muchas veces impuestas, por lo que habrá que cuidar de hacer visible nuestra oposición al gobierno central para lo que seguramente contemos con buena sintonía con el PSOE.

Así pues me paso al grupo de los que consideran la decisión tomada como correcta, si bien es evidente que no está exenta de riesgos. El tiempo nos dirá.

lunes, marzo 19, 2012

Otra huelga, otra batalla que luchar.


Otra vez días de huelga. Buena parte de lo que pueda decir al respecto ya lo hice hace año y medio en la que tengo la sensación de haber sido mi primera huelga general.

Los días pasan, las sensaciones se acumulan. Sensación agridulce cuando hablo con mis compañeros de trabajo que no secundarán la huelga como nunca lo han hecho, y sin embargo va desapareciendo cierto sentido de superioridad con el que se presumía de no seguir a los sindicatos. El lado bueno de que gobierne el PP es que algunos se quedan sin argumentos. Sensación amarga cuando hablas con gente que haría huelga y no se atreve por miedo a las represalias. Y se hace evidente que para una gran mayoría de la gente hacer huelga es jugarse el despido, y con él la miseria ligada al paro. No se puede pedir a la gente que sean heroes, ese no es el camino, pero ¿cual es entonces?

La economía dicen que se rige por ciclos cortos y largos. El crecimiento económico fluctua en el corto plazo ligando fases de crecimiento más rápido con otras de estancamiento, mientras en el largo plazo se observa una tendencia de crecimiento o estancamiento que cuesta distinguir sin la distancia del tiempo. En el mejor-peor de los casos el PP se puede encontrar con una situación de mejora económica global que le permita vender sus medidas económicas como un éxito que haya puesto freno a la caída o incluso propicie una leve recuperación, yo particularmente no lo creo. Y pienso que incluso si fuera así, en algún momento la gente se dará cuenta de que, medida tras medida, nuestros gobernantes nos han llevado a un mundo que es peor que el que atisbábamos en los viejos años ochenta y que ya disfrutaban nuestros vecinos de Europa. En algún momento la gente se deberá dar cuenta que nos han dejado sin esperanzas de un mundo mejor, más justo, más sano, más sostenible, más humano. En algún momento la gente se acordará de los buenos tiempos, quizás sea mañana, quizás en diez años, o en veinte, si es que el sistema no ha conseguido acabar con toda tentación de albergar esperanzas.

Pero ese es un proceso que a veces se nos antoja ajeno, porque mientras la mayoría de la gente anda perdida e incapaz de encontrar el rumbo, algunos estamos ya hace tiempo esperándoles. Y tratamos desesperadamente de mantener una luz encendida para que la vean en la oscuridad a la que sumisamente parecen haberse entregado. Y lo hacemos huelga a huelga, manifestación a manifestación, blog a blog, cartel a cartel, conversación a conversación, derrota a derrota. Y quiisieramos hacer más y ser menos impotentes, pero de momento solo podemos intentarlo, luchar frente a ellos, pero también frente a muchos de aquellos que deberían ser parte del "nosotros".

Viene otra huelga en la que nos dejaremos todo nuestro esfuerzo y compromiso, una vez más. Y aunque seamos pocos empujando por ella, y aunque los que se nos unan sean minoría, nos reconoceremos en el piquete y la manifestación, nos enorgulleceremos de estar con ellos, con nuestros compañeros, intentando despertar a la sociedad anestesiada, una tarea que parece inmensa siendo tan pocos. Y al día siguiente sabremos que no habremos conseguido lo que queríamos, pero quizás encontremos algunas caras nuevas entre nosotros, igual encontremos más comprensión y más apoyo entre los que aún andan perdidos. Igual incluso consigamos que los que nos dominan escondan tras sus gestos victoriosos una cierta preocupación.

Pequeñas batallas de ciclo corto dentro de un ciclo más largo que quizás nos esté acercando ya a un mundo tan bueno como podría llegar a ser. Y nosotros seguiremos, huelga a huelga, manifestación a manifestación, blog a blog, cartel a cartel, conversación a conversación, derrota a derrota, indefinidamente, con la energía inagotable que dan las convicciones y la seguridad de que la causa lo merecía.

El día 29 se ha convocado una huelga general. Pongamonos a trabajar compañeros.

domingo, marzo 18, 2012

La Economía, algo de ciencia aderezada con mucha ideología


Un viejo chiste de los que se cuentan en la facultad de económicas y al que solo los del ramo encontramos la gracia:
Se encuentran un físico, un químico y un economista encerrados en una celda. Los tres científicos deciden aplicar sus conocimientos para plantear como salir. Así pues el físico propone sacar una barra de la cama para crear una palanca y tratar de doblar los barrotes. El químico propone mantener húmedo un barrote en mal estado para acelerar su oxidación. Cuando le llega el turno al economista, este se levanta y empieza a desarrollar su propio plan: "Supongamos que tenemos la llave..."
El método científico se basa en la formulación de una teoría que se contrasta con la realidad mediante la experimentación hasta que se comprueba como válida. Los experimentos se repiten en entornos controlados que eviten la interferencia de factores que puedan falsear los resultados. Una vez que una teoría se ha dado por válida, sirve como base para futuros avances, dado que las leyes naturales son inmutables. 

