miércoles, junio 04, 2014

Visitando una asamblea de "Podemos"


Pues sí, ayer me pasé por una asamblea de Podemos. Que conste que mi intención no era la de participar, sino conocer a la gente que la forma, su forma de trabajar y las cosas que defienden. La experiencia fue interesante y creo también interesante compartirla.

Antes de empezar, quiero que conste que mi deseo es que esta gente triunfe. En los últimos días nos hemos ilusionado todos sumando votos mentalmente  para desbancar al bipartidismo, y somos conscientes que todo cambiaría si podemos extrapolar los resultados del 25 de cara a las próximas citas electorales. La cuestión fundamental que me llevaba a la reunión era la de determinar hasta qué punto los recién llegados a las lides electorales pueden responder a las expectativas que se están generando, y como de posible será trabajar con ellos para constituir candidaturas conjuntas con Izquierda Unida. Con estas premisas, acompañé a Julia y un grupo de amigas a la asamblea de Guadalajara. Era su primera participación con “Podemos”, partido al que todas ellas votaron en las pasadas elecciones, e iban decididas a poner manos a la obra para generar su propio “circulo” en nuestra localidad

Para empezar, el número de gente presente no estuvo mal, unas 60 o 70 personas apretados en los sótanos de un bar. Los organizadores preguntaron cuanta gente acudía por primera vez y resultó que representaban un 70 u 80% del total. Por lo que se comentó, yo diría que si quitamos a la gente que anda recién llegada al calor del éxito electoral, el grupo activo no debe superar una o dos docenas. Concluyo, y no es una sorpresa, que el resultado electoral no ha obedecido precisamente a su capacidad de movilizar gente para trabajar en la campaña, sino que está ligado únicamente al tirón mediático del líder. Me hubiera gustado encontrarme con un batallón de activistas entusiastas, y me encuentro un pelotón de curiosos cuyo grado de implicación a largo plazo resulta difícil de determinar aún. No parece que, al menos antes del 25 y el éxito que supuso, Pablo y los suyos hubieran dado aún con la fórmula que movilice a la gente más allá del cómodo click en el ordenador. Confieso que es una pequeña decepción, pero es cierto que nos hará falta tiempo para ver cuáles son las fuerzas reales del nuevo movimiento-partido, una vez que el subidón se pase.

Otro aspecto que me preocupaba era cuál sería el perfil de gente presente. Temía que fuera demasiado heterogéneo y anti-político, del tipo de gente con la que acabaríamos chocando a la hora de plantearnos propuestas conjuntas o compartir listas. Algo de todo parecía haber, pero en general puedo decir que me quité parte de mi preocupación. Había un aroma a 15-M de lo más evidente, con algún despistado levantando las manos a modo de aplauso. Gente de un gran rango de edades (pocos realmente mayores), nada del predominio de chavales que hubiera podido esperarse, ni tampoco me parecía que el rollo de internet y redes sociales tuviera un enorme protagonismo. En general creo que predominaba la gente que está viviendo su primera experiencia de participación política, pero no me parece que haya demasiado equívoco en cuanto al carácter izquierdista de la iniciativa (etiquetas aparte). En el lenguaje, el aspecto y las maneras de los promotores del evento, se ve una orientación que espantará a los que se acerquen con las ideas confundidas y crean en populismos a lo Beppe Grillo. En este aspecto me voy con más tranquilidad de la que llegué.

Aclarados estos puntos, me centro en observar la dinámica de la reunión. Uno ya es viejo en las lides asamblearias y sé lo difícil que es conseguir de ellas una capacidad ejecutiva que las permita ser efectivas, por lo que me interesa ver cómo han resuelto Pablo y los suyos ese problema, como se consigue despejar el dilema y las contradicciones entre la efectividad y la participación horizontal y asamblearia. A ese respecto, confieso que no he podido menos que sentirme también defraudado. No es que el modelo de funcionamiento de “Podemos” no me haya gustado, sino que simplemente no me parece que exista aún. Estuvimos dos horas y media en una reunión en la que se dieron turnos de palabra a muchos de los asistentes y con un orden del día un poco indeterminado. Entre las aportaciones, algunas razonables y otras (la mayoría) simplemente gente expresando sus ideas más o menos genérales pero sin contenido demasiado práctico. Me quedó claro que las asambleas son abiertas y que las decisiones se toman solo si tienen un apoyo de un 80% de los presentes. A efectos prácticos, el único tema que se decidió es la creación de unas comisiones (renombradas posteriormente como “grupos de trabajo”) y coordinadas por algunos de los presentes (y alguno no presente). La propuesta que se acabó aprobando era la que traían los organizadores y las comisiones quedaron en manos de la gente que venían propuestas inicialmente.

