jueves, mayo 29, 2014

"Podemos" llega donde IU no ha podido (pero aún no sabemos hacia donde va)


Ayer llegué a casa y me encontré a Julia en un acto de infidelidad. La pillé “in-fraganti” conspirando con algunos amigos (a los que yo infructuosamente había intentado enrolar en Izquierda Unida) para crear un círculo de Podemos en nuestro pueblo. Bromas aparte,  este hecho resume de forma simbólica casi todo lo que supone y puede llegar a suponer la irrupción de la iniciativa de Pablo Iglesias  en la vida política española, así como el shock que supone para los que formamos la vieja guardia de Izquierda Unida.

“Podemos” e Izquierda Unida

El domingo pasado, durante el recuento de las elecciones europeas en nuestro pueblo, la aparición de las primeras papeletas de Podemos fue recibida de forma contradictoria por parte de los apoderados de IU presentes. Un compañero se lamentaba que el esfuerzo de años trabajando en la política local fuera tan poco productivo comparado con el éxito de un partido sin implantación local y sin ninguna historia. Resulta un poco inevitable sentir un poco de despecho hacia el electorado por su ingratitud, pero no me llevó demasiado tiempo convencerles de que lo que estaba ocurriendo abría unas perspectivas muy favorables para el futuro. Cuando acabó el recuento habíamos salvado el orgullo superando a "Podemos" por unas décimas, y el humor había cambiado hacia la celebración por las primeras elecciones que yo recuerdo en que la izquierda cosecha un auténtico éxito.

Creo que los sentimientos en los afiliados de Izquierda Unida estos días están pasando de forma acelerada por estas fases de incredulidad-decepción-esperanza. Con el orgullo maltrecho por el relativo revolcón, y gracias en parte a la respetuosa postura que Pablo Iglesias y su entorno han mantenido hacia nuestra coalición antes y después de su éxito, la gente está adaptándose rápidamente a la nueva situación. El esfuerzo lleva siendo demasiado grande, demasiado tiempo, para nuestras reducidas fuerzas, y un poco de ayuda en nuestra lucha contra el bipartidismo neoliberal va a ser bienvenida. Si todo este asunto nos sirve sw paso para que nos espabilemos en IU en nuestra búsqueda por la prometida renovación y apertura, mejor que mejor.

¿Por qué ellos pueden donde nosotros no?

Se están haciendo muchos análisis al respecto de porqué Pablo ha conseguido por fin canalizar parte de esa energía social de descontento e indignación, triunfando donde Izquierda Unida no había tenido éxito. Se habla del impacto de la presencia mediática, de una buena campaña con presencia en las redes sociales y de la imagen gris de nuestro candidato, pero yo creo que los motivos fundamentales son otros.

Dicen los expertos en comunicación que la gente no compra productos por su utilidad, sino por cómo les hacen sentir. Las campañas de publicidad se orientan en los últimos tiempos a generar esas sensaciones positivas asociadas a los productos. Si "Podemos" e Izquierda Unida fueran dos productos de consumo y tratáramos de asociar sensaciones a cada marca, nos daríamos cuenta de la diferencia en el atractivo de cada una.

"Podemos" da imagen de novedad donde nosotros lucimos antiguos, juventud donde nosotros representamos como poco madurez (no pudimos elegir un candidato más ajustado a dicha imagen), es esperanza donde nosotros reflejamos décadas de derrotas, son las nuevas tendencias de la mano de las redes sociales donde nosotros somos el viejo mitin, es limpieza donde nosotros tenemos nuestras propias manchas de corrupción.  En la parte emocional nos ganan por goleada, y aunque a nuestro favor estaría la fiabilidad de lo conocido, y el prestigio de nuestra trayectoria, ambas cosas no están mal para atraer el voto de los carrozas, pero no es lo que demandan las nuevas generaciones que despiertan a la política de la mano de los mazazos de la crisis.