Lamentablemente las cosas no son tan fácilies para los "científicos económicos", se trata de una ciencia social y eso complica la experimentación. Incluso buscar la información en el pasado o comparar situaciones entre países es complicado porque las circunstancias no son nunca exactamente iguales y el número de factores que intervienen es inmenso. Aún más complicado resulta predecir el futuro teniendo en cuenta que los sujetos de experimentación aprenden del pasado y modifican sus comportamientos. La realidad es demasiado compleja y cambiante, y por eso los modelos económicos deben simplificar las infinitas variables, asumir condiciones que sabemos son demasiado simples e intentar sacar alguna conclusión, la cual será siempre más válida para explicar el pasado que para predecir el futuro.

Todo lo anterior no quita mérito ni relevancia a los que se dedican al estudio económico, pero nos obliga a relativizar la validez de las teorías que se formulan. Distintos economistas pueden defender teorías perfectamente contradictorias basadas en asumpciones distintas y sobre todo en formas de pensar y entender a la sociedad y a los individuos diferentes. Al fin y al cabo, los economistas formulan ideología, ideología adornada por análisis matemáticos y estudios más o menos profundos. Todo es relativo, y con suficiente ideología detrás se pueden hacer formulaciones realmente ridículas e inconsistentes cuya falta de validez será dificil de probar, siempre habrá alguna variable externa que se utilizará para justificar una incorrecta predicción y poder seguir defendiendo la validez de la teoría.

Todo lo anteriror resulta extremadamente conveniente para quien ostenta el poder. Ante un abanico de teorías económicas contradictorias, resulta bastante sencillo encontrar alguna que resulte conveniente a sus intereses. A partir de ahí todo consiste en hacerla prevalecer frente a las demás, y eso no es dificil cuando se controlan los resortes de los medios de comunicación, así como los organismos y los centros de estudios económicos. El epicentro de ese control ideológico lo constituyen las prestigiosas escuelas de negocios privadas donde se repiten y se difunde ideología económica poco brillante entre alumnos más interesados en buscar un título que ayude en su carrera profesional, que en tratar de ampliar su conocimiento. Un pensamiento acrítico que se retro-alimenta y que se soporta agarrado a si mismo más que apoyado en la realidad.

Las formulaciones ideológicas neoliberales tan en boga en las últimas décadas y que encandilaron a la izquierda socialdemócrata oficial eran ya viejas a principios del siglo XX cuando quedaron desacreditadas por la realidad de la crisis económica y social que provocaron. Hizo falta que pasaran 50 años para que, con unos leves retoques, pudiera ser aupada a la cumbre del pensamiento único, bombardeado a modo de pequeñas pildoras que pudieran ser tragadas por un público poco informado y sin capacidad de oponerse a un bombardeo masivo. 

Dicen que Margaret Tatcher, preguntada tras su retiro por su mejor legado contestó: "Tony Blair". La conversión de los laboristas británicos a la nueva-vieja ideología económica fué clave para su expansión entre otros gobernantes socialdemócratas en busca del poder. Con el bando socialdemócrata convertido, la llama del pensamiento alternativo hubo de refugiarse en los entornos de las iquierdas minoritarias, silenciado e ignorado. La magnitud de la victoria ideológica fue tal, que ni siquiera parece que la constatación de la ruina que las nuevas prácticas nos ha traído haya conseguido minar demasiado su omnipresencia.

Hoy en día, para aquellos que tenemos la más mínima formación económica aderezada con algo de sentido común, resulta evidente que la debilidad del pensamiento neoliberal. Da casi verguenza ajena seguir escuchando a sus defensores utilizar argumentos probadamente falsos para defender lo indefendible. Es triste constatar que es seguramente su propia incapacidad de cuestionar el adoctrinamiento recibido lo que les mantiene en sus trece. De momento siguen siendo útiles y los poderes los mantienen para parapetarse en las ventajas conseguidas. Es verdad que el castillo ideológico se va desmoronando, pero mientras no haya nada mejor, se le mantiene en pie a duras penas mientras algunos esperamos e intentamos que la realidad aporte las evidencias que contribuyan a su caida definitiva.

sábado, marzo 10, 2012

¿Porqué dejamos que nos expolien? (IV) Resistirse a cambiar.