No pude menos que constatar por tanto que, por mucho que se haya usado un método asambleario, acabamos con la propuesta de los líderes siendo aprobada. La dinámica de liderazgo de unos pocos más o menos organizados previamente, y el seguimiento a sus propuestas de una mayoría menos activa, es natural en todas las asambleas a las que he asistido, y esta no ha sido diferente. No veo nada nuevo ni revolucionario en la forma de actuar, y salgo a este respecto con la impresión de que para cuando hayan completado de organizarse, lo que salga puede ser un calco de la forma en que funcionan las asambleas de Izquierda Unida. No puedo menos que preguntarme si para este viaje hacían falta estas alforjas.

Antes de entrar en la reunión, andaba preguntándome porqué gente como las amigas que me acompañaban encontraban más atractivo participar en “Podemos” que hacerlo en IU (pese al tiempo que llevo intentando convencerlas). Al acabar la reunión seguía sin haber encontrado respuesta, y no pude evitar hacerles la pregunta directamente, para llegar a la conclusión de que el motivo es una combinación de los prejuicios adquiridos hacia IU y del atractivo que genera pertenecer a un movimiento que ahora se identifica con el éxito. Está claro que gusta más estar en el lado de los triunfadores.

El resumen de mi visita a mis vecinos de “Podemos” presenta por tanto, al menos para mí, más sombras que luces. Entre lo positivo, salir esperanzado de que cuando toque, no será excesivamente difícil confluir con ellos. Sin embargo tengo dudas de que pasada esta efervescencia inicial, consigan constituirse en una organización suficientemente fuerte como para  para no seguir dependiendo del puro tirón mediático como han hecho hasta ahora.

Solo el tiempo resolverá estas dudas, dejemosles que sigan su propia dinámica y ya nos iremos encontrando en las movilizaciones y las luchas cuando toque. Les sigo deseando todo el éxito del mundo, pero tengo claro que de momento les seguiré observando en la distancia.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,
te sigo desde hace unos meses y leo con interés lo que escribes. Me identifico: soy también militante de IU (y del PCE).
Sobre este asunto de la aparición de Podemos quería comentarte, o quizás desahogarme más bien, o buscar una opinión en alguien que comparte partido.
Primero aclararte que siento aborrecimiento por este nuevo partido desde que se inició. Así de claro. Procuro ser tolerante y aceptar su existencia y desde el 25M sus excelentes resultados, pero no puedo evitar odiarles.
Confieso que es en parte por envidia de ese resultado, sí, lo reconozco. Reconozco que soy muy del partido, que me lo tomo como algo personal, ¿vale? El día de las elecciones cuando escuché los resultados tuve que contenerme para no llorar. Pero más allá de ese recelo propio de militante, creo tener razones para sospechar de Podemos. Seré breve para no abusar de tu paciencia.
Primero: es evidente que los diputados conseguidos por Podemos son los que le hubiesen faltado a IU para considerar el resultado como éxito, creo que no exagero si digo que los militantes esperábamos más de 10 y hacer sombra al PSOE, era ahora o nunca.
Segundo: no es casual la manera torticera –creo que el calificativo es adecuado- de Podemos para rapiñar votos en la izquierda indecisa o en los que nunca han votado, que ha sido a costa de IU y disparando contra IU como si fuese un enemigo. Podemos ha torpedeado descaradamente a IU como arma electoral. Pruebas:
-el órdago absurdo de las listas abiertas. ¿Tiene que venir un advenedizo a plantearnos a estas alturas que lo importante no es el programa sino que los representantes provengan de una lista abierta? ¿Y no es un contrasentido que después de plantear esto sus papeletas tengan hasta la cara del líder? Esto fue el primer torpedo.
-segundo torpedo: querer medrar ellos a costa de lanzar mierda contra los demás, todos, generalizando, usando el asqueroso término de CASTA (que usan también Falange o Democracia Nacional, curiosamente) contra todo lo que huela a político; llegaron a decir que ellos no son un partido político, con tal de señalarse como mejor que el resto, pretendiendo –y logrando- calar en las mentes indignadas y sazonadas por este caldo de rechazo a la política que estamos viviendo, y que dicho sea de paso ha sido parte fundamental y necesaria del bipartidismo y el expolio capitalista.
-tercer torpedo: usar como arma electoral que ellos no gastan un duro en propaganda y los demás despilfarran millones, cuando desde su inicio han disfrutado de una repercusión mediática espectacular. Pablo Iglesias él sólo ha tenido más apariciones televisivas que todos los representantes juntos de IU desde el proceso denominado Trancisión. Además es falso que no hayan gastado nada, claro que han gastado. Y el apoyo mediático es evidente y sospechoso.
No quiero extenderme demasiado aunque podría añadir bastantes motivos más. Resumo. ¿Por qué ese afán de Podemos en rehuir los posicionamientos políticos excusándose en que la gente está hastiada? ¿Por qué ese apoyo en medios como Público o El País o la SER? ¿Nadie ve que la división del voto “de la izquierda” favorece claramente al PSOE, que no se ha descalabrado definitivamente a pesar de que vive su peor momento?
Gracias.