Existe otro aspecto importante y que puede tener un enorme impacto. Izquierda Unida es enemigo electoral tradicional del PSOE, y con millones de antiguos votantes abandonando un partido que les ha decepcionado, el voto a IU puede parecer una cierta traición personal, el reconocimiento de un error y una derrota. Para ese electorado “Podemos” puede resultar una opción mucho más asumible que pasar por el aro del antiguo rival. Además, no nos engañemos, el programa y toda la información que rodea a “Podemos” tiene un punto de no concreción que puede permitir que de momento satisfaga a un amplio espectro de votantes y con el que  cualquier socialdemócrata moderado puede confluir (tampoco es que el de IU apueste por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción).

Entre unas cosas y otras, Pablo ha conseguido lo que parecía imposible. La misma gente que hace tres años no quería saber nada de la política, parece haber comprendido que sin presencia en las instituciones no va a ser tan fácil cambiar nada. Al modo en que las madres intentan meter las verduras en el menú de sus hijos a base de servirlas en puré, el modo de presentación de la candidatura que ha cocinado Pablo y su gente parece haber obrado el milagro de hacer de la política un menú atractivo para muchos.

¿Qué cabe esperar en adelante? Muchas oportunidades junto con un algún riesgo. 

Empecemos con lo positivo. Desde el 15-M se ha ido generando un enorme caudal de energía social que hasta ahora no había encontrado su cauce político. Esos millones de personas desencantadas e indignadas alimentaban los altos índices de abstención dejando una engañosa sensación de que nada estaba cambiando. “Podemos” puede estar convirtiéndose ya en la salida política que toda esa energía acumulada necesitaba, y si tal cosa ocurre, generará un tsunami político que puede arrasar en las próximas citas electorales.

Siguiendo con lo positivo, la hegemonía del PSOE en la izquierda está tocada, y el proceso que ahora abren dudo que sea percibido por la gente como algo más que un intento de re-engancharse a sus cuotas de poder amenazadas. “Podemos”, en caso de unirse en coalición con Izquierda Unida y otras fuerzas del entorno, representa no solo la posibilidad de cambiar un sistema que se considera corrupto y quemado, sino que puede ser visto como el caballo ganador que arrastre a los que busquen un voto útil para desplazar al PP. Si tal percepción se extendiera, la “PASOKización” del PSOE sería una posibilidad muy real. La medida del impacto lo van a dar las próximas encuestas, y debemos estar pendientes de cómo evolucione la intención de voto de la nueva formación, que puede disfrutar de un efecto de arrastre que aumente sus expectativas progresivamente (a costa de PSOE e IU).

En paralelo con la posible subida de intención de voto, sospecho que el ejemplo de Julia y mis amigos va a extenderse, y el número de activistas de “Podemos” puede crecer rápidamente. En materia social, hay pocas cosas más potentes y atractivas que una tendencia en alza, y la pertenencia a los círculos de “Podemos” puede acabar siendo algo digno de presumir frente al rechazo que provoca normalmente toda pertenencia a los viejos y apoltronados partidos tradicionales. A la gente le gusta formar parte de los fenómenos sociales, más aún cuando tienen aureola de moderno, y exitoso. Si además sirve para canalizar toda esa rabia acumulada, el coctel puede ser de lo más atractivo para esa gente que acaba de llegó al activismo de la mano del 15-M. Desde el punto de vista de los que desde Izquierda Unida andamos hace tiempo haciendo resistencia política precaria al todopoderoso bipartidismo, que llegue nueva gente que ayude va a ser una auténtica bendición. Hasta ahora, los intentos de IU de ampliar la base de militantes han sido bastante infructuosos, y la tarea es siempre agotadora.

Sin embargo, el camino de Podemos no será de color de rosa. Tras el empujón inicial, llegará el momento de la definición concreta, de las propuestas, las decisiones y los conflictos. A fecha de hoy, dudo que muchos de los entusiastas partidarios de “Podemos” se hayan leído su programa o tengan una visión clara de lo que el nuevo movimiento-partido representa.