Acabo con esta serie de cuatro entradas que quería dedicar a los posibles motivos de la pasividad de la gente ante la crudeza de la pérdida de derechos a la que es sometida. Si todas las anteriores tenían como nexo común la capacidad de los gestores del poder de engañar a la gente, en este caso toca hablar de algo que tiene que ver más con la capacidad de la gente de engañarse a uno mismo:

¿Porqué permitimos que nos expolien? 

Motivo IV: Resistirse a cambiar.

Si hay que personalizar la extrañeza ante la pasividad del personal al respecto de lo que está ocurriendo, habría que centrarse sobre todo en esas mayorías que se consideran a si mismas de izquierdas, que constituyen el caladero habitual de fieles votantes del PSOE, y que le proporcionan su suelo electoral en los momentos más débiles.

Cogidos uno por uno encuentras en ellos un rango similar de valores a los que podemos tener la gente del entorno de IU, defensa de una sociedad más igualitaria y libre en la que el consumismo y la competitividad despiadada no lo dicte todo. En momentos en que el PSOE extrema en el gobierno sus medidas más conservadoras, pueden llegar a criticar abiertamente a los líderes de su partido, pero al día siguiente volverán a las urnas, aunque sea sin un enorme entusiasmo, y otorgarán su apoyo a los que les han traicionado a ellos y a sus ideas.

Uno de los elementos comunes en la forma de pensar de estos miembros del PSOE es la dureza de sus críticas a IU, al PCE, o a todo lo que quede a la izquierda del partido que representan. Dicha crítica se volverá feroz si alguna vez tenemos la osadía de no regalarles nuestro apoyo en alguna votación. Entre las críticas destacará la acusación de mantener utopías irrealizables, mientras se nos mira con la condescendencia del que ya está de vuelta de todo. Condescendencia que se convertirán si hace falta en acusaciones de irresponsabilidad cuando corresponda por permitir que triunfe la derecha.

Siempre he tenido la impresión de entender bien la forma de pensar de esta gente. Me imagino a mi mismo tragando carros y carretas, aceptando medidas contrarias a mis ideas impuestas por parte de los líderes de mi partido al que sigo enganchado bajo excusas de unidad y pragmatismo, para que venga alguien ha decirme que hay otra vía posible. Si ese alguien tiiene razón, si con mi apoyo o mi silencio he permitido medidas como las que ha aprobado el PSOE de Zapatero o anteriormente el de Gonzalez, mientras había otras vías u otras alternativas, ¿en que me convierto yo? ¿En un desertor? ¿En un traidor a mis propias ideas? ¿En un colaborador en las injusticias del sistema?

Los cambios que han venido ocurriendo en nuestra sociedad en los últimos tiempos, ponen en evidencia decenios de aceptaciones y de renuncias de esas mayorías moderadas que siguieron acríticamente a sus líderes en su giro al liberalismo. Esa gente que pese a sus buenos principios colaboró en el proceso, asiste ahora anonadada a las consecuencias de todo aquello. Hace falta sin embargo un coraje que no parece demasiado extendido para confesarse a si mismo y a los demás todas las cosas en las que estaban equivocados, y todo el mal que sin duda bienintencionadamente han contribuido a generar. Y sin embargo la realidad les grita a los oidos, y yo confío en que despierten de su atonía y decidan que ya es la hora de aceptar los errores y cambiar de rumbo.

jueves, marzo 08, 2012

El discurso de la austeridad



Hace algunos años me contaban una anécdota que creo que viene al caso de esta entrada. Cerca de casa de mi cuñada vivía una anciana de esas tan propias de los pueblos, de años incontables y a quien todo el mundo recuerda vestida siempre de luto. Un día, al cruzarse con mi cuñada, y tras preguntarle como se encontraba, la anciana le puso al día de alguno de esos achaques propios de la edad. La buena mujer había visitado al médico que tras examinarla le recomendó un jarabe, a lo que esta respondió airadamente algo así como que "eso era aguachirri, y que se podía lavar con èl los cojones". Exigió a cambio una inyección que le fué recetada por el paciente médico rural.

Traigo esta anécdota a colación por lo que puede tener de reflejo de un inconsciente colectivo que identifica sufrimiento y penitencia con virtud y recompensa futura. Entiendo que para la anciana, el dolor asociado al pinchazo tenía algún tipo de relación con la efectividad de la cura, nada comparable con el anodino jarabe de dudosos efectos.

