miércoles, abril 25, 2012

Co-gobernando en Andalucía


A la hora de dar mi valoración, a toro pasado, de la decisión de los compañeros de IU en Andalucía de entrar en gobierno de coalición con el PSOE, vaya por delante que poca gente hay en IU que haya sido más visceral y radicalmente crítico con dicho partido, al que culpo de buena parte de los males que nos aquejan. Es por ello que quizás sorprenda mi postura a favor de la decisión tomada y me parece conveniente dejar constancia de sus motivaciones.

Entre las distintas posibilidades se podía barajar en primer lugar la idea de repetir la postura tomada en Extremadura y dejar al PP que gobierne en minoría. Yo mismo aplaudí en su día tal decisión, y sin embargo permitir que esos mismos dirigentes del PP que desde su llegada al gobierno están superando todas las expectativas de brutalidad neoliberal y autoritarismo (a la vez que acumulan descrédito a un ritmo desconocido), aparezcan ante toda España felicitándose por la pieza cobrada y agradeciendo a IU su responsabilidad, me resultaría simplemente vomitivo. Me parece tan evidente como sorprendente que haya alguien que pueda incluso considerarlo, las circunstancias políticas han cambiado mucho en el último año para que esta opción se considere.

Asumiendo que facilitamos la investidura de Griñan, teníamos el siguiente dilema al respecto de si pactar o no un acuerdo de legislatura. Hay que ser consciente de que si facilitamos la investidura asumimos una cierta cota de co-responsaiblidad en lo que haga el PSOE sin tener ninguna capacidad de influir en las acciones que se tomen, argumento manido que no deja de ser cierto. La opinión pública no es tan fina como para distinguir los matices, y a la hora de las elecciones se nos señalará con el dedo para lo malo sin dar margen a capitalizar en lo bueno. Una vez más, el peso de los últimos meses debe tenerse en cuenta al decidir; y si en el pasado la Junta actuaba de correa de transmisión de las políticas neoliberales dictadas desde el gobierno central, ahora cabe esperar uns situación inversa, con Andalucía queriendo capitanear la poca resistencia que se pueda hacer a los dictados del gobierno de Rajoy. Entiendo que en este caso hay mucho más que ganar que lo que hay que perder escenificando un acuerdo que nos permita capitalizar el previsible giro izquierdista que el PSOE siempre toma al llegar a la oposición, de forma que este se vea como un logro de nuestra formación.

Llegado a este punto, nos queda decidir si entramos en el gobierno o no. Las implicaciones son evidentemente mayores que si nos quedamos en el mero pacto de legislatura, dado que sumir una acción de gobierno conjunta nos corresponsabiliza más claramente en todo lo que ocurra. Estamos tomando un gran riesgo al atarnos a un socio que ha demostrado ser de poco fiar, y sin embargo de nuevo las circunstancias creo que juegan a favor de esta opción.

En primer lugar está el que se haya cudado como se ha escenificado todo este asunto. La firma de un acuerdo por escrito y el haber sujetado el tema a la aprobación de los afiliados nos permite justificar la decisión en el viejo "programa, programa, programa" de Anguita, y desactiva a quien quiera señalar la búsqueda de la poltrona como elemento motivador. Entiendo que el acuerdo es mejorable y muy poco concreto, pero aunque suene cínico, en el fondo eso es irrelevante para una opinión pública que dificilmente pasa del titular de prensa. Por otra parte siendo realista el margen de maniobra va a ser mínimo y la correlación de fuerzas sigue estando en favor del PSOE lo que es lógico que se refleje en el documento. Otro aspecto positivo es poder aprovechar para dejar claro nuestra vocación de gobierno y contrarrestar la imagen habitual de partido de oposición.

Evidentemente el resultado solo será bueno si podemos hacer ver que la Junta ha cambiado de rumbo gracias a nuestra labor. A este respecto tenemos mucho margen en el ámbito de profundizar en la democratización, transparencia y limpieza de las instituciones. Los temas económicos serán espinosos en la medida que las decisiones vienen muchas veces impuestas, por lo que habrá que cuidar de hacer visible nuestra oposición al gobierno central para lo que seguramente contemos con buena sintonía con el PSOE.

Así pues me paso al grupo de los que consideran la decisión tomada como correcta, si bien es evidente que no está exenta de riesgos. El tiempo nos dirá.

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