domingo, marzo 22, 2015

Llega la hora de la verdad y nos encontramos en manos de unos auténticos XXXX (que cada cual elija su epíteto)


Pues aquí estamos, en el gran año electoral en el que un bipartidismo tambaleante, columna vertebral de un régimen que se resquebraja, se la juega. Las hostilidades se abrieron hace casi un año con las elecciones europeas y en este tiempo muchas cosas han pasado y cada cual ha ido tomando sus posiciones.

Hoy se dará una primera escaramuza, antesala de la batalla de verdad que se dará el 24 de mayo. Es escaramuza porque las expectativas de cambio en Andalucía son limitadas, y tan solo se dirime la medición de fuerzas de cada cual. El resultado de un PSOE que ganará y necesitará pactar está ya cantado, pero estas elecciones son también algo así como una segunda vuelta de las Europeas, que permiten constatar como de bien ha hecho cada cual los deberes en este largo año.

¿Y como pienso yo que ha hecho cada uno esos deberes? Pues aquí tenéis mi versión:

Para empezar, las fuerzas del régimen han estado más que activas. Después de un verano y principio de otoño noqueadas, parece que por fin hayan dado con una estrategia, y es que esta gente se juega sus habichuelas y no han mantenido el tinglado en pie durante 40 años a base de cometer estupideces ilimitadas. Hasta otoño mantenían el plan establecido hace tiempo de aflojar un poco en la asfixia económica y subirse al carro del cambio de ciclo como vía para que la opinión púiblica volviera a su cauce. El problema es que minusvaloraron el impacto que la marejada de nauseabunda corrupción ha tenido en la población española, y para octubre se hacía evidente que la táctica no estaba funcionando, con un PODEMOS imparable que ponía patas arriba el tablero electoral. Empezó entonces una campaña masiva de desprestigio hacia los de Iglesias utilizando toda la artillería mediática del régimen, campaña que para fin de año parecía que había conseguido ya detener el avance electoral del nuevo partido.

No fué una victoria menor para el régimen, sin embargo el panorama electoral seguía siendo muy complicado, pues conducía ineludiblemente a una gran coalición que acabaría con la ilusión de la alternancia, y dejaría unas perspectivas de futuro muy complicadas de gestionar a largo plazo. En enero se produjo la victoria de Syriza y la gran manifestación de PODEMOS en Madrid, lo que debió hacer temblar a más de uno y les obligó a replantear la estrategia.

Para febrero, la táctica cambió radicalmente. Los intentos de mantener en pie el bipartidismo parecen haberse evaporado, y la nueva estrategia se vuelve evidente. Ante el desbordamiento del descontento, se opta por dejar de intentar detenerlo y canalizarlo de forma no dañina por medio de Ciudadanos, al fin y al cabo un partido nuevo y no pringado de corrupción. El éxito es inmediato, y es que buena parte de la opinión pública si parece haberse tragado que la política económica está siendo efectiva, por lo que la oferta de un partido continuista en lo económico pero limpio de corrupción, tiene sus posibilidades.

Hay que reconocerlo, ¡Bien jugado señores! Lo sentimos por la cúpula del PP con el bobalicón de su lider en cabeza, que serán sacrificados y tendrán que echarse a un lado para dejar paso a una nueva generación de jovencitos neoliberales que no tenga nada que ver con el pasado reciente. Lo sentimos también por los nacionalistas, que ven como su relevancia se desvanece una vez que no sirven en este momento como muleta; que no desesperen, porque la rueda gira y es probable que en el futuro vuelvan a ser requeridos para jugar su papel a cambio de sus parcelas de poder local. El régimen parece que tiene ya un plan de reconstrucción que pasa por un próximo gobierno en el que el PSOE se apoye en Ciudadanos para mantener el rumbo del sistema bajo una cara más amable. Muerto el bipartidismo, ¡viva el partido bisagra!

Mientras los estrategas del régimen se afanaban en intentar tapar las grietas y reforzar los pilares dañados ¿Como de bien lo hemos hecho nosotros, aquellos que estamos por cambiarlo? Veamos:

Empecemos por Izquierda Unida y los suyos. Las elecciones europeas deberían haber sido un toque de atención para recordarnos como de mal lo habíamos estado haciendo hasta este momento, cuando tres o cuatro personas son capaces de movilizar a la gente a la que no habíamos llegados y crear una esperanza de cambio. Sin embargo, la capacidad de nuestros dirigentes de hacer el Don Tancredo y no enterarse de nada desafía toda lógica. Y es especialmente sangrante cuando la militancia les llevamos exigiendo que cambien desde hace ya muchos años.

Lo que iba a ocurrir se veía venir salvo para los XXXX que nos lideran. Para finales de año las encuestas indicaban que no solo no somos capaces de movilizar el voto de los desencantados del bipartidismo, sino que más de la mitad de nuestros votantes tradicionales nos habían dado por inútiles y decidían invertir sus esperanzas en PODEMOS. Con ellos se nos marchan una parte importante de nuestros cuadros, cansados de predicar en el desierto ante unos dirigentes que han demostrados ser unos auténticos XXXX.