Anónimo dijo...

*Transición

EGS dijo...

Te entiendo perfectamente, pero creo que hay que dejarse llevar menos por la emotividad, y más por la racionalidad.

Mi primera reacción ante Podemos es la misma que la tuya. Al fin y al cabo, gente del entorno del 15-M llevan varios años creyéndose que la lucha social la han inventado ellos, y ahora alguien monta un partido y en tres días empiezan a mirarte por encima del hombro. Y encima lo hacen utilizando un lenguaje cercano al populismo barato, de ese que utilizan los neofascistas europeos. Así dicho, tenemos motivos para desconfiar y para decepcionarnos, pero esa es a mi entender una lectura superficial.

En realidad, orgullos aparte, lo que a mí me preocupa es que la sociedad cambie a mejor, y el primer paso en la hoja de ruta es reventar el bipartidismo, pero reventarlo por la izquierda, no como en Francia o el Reino Unido, que se ha pasado al populismo cuasifascista. A mí el discurso de Podemos no me gusta (demasiado simplista y lleno de lugares comunes), y alguno de sus métodos como son las primarias plenamente abiertas tampoco. Sin embargo el programa está a la izquierda del PSOE y casi calca al nuestro, y ha conseguido atraer a mucha gente que por diversos motivos no conseguimos movilizar (yo lo he comprobado en mi propio entorno). Creo que Pablo y Monedero nos plantearon un órdago porque estaban convencidos de que con nuestros métodos perderíamos una oportunidad histórica, y debemos admitir que las pasadas elecciones les han dado la razón. Seamos realistas, sin ellos, lo que en las elecciones últimas ha sido un 18% de IU+Podemos frente al 23% del PSOE, se hubieran convertido en el mejor de los casos en un 12 o 13% frente a un 25%, y eso sí que hubiera sido una decepción.

Los promotores de Podemos están pastoreando entre gente con baja formación política y muchos prejuicios, y los están reclutando hacia un movimiento de cambio de sistema sin que sus guardianes hayan conseguido desactivarlos de momento. Nosotros estamos consolidados en un entorno del 10 – 15% de voto máximo, y ellos pueden traer un 5 a 10% adicional que nos permitan adelantar al PSOE. De momento ha funcionado, y su irrupción no ha beneficiado precisamente al PSOE como tú opinas, sino que le ha puesto contra las cuerdas. Han abierto una grieta que ha cambiado los límites de lo posible y que nos abre nuevas oportunidades. ¿Con métodos que no nos gustan demasiado? Sí, pero que de momento funcionan y sin haber traspasado ninguna línea roja (al menos ninguna mía); entre otras cosas (al contrario de lo que tu opinas) no atacando nunca a Izquierda Unida (algo que podía haberles valido votos) y no negando nunca la intención de acabar uniendo fuerzas.