Habrá decepciones, luchas por el poder y portazos de gente que sentirá que lo que se está haciendo no cuadra con lo que el partido debía de ser, tanto en lo relativo a su programa y propuestas como en la forma de funcionar. Una cosa es que te una el desencanto y la oposición a un enemigo común, y otra cosa es ponerse de acuerdo en cómo construir. Estoy convencido que no son todos los que ahora están, si bien es muy posible que acaben llegando otros muchos que en esta primera oleada no se tomaron “Podemos” como una opción seria.

A “Podemos” va a llegar todo tipo de frikis huérfanos de opción política, y en estos primeros tiempos, el experimento de los círculos abiertos se va a poner a prueba si no existen unas directivas mínimas que fijen el potencial rumbo errático que cada grupo puede tomar. Durante esta primera fase de decantación, el hecho incuestionable de que ahora mismo “Podemos” no es mucho más que el partido de Pablo, da una cierta tranquilidad al respecto de una posible deriva ideológica y programática demasiado indeseable. Seguramente la prueba de fuego llegará a la hora de determinar su apertura a alianzas con la propia IU (y dentro de ella los “comunistas”), lo que para muchos supondrá una línea roja que no querrán pasar.

Observar y ver qué pasa

Muchas incógnitas, algunas esperanzas y no pocas dudas. Nosotros, la gente de IU, llevamos mucho a nuestras espaldas como para no mantener un cierto grado de escepticismo ante iniciativas que pueden desplomarse tan rápido como suben. En Francia hubo hace algunos años un movimiento con ciertas similitudes (Nuevo Partido Anticapitalista) que no aguantó demasiado tiempo y se ha disuelto como un azucarillo. En Grecia, Syriza ha tenido un recorrido diferente, si bien es cierto que fue un movimiento creado alrededor de “Sinaspismos” equivalente a IU en el país heleno.

Dejemos que los recién llegados maduren en lo que será para muchos su primera experiencia política. Si el experimento fracasa o deriva hacia posiciones extrañas, nosotros seguiremos por nuestro camino, como hemos hecho hasta ahora. Si responde a las esperanzas que algunos están poniendo, contarán con mi apoyo y supongo que con el de toda nuestra organización, para formar un frente que acabe con el bipartidismo neoliberal y corrupto. Será sin duda interesante.

3 comentarios:

Pere dijo...

Enhorabuena amigo (no sé tu nombre).
Muy buena reflexión y muy buen análisis, lo comparto al 97%
Soy fiel votante de IU desde mis primeras elecciones en el 1986, esa vez tb voté IU pero reconozco que algunas veces lo hice con la naríz tapada. Es el tiempo de asimilar e integrar nuevas formas en IU, sin ese cambio será difícil una confluencia con Podemos.
Salut des d'Alacant
Pere

Anónimo dijo...

Pues yo como simple ciudadano, tengo sentimientos contradictorios,por un lado es una esperanza que suba la izquierda iu+podemos,pero por otro me preocupa que iu y el pce se vayan a desmoronar,podemos es un experimento al fin y al cabo,que puede a la larga salir bien o mal,el PCE tiene unos ideales claros y bien definidos,siempre vá a estar ahí me preocupa que la gente se pase a podemos y luego empiezen a acceder a la misma organización gente con ideas más cercanas al psoe(a la larga) y al final se carguen los dos partidos podemos e iu.
En fin,que difícil es unir a todo el espectro de la izquierda y más cuando la gente está muy desinformada.

EGS dijo...

De momento Podemos nos ha ayudado a sacudirnos y espabilarnos, lo que ya de por sí es bueno.

Yo creo que Pablo y Monedero no son tan tontos para no ver los riesgos que nosotros vemos. IU es un ancla que sirve y servirá de referencia a la posible volatilidad del nuevo partido. El día en que den el paso de aceptar converger sufrirán alguna división interna y se quitarán mucho lastre. Si no lo hacen, su deriva puede ser hacia posiciones más desideologizadas y centristas.

De todas formas, esto va a ser una escuela para muchos, y que la gente participe en política va a ser un cambio a mejor para todos. Ahora de repente hay mucha gente que está interesada en participar, algo impensable hace muy poco. Es un mérito enorme para empezar.