El colmo llegó cuando por fin parecía que en IU Madrid llegaban nuevos aires y las primarias aupaban a aquellos que apostaban por fin por cambiar las cosas. Los dueños del aparato en la capital, que a su conocida XXXX unen ahora serias sospechas del papel que han jugado en la corrupción generalizada en Madrid, decidieron dar un golpe de estado contra los militantes y simpatizantes, y encontraron en el Consejo Político Federal unos cooperadores necesarios. Atónitos hemos asistido a tres meses de destrucción de la esperanza que las primarias trajeron, a como han preferido reventar a la organización antes que apoyar a aquellos que apostaban por un cambio de rumbo que ellos, en su XXXX temen. Son unos auténticos XXXX que no creo que los militantes nos merezcamos.

Existe en IU un potencial enorme de dirigentes jóvenes y con prestigio, y una militancia dura y trabajadora que es capaz de compensar la XXXX de nuestros CPF, pero es muy difícil conseguir buenos resultados con un lastre tan inmenso como estos XXXX suponen. De que consigamos apartar cuanto antes de la toma de decisiones a esos auténticos XXXX depende el futuro no ya de IU, sino de las posibilidades de cambio en el país. Resulta difícil no perder la esperanza después de lo que llevamos vivido, pero dicen que es lo último que se pierde.

Si en IU demostrábamos nuestra habitual XXXX en estos meses, lo de PODEMOS tampoco es para tirar cohetes. Para el verano su crecimiento se convirtió en imparable, cuando la gente les identificó como una alternativa por fin con posibilidades de desplazar a lo que había. Para octubre eran la fuerza con mayor intención de voto, pero ya se habían cometido errores cuyas consequencias se iban a ver en los siguientes meses.

Para empezar, el partido que respondía a la vocación participativa y asamblearia del 15M se dotó de unas estructuras verticales y autoritarias que no pueden pasar la prueba del algodón de una auténtica democracia interna. Algunos lo entendimos como un mal menor para evitar que el efervescente partido se convirtiera en el ejército de Pancho Villa, pero es que la forma en que se han aplicado las jerárquicas estructuras creadas son auténticamente espantosas. Se ha intentado cercenar toda diversidad de opiniones y se ha negado a la militancia el opinar en temas tan importantes como la estrategia electoral. Los Secretarios Generales electos no tienen acceso a sus listados de militantes, sin duda para que no puedan organizar ningún movimiento de oposición interna, y últimamente proliferan las presiones internas a los disidentes, con amenazas de expulsión incluido. Todo esto aún no trasciende al gran público, pero este tipo de pecados acaba pagándose.

Para seguir, la estrategia de sobreactuar con lo de la transversalidad, que a mi siempre me generó dudas, parece haber naufragado totalmente. Puestos a elegir un partido poco ideológico, Ciudadanos parece mejor opción para los apolíticos desencantados por la corrupción del sistema, pero que no cuestionan sus fundamentos económicos. No era tan difícil ver como el CIS reflejaba que PODEMOS no se veía como un partido transversal, y que su base lo constituía la movilización de la gente de izquierdas. Se pusieron los cimientos perfectos para que la operación Ciudadanos tenga éxito, desideologizando el debate y centrándolo solo en las corrupciones del sistema. Entonces parecía un error, pero en la actualidad, mantener el discurso es una auténtica XXXX.

Para terminar, y no menor, es la nefasta estrategia de negar toda confluencia e intentar hacernos pasar a todos por su triunfante aro. Cuando la opinión pública pedía a gritos formar un polo de oposición al bipartidismo que pudiera juntar las fuerzas de todos los que queremos cambiar el sistema, estos auténticos XXXX, quizás borrachos por las pujante encuestas, decidieron que en ellos estaba la verdad absoluta. Hay que ser XXXX.

Donde hasta el otoño algunos nos las prometíamos muy felices, en este principio de primavera se nos han acumulado importantes nubarrones. No es que esté todo perdido, pero hay que reconocer que la corriente ha ido cambiando y ahora mismo los vientos parecen soplar mucho más a favor del régimen. La esperanza de los GANEMOS ha sido machacada por lo mas XXXX de una y otra organización, y apenas sobrevive en algunos sitios por la cabezonería de unas bases militantes y mucho más inteligentes y limpias que quienes las deben dirigir.

¿Tiene la cosa arreglo aún? Yo aún veo posible minimizar el daño, pero no es fácil. Hace falta que IU consiga quitarse el lastre de los XXXX que la dirigen y apueste de verdad por hacer las cosas de forma diferente como la mayoría de sus afiliados les estamos diciendo. Hace falta que los XXXX que dirigen PODEMOS decidan repasar todas sus meteduras de pata y se apeen de la burra en la que se han subido y que parece haber cogido la cuesta abajo.

No es fácil que ocurra, y creo que ya hemos tirado por tierra buena parte de la oportunidad de hacer de las elecciones autonómicas y municipales una victoria fundamental sobre la que edificar para el futuro. De verdad que la gente de izquierdas de este país se merecía algo mejor de ese grupo de XXXX que llevan las riendas.