Cómo van a evolucionar no lo sabemos nadie. Esto es un experimento que unos pocos han lanzado y que entraña riesgos, pero si funciona podemos al final romper un bloqueo que dura desde el 82. No tengo motivos para dudar de las intenciones de Pablo Iglesias ni su grupo, o sea que les doy el beneficio de la duda.

No te deprimas y sigamos adelante, el futuro está más cerca. Si lo hacemos bien entre todos, el bipartidismo puede haber caído en un año, un sueño que hace poco no me atrevía a plantearme.

Anónimo dijo...

Te agradezco tu respuesta. Y perdona que me desahogara aquí. Tengo que decirte que no logro disipar mis dudas sobre el beneficio que obtiene el PSOE de todo esto, aunque parezca en principio que juega en su contra.
Pero procuraré verlo con más tolerancia y desde luego esperar a ver cómo discurren los acontecimientos.
Espero nuevas publicaciones en tu blog. Un saludo.

EGS dijo...

Hombre, es un honor que me leas, doblemente si haces comentarios. Es mucho más divertido que tener un monólogo.

Yo tiendo a ser siempre optimista, pero creo que ahora con más motivos que nunca. Ya veremos.

¡Salud y Republica!

Anónimo dijo...

Estimado Girondoe y otros compañeros, siento comentar tan tarde pero hoy es cuando me he decidido.
En primer lugar, enhorabuena por el blog a girondoe.
Y por fin aterrizo sobre el tema.
Te sigo desde hace tiempo en el Foro alternativo de IU y, por ejemplo, me sentí muy identificado con tu decepción con la composición y forma de elección de la candidatura de IU para las europeas.
No milito en IU pero conozco a mucha gente que sí. Y no participo "orgánicamente" (como afiliado) ya que aunque desde hace muchos años participo en movimientos sociales en el sur de Madrid (que sí me motivan a participar), lo que me transmite IU (al menos en Madrid) es bastante desolador.
Creo (y, por favor, no lo entiendas como una bronca) que es muy complicado que nadie con una mínima sensibilidad social se sienta atraído políticamente por dirigentes como Ángel Pérez, Antero Ruiz, Miguel Reneses,...(y aquí sólo nombro a tres de lo peorcito, en mi opinión, que existe en IU y que es la imagen más oxidada, burocrática, de maniobras oscuras, etc, etc, que puede haber en una organización política) que son lo más aparato burocrático que existe y lo más alejado al fomento de la participación, al activismo en los movimientos sociales y vecinales, al contacto con la gente de barrio,...Ya sé, compañero, que me dirás que para cambiar las cosas en IU hay que participar en ella pero ¿realmente crees que con los Pérez, Reneses, Antero,... se puede cambiar algo en IU? cuando conoces a muchísima gente de IU que ha acabado hasta los mismisimos de ellos.
La candidatura de IU a las europeas fue una cagada (que se espera que inspire Willy? quién es el listo o lista de IU que ha pensado que en el año 2014 poner de número 2 a una dirigente de CC.OO es un aval para nadie cuando para la inmensa mayoría de la gente los sindicatos están desprestigiados? .
En fin, siento el enfado, pero creo que la buena gente de base como tú deberíais entender que lo sucecido con Podemos estaba cantado: estando como está IU (repito, al menos en Madrid) mucha gente cercana a IU en cuanto saliera algo más fresco y con las puertas más abiertas (que ha sido la imagen que ha dado Podemos) se inclinaría hacia ellos.
Seguimos hablando.
Un saludo

EGS dijo...

Hay muchas formas de luchar por las cosas, y si tu no lo ves dentro de IU, lo entiendo. A mi me parece que la vía institucional es imprescindible, por lo que es una pena que haya esas barreras para que gente como tu se integre, y es una pena también para esa gente que desde dentro intenta cambiar las cosas, que nos encontramos más debilitados (recordemos el resultado del último congreso en Madrid). Que conste que no es un reproche, lo más lógico, y hasta lo más coherente en un caso como el tuyo es hacer lo que tu haces y quedarse fuera.

