domingo, marzo 04, 2012

Cambio de sistema o cambio de gestor.

Tanto en Grecia (en mayor medida) como en España (en menor), nos encontramos con una ciudadanía absolutamente cabreada con la situación politico económica, con grados de desencanto y desprestigio de la política que baten records. Sin embargo todos tenemos claro que a la hora de una consulta electoral resulta extremadamente dificil que la gente se salga del bipartidismo dominante. En Grecia se llega al punto máximo cuando ante la caida y práctica desaparición del PASOK, ha surgido un nuevo partido de izquierdas que tiene toda la pinta de haberse creado para recoger a los restos del naufragio y mantener las mismas políticas.

La respuesta a porqué tanta resistencia a abandonar a los partidos habituales por parte de la mayoría de los votantes parece en realidad bastante simple. Si bien existe un enorme descrédito y escepticismo al respecto de los partidos que en todo nuestro entorno gestionan el omnipresente capitalismo neoliberal, una cosa es estar en desacuerdo con el gestor, y otro es estar en desacuerdo con el sistema y querer su cambio. Es evidente que esta segunda parte no se ha producido, y la mayoría de la gente entiende o quiere entender los problemas que nos afligen como un problema de una mala gestión de un sistema que es el único posible.

En este entorno se encuadra la situación de un partido como IU, siempre en el filo entre los que apuestan por gestionar el sistema actual y darle una reforma sin cambiar sus principios de fondo, y la gente que apuesta por el cuestionamiento de las reglas del sistema en si. Los cantos de sirena por parte de los que llaman a nuestros distintos líderes y cargos a acercarse al lado de los que apuestan por un simple cambio de conductor de la nave capitalista son fuertes, y son abundantes los ejemplos de los que han sucumbido y han intentado llevar el barco de la coalición a esas costas, para acabar saltando del barco para hacer el recorrido a nado. La tentación es grande, una vez que el puesto de buen gestor del sistema queda de vez en cuando, como ahora mismo, vacante y a la espera de candidatos. Rosa Diez por ejemplo intenta con cierto éxito pescar en esas aguas.

Así pues, este es el entorno en el que nos toca desarrollar nuestra opción política, y no tendrá posibilidades de mover a cantidades de gente suficientes como para provocar una transformación real si no somos capaces de socavar la opinión de la gente no ya hacia la gestión que del sistema han hecho partidos como el PSOE, sino del sistema en si. Nos queda un mundo que recorrer hasta que esto ocurra, porque los decenios de propaganda han grabado a fuego en el inconsciente de la gente que el capitalismo consumista es la única vía. También es verdad que a la espera de que la gente abra los ojos, tenemos trabajo que hacer para construir una alternativa creible, coherente y completa y que responda a las dudas y recelos que los defectos del modelo de "socialismo real" levanta. Defectos que los hubo y extremadamente serios y cuya negación solo nos debilitaría.

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