No conozco otras culturas lo suficiente para determinar si esta culpabilización del placer y exaltación del sufrimiento es general a todos ellas, pero parece evidente el vínculo entre la doctrina cristiana católica que tanto ha condicionado y condiciona nuestra cultura, con la extensión de ese modelo de pensamiento. Esa negra historia del pecado original, la culpa que se redime mediante sufrimiento en esta vida y la negación y el rechazo a todo lo placentero, es una parte central de ese adoctrinamiento que la gente recibe no ya solo en las iglesias (a las que no va ya ni el gato), sino en las propias escuela pública. La conveniencia de esta doctrina para tratar de mantener mansos a los oprimidos explica en buena medida la simbiosis que históricamente se ha dado en nuestro país entre los poderes opresores con las jerarquías católicas.

Es quizás todo esto lo que explica el continuo recurso al discurso de la austeridad por parte de quienes nos gobiernan. Tan automáticamente efectivo resulta, que a nadie parece extrañar que comparta el mismo telediario con la noticia del aumento del número de los super-ricos en nuestro país (según indicaba ayer la revista Forbes). Oir hablar de sacrificios necesarios y dolorosos a los opulentos miembros de la patronal, o a los muy bien pagados miembros del gobierno debería parecernos a todos un enorme sarcasmo y un enorme insulto. No es así parece para muchos de los españoles, y casi creo estar escuchando esa letanía de Semana Santa que ya siendo chaval me dejara perplejo al oirla por primera vez:

ACTO DE CONTRICCION  1

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre, Redentor mío,
por ser vos quien sois, bondad infinita
y por que os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con
las penas del infierno.
Animado con tu divina gracia,
propongo firmemente
nunca mas pecar, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta,
para el perdón de mis pecados. Amen

ACTO DE CONTRICION 2

Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.
Pésame por el infierno que merecí
y por el cielo que perdí;
pero mucho mas me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como vos;
antes querría haber muerto que haberle ofendido,
y propongo firmemente ayudado por tu divina gracia,
no pecar mas y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amen

ACTO PENITENCIAL

Yo confieso ante Dios Todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mi ante Dios, nuestro Señor. Amén

domingo, marzo 04, 2012

Cambio de sistema o cambio de gestor.

Tanto en Grecia (en mayor medida) como en España (en menor), nos encontramos con una ciudadanía absolutamente cabreada con la situación politico económica, con grados de desencanto y desprestigio de la política que baten records. Sin embargo todos tenemos claro que a la hora de una consulta electoral resulta extremadamente dificil que la gente se salga del bipartidismo dominante. En Grecia se llega al punto máximo cuando ante la caida y práctica desaparición del PASOK, ha surgido un nuevo partido de izquierdas que tiene toda la pinta de haberse creado para recoger a los restos del naufragio y mantener las mismas políticas.

La respuesta a porqué tanta resistencia a abandonar a los partidos habituales por parte de la mayoría de los votantes parece en realidad bastante simple. Si bien existe un enorme descrédito y escepticismo al respecto de los partidos que en todo nuestro entorno gestionan el omnipresente capitalismo neoliberal, una cosa es estar en desacuerdo con el gestor, y otro es estar en desacuerdo con el sistema y querer su cambio. Es evidente que esta segunda parte no se ha producido, y la mayoría de la gente entiende o quiere entender los problemas que nos afligen como un problema de una mala gestión de un sistema que es el único posible.

En este entorno se encuadra la situación de un partido como IU, siempre en el filo entre los que apuestan por gestionar el sistema actual y darle una reforma sin cambiar sus principios de fondo, y la gente que apuesta por el cuestionamiento de las reglas del sistema en si. Los cantos de sirena por parte de los que llaman a nuestros distintos líderes y cargos a acercarse al lado de los que apuestan por un simple cambio de conductor de la nave capitalista son fuertes, y son abundantes los ejemplos de los que han sucumbido y han intentado llevar el barco de la coalición a esas costas, para acabar saltando del barco para hacer el recorrido a nado. La tentación es grande, una vez que el puesto de buen gestor del sistema queda de vez en cuando, como ahora mismo, vacante y a la espera de candidatos. Rosa Diez por ejemplo intenta con cierto éxito pescar en esas aguas.

Así pues, este es el entorno en el que nos toca desarrollar nuestra opción política, y no tendrá posibilidades de mover a cantidades de gente suficientes como para provocar una transformación real si no somos capaces de socavar la opinión de la gente no ya hacia la gestión que del sistema han hecho partidos como el PSOE, sino del sistema en si. Nos queda un mundo que recorrer hasta que esto ocurra, porque los decenios de propaganda han grabado a fuego en el inconsciente de la gente que el capitalismo consumista es la única vía. También es verdad que a la espera de que la gente abra los ojos, tenemos trabajo que hacer para construir una alternativa creible, coherente y completa y que responda a las dudas y recelos que los defectos del modelo de "socialismo real" levanta. Defectos que los hubo y extremadamente serios y cuya negación solo nos debilitaría.