A mi el éxito de PODEMOS no me preocupa tanto como su inmensa fragilidad y sus inmensas contradicciones. Como ya ando diciendo en el foro interno de IU, abogo porque les ayudemos desde dentro para que no se hundan y causen la vuelta al escepticismo y la abstención a gente que se está ilusionando con ellos y sin la que nunca romperemos al bipartidismo. mi próxima entrada en el blog se centrará en ello, a ver si creamos opinión y contribuimos a cambiar las cosas.

Muchas gracias por seguir el blog y muchas por el comentario.

Anónimo dijo...

Buenos días Girondoe,
También pienso que el trabajo en las instituciones es necesario. Voté a IU durante muchos años (más de 20 años votando a IU), hasta las últimas europeas en las que, harto de determinada "hiper institucionalización" de la organización, de determinados dirigentes (que de verdad son auténtica casta - aunque no guste la palabra- como dije en el anterior comentario), harto también de procesos de refundación que nunca se concluyen o que ya uno duda y todo que se inicien con sinceridad, etc, decidí cambiar mi voto por el hartazgo. Y la gota que colmó el vaso fue esa candidatura europea de IU en la que para motivarse a votar tenías que pensar en el 4 o en el 7 de la lista (Marina y Couso) ya que los demás...Y ese es el problema: en Madrid llevamos décadas que para votar a IU te lo ponen francamente difícil: tienes que hacer un auténtico ejercicio de "auto-ilusión" para votar a Pérez o a Gregorio Gordo, pensar mucho en la gente de base (y en algunos/as dirigentes que aún siendo pocos se lo creen y trabajan pero que uno sabe que realmente no representan la mayoría de IU) que conoces de IU y que curra y ha currado desde hace tropecientos de años por unas ideas y pensar además que esa buena gente de IU no tiene la culpa de determinados dirigentes (aunque esos mismos militantes no sepan ya ni que hacer para cambiar la situación en IU). El caso es que mi voto en las europeas era como un aviso a IU (y el de mucha gente que conozco y a la antes hasta yo mismo convencía para votar a IU) y no sé si consolidaré para próximas mi voto a Podemos (ya veremos como se desarrollan los acontecimientos). Pero mucha gente, de verdad, quiere otra IU a la que poder votar con ilusión y no sabemos cómo ayudarla sin salir achicharrados del intento. No sé si conoces algún sitio donde la gente cercana a IU podamos intentar transmitir nuestras ideas, sensaciones, propuestas para IU. En cualquier caso ya que me he animado seguiré comentando en tu blog. Un abrazo

EGS dijo...

Ni me extraña ni me parece mal. Yo mismo dudé de votar a PODEMOS como toque de atención.

Una cosa que puedes hacer para crear opinión es comentar en el foro de IU también. Las críticas son como una lluvia fina que acabará calando.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola:
Habéis pensado que una amplia mayoría de la población no se define como de izquierda o derecha, sinó que vota lo que se transmite más atractivo. El markenting de Podemos está basado en "lo que quiere el pueblo", sin ponerle color rojo ni azul al mensaje. Si Podemos se llamase Partido Rojo-Zurdo-Comunista de más a la Izquierda no hubiesen conseguido nada. El nombre Izquierda Unida está caduco para gran parte de los votantes, que lo contemplarían quizás si se llamase Alternativa Popular, o algo similar. Sinó, os quedais como un producto para un nicho de mercado electoral, con vuestros clientes fijos, pero sin opciones de llegar a más.

EGS dijo...

Tienes toda la razón, pero es que en IU hay mucha gente a la que hablarle de marketing político les suena a falta de honestidad.

Nos olvidamos que la campaña electoral con sus pegadas de carteles no son más que marketing, y lo llevamos haciendo toda la vida. El acto de entrar en un colegio electoral para recoger una papeleta no es en si muy diferente al de entrar en una tienda a elegir un